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Mostrando entradas de diciembre, 2023

Augusto Rodríguez Ramos (Ecuador)

La poesía de Augusto es un bosque que se enciende. Sus versos son la flor abierta que acarician la verdad. La palabra del escritor Rodríguez esta viva en el amor, en la memoria colectiva y en las historias que nos urgen olvidar. Los textos del escritor ecuatoriano van sin descanso, llevándonos hasta llegar a la casa donde habita la probabilidad.  Los cuerpos no mueren a Luis Armenta Malpica  Los cuerpos no mueren. Solo su media parte serpiente.   Luz que no es esfera ni paraíso.   Los cuerpos son mitad bosque y mitad agua que se esconden                       en los pezones blancos del día.   Los párpados niegan cuando un animal sale de su niebla azul.   Los cuerpos no mueren. Solo su parte no oficial.   Su ojo, su geometría,                                 su pétalo de aire.   El miedo pasa de nervio en nervio y la garganta se alborota            cuando llega la sangre y expulsa su otra piel su vísceras dementes.   Los cuerpos no mueren. Solo su media carne católica.     Sexo La luz d

Javier Gutiérrez Lozano (México)

La poesía de Javier nos desnuda ante la verdad. En sus versos el dolor sobra y pedir perdón no basta.  La palabra del escritor Gutiérrez consume, también bendice la lucha contra el agobio y la ausencia. Su grito es el eco de la justicia y la resiliencia por encontrar el color de todas las voces que fueron apagadas. LA REINA         A Karen Suárez   Se recoge el cabello, tiñe despacio sus labios de fruta -carne de todos los duraznos, patria de lo disoluto, sueño enmarcado en comisuras-. Se le bendice el cuerpo, los ojos grandes de retoño, el rostro, la palabra; y a ella le incomoda la ropa, la sangre, se le carcome el pelo con silencio, se le llenan de huecos las heridas... y lo sabe. Y se corta los brazos, y se mastica las piernas, y se proclama diosa, reina inmaculada de las hadas, como cuando niña... y no lo sabe. Y se escupe hiel en la minifalda y deja de ser quien es para empezar a ser quien cree que debe ser; y no lo es. Pero a

Criss Ordoñez (Ecuador)

La poesía de Criss nos muestra la claridad. En sus versos, aunque nos perdamos, alucinaremos hasta encender el ímpetu y convertirnos en una cascada de pretensiones. Sus letras laten con esplendor y originan tempestades endulzantes que llenan de alegría nuestros caminos. 1   ¿quién podría morder tus despertares? rozar tus labios acariciar tus oídos entornar tus caminos y ser tu horizonte…   ¿quién conseguiría  entibiar tu alma? partir el pan amasar tus sueños encender tu ímpetu y servirte manjares   ¿quién te daría? sino yo todos los ocasos y las auroras todos los tulipanes todo el mar adherido al cielo y las palmas de mis manos con sus heridas …     me desmorono en esta cascada de pretensiones me suspendo caigo me hago trizas   obstinada continúo preguntando   ¿quién sino yo? ¿a quién sino a ti?              2   rodéame con las nubes iluminadas entorna mi figura cíñete a mi alma engánchate a mis s