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Mostrando entradas de agosto, 2020

Luis Enrique Yaulema (Ecuador)

La poesía de Luis Enrique nos permitirá seguir creciendo. Sus versos tienen el olor de la lluvia, la frescura de una cascada madura. Cuando nos quedemos sin palabras sus letras serán el recuerdo  del nido húmedo sonoro que se desgrana con el roce. Con sus poemas repasaremos la piel con los dedos y todo rincón se volverá invierno. [ ] en el cuenco de su espalda las amapolas siguen creciendo mis manos despiertas recrean lluvia y niebla vuelvo a su tersura me quedo empapado en rojo “Hoy me da por llover” El Ángel Editor 2017. [ ]     mi casa es antigua está perdida ¿dónde están sus piedras? los pájaros olvidaron trinar disimulan como niños sin recuerdos el olor de la lluvia ¿dónde está la casa? las piedras sin memoria arrastran las palabras antiguas semillas que se niegan a germinar “Hoy me da por llover” El Ángel Editor 2017. [ ] los pájaros de tu voz amenazan lluvia gotas en blanco y negro en la n

María Laura Decésare (Argentina)

La poesía de María Laura borra el silencio y nos toma de la mano. Decésare nos ofrece una palabra, una promesa, una caricia que nos salve. En sus versos el tiempo pasará lento hasta alcanzar lo que creímos. Miraremos con asombro como vuelve la noche y el aroma de sus textos se nos hará familiar.  La vida está ahí, en sus letras.  Irse Volver es una forma de alcanzar lo que creímos perdido: una mirada, un libro, el nombre de lo amado. Una voz insiste y me dice: no cruces esa puerta. Pero ya es tarde, desobedezco, salto y canto como un grillo. Retrato El espejo se rompe y avanza la imagen de lo pequeño que olvidamos hace tiempo. Con asombro vemos unos ojos de mirada limpia que casi no podemos reconocer. Ha pasado tanto sobre nuestras cabezas que el claro de esos ojos nos toca y es mejor estarse quieta por un rato. De madrugada La niña que fui vuelve con la noche, me toma de la mano y pide que cierre los ojos: oigo el ladrido

Pamela Mendieta (Ecuador)

En la poesía de Pamela se construye el amor y el desamor. En sus versos terminaremos con una sensación desmedida de sentimientos encontrados que dará una revuelta a la memoria y nos dejaremos caer para levantarnos más fuerte. Mendieta nos llenará de inspiración y podremos admirar la belleza del viento aunque el mundo parezca color de rosa las palabras también ahogan y causan dolor. La lectura será nuestr o refugio. Así siente un corazón Como si no hubiera inspiración, un mundo que no tiene color; como si fuera imposible encontrar amor en ese lugar desolador. Estar sentada y querer salir corriendo solo pensar en huir en ese momento, mirar la puerta como la salida para terminar con esa sensación Así se siente un corazón que no encuentra paz ni oye razón, que en un vaso de agua se ahoga, y siente que por dentro se desmorona. Donde estoy Toco, toco, sigo tocando nadie contesta no obtengo respuesta. Toco más fuerte el aire se rompe, cierro los ojos no en

Ana Corvera (México)

En la narrativa/poesía de Ana el agua viaja a través del fuego. Sus letras funden el color al de la humanidad de la tierra liberando un embrujo contenido en las entrañas. Corvera es la llama que impone a la caricia el retorno, el grito en silencio de libertad, el aroma que invade los rincones del cuerpo. Al leerla seremos el furor que atrapa los ojos de un amante complacido y a partir de ahí nos aventuraremos para escribir nuestra propia historia. Mariposa luna (Actias luna) El árbol recuerda la llama y su funesta blancura: entonces un diluvio esparce temores y surge la mariposa nocturna, alumbrada por el grito de los niños atrapados en su vientre. El agua viaja a través del fuego, la noche cae gota a gota. El insecto levanta una de sus máscaras y se aparta de la muchedumbre, llevando en sus alas el color de cien manos. Un aroma invade los rincones de su cuerpo: en silencio advierte una identidad, la murmuración de un nombre; dedica su vida a lágrimas futuras. Emprende

Gabriela Ponce Guevara (Ecuador)

La poesía de Gabriela no pide permiso, es el calor del beso en la frente, un grito en el borde de esos instantes para acompañarla en sus vuelos. Sus versos son para ser leídos en voz alta, avivan la metáfora en noches de acordes improvisados. Cuando aflora su palabra, sus letras caminan descalzas y brindamos con botella de coñac que ella y toda su esencia es el poema. Big Bang Afloran precipicios, en el despertar de los espejos Alicia cosecha instantes tras una procesión de corsarios de mar avatares, que transponen metáforas. Mañanas silenciosas, con espejos rotos que pasan a ser un reducto de sílice, en el borde de esos instantes cuando el corazón se triza y las manos se vacían. Alicia, busca su sombra, en una minúscula partícula de arena, que contiene, su corazón roto y toda la historia de la humanidad. (Poema Inédito. Agosto 2020) Ganas Salgo, camino descalza, por esta vereda sorda las palabras gritan, metáfora en grietas,