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Mostrando entradas de enero, 2020

Yankilé Hidalgo (Cuba)

Yankilé, la poeta del nombre fiable. Va robando sueños al azar para ir estrenando un cúmulo de sonrisas entre sus lectores. Sus valientes letras la hacen una mujer con agallas, y aunque lleva rabia en los mil costados, la hemos visto columpiándose entre la belleza de su inocencia y sus versos copados de esperanza, aquellos que sacuden estrofas sobre su boca llena de nobleza para definir el destino no solo suyo, sino también el de los vivos y el de sus muertos. Sin mucho esfuerzo He visualizado tus manitas cuando tomaban algunas hojas de algún jardín al que creías enorme ante ti Te imagino dando tus primeros pasos, Acariciando un perro Alegrándote al ver tan cerca el mar. Dime, ¿en qué momento te volviste tú en el canalla que hoy eres, Juan? Robando sueños al azar, Arturo, con ese rostro amable y bonachón y un cúmulo de sonrisas por estrenar. ¿En qué momento, Pedro, sorprendiste al mundo con una falsa promesa y una ferviente inútil castidad tan intransi

Francisco Trejo (México)

Francisco escribe con una fuerza de viento inusitado, que es la forma de mostrar su indómita marea poética. La sensibilidad de su alma, se transforma en un mar de palabras donde el silencio no existe y sus versos nos harán sentir la boca seca, la que saciaremos con la lectura de sus poemas que caen y revientan hasta hacernos sentir vivos y será el momento de cubrirnos el rostro con las manos pero dejaremos abiertos los oídos porque su voz es el rayo que parte, es refugio en la tierra. Nacer es caer y reventar en sangre. —Caigo lo que pesa el coral de mi cerebro—. El alma es mar: vino a romperse en los acantilados. Cuando nace un hombre, antes de sentir el pecho de su madre, recibe un golpe: el llanto es la queja de estar vivo. —Yo prolongué mis lágrimas—. Inconclusos y cadaverales, retratamos aspectos que nunca permanecen. No concluimos la luz del nacimiento. Somos destellos ofuscados. Somos presas del oprobio en la vagina sofocante del mundo. Dicen que el silencio no e