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Mostrando entradas de abril, 2020

Elsy Santillán Flor (Ecuador)

Elsy es el bálsamo que sana las heridas. Su poesía es locura que camina por nuestras retinas cuando miramos con ojos de alegría sus escritos que nos sonríen con mohines seductores. Ella entrega todo hasta quedar desecha, sus textos aman más allá de la razón y nada detiene sus versos, ni siquiera la voz que canta una copla de tristeza o el desnivel que aparece sin sentido. Santillán vive y vivirá eterna, pues sus palabras calaron hondo en el alma de su pueblo. Esta agua de mar no se diferencia de ninguna, es igual en todos los lugares sabe a sal y lágrima furtiva. Esta agua que me atrae más que nunca líquido cruel frente a la pena acaso sea el bálsamo que sane las heridas. En su vaivén eterno asoman grises lejanas bandadas de gorriones y buganvilla cubriendo las paredes. La lejana casa volando entre los sueños, los tres patios, la pileta y las macetas. La niñez jugueteando en las esquinas los canarios, los pericos y la luna. Arroz de cebada

Camila Valle Chacón (Ecuador)

La poesía de Camila seduce la noche, al punto que sus letras transgreden la piel, mientras la inocencia se desgasta y nos mantiene al vilo hasta el próximo despertar.  Sus versos son un nuevo lugar para abrigarse, para amar entre líneas hasta el placer de convertirnos en un lienzo como pretexto para escribir, en la que imaginamos que somos tinta y llenamos una hoja en blanco.  Sus palabras son el punto de quiebre, porque recordamos lo que es la vida, ser libre y pretender serlo. Ella no susurra sus secretos, para ser parte de sus profundas aguas.  Sueños, sueños Plumas escarchadas seducen la noche, el silencio se cobija entre el palpitar del reloj mientras sus manecillas se cortejan en un vals atemporal, los sueños transgreden mi piel; caricias irreverentes surcan mi pecho hasta el hastío, los latidos de este corazón coraza se consumen a párpados intermitentes y la última lágrima de enjuga con los recuerdos del amanecer. Un suspiro mustio enhebra fragmentos dividi

Johanna Carvajal Arboleda (Colombia)

La poesía de Johanna nos vislumbra porque es el grito que abre las ventanas de otros cielos. Sus letras se escriben sobre las pieles desnudas, y sus versos son como la miel que corre por los labios. Dueña de palabras que no tienen cabida en el olvido, pues brilla y no cesa; ella es el renacer que se percibe en cada página de sus textos, y la invitación para quedarnos para siempre en sus jardines infinitos. Poemas del poemario "Jardines de Onix" Gullveig Luz eterna, que aun desde el grito, no cae en el silencio... Cada puñal entre la carne furiosa se convirtieron en astros que brillan desde lo ausente. Ceridwen Y ser dilatado, no fue solo cuestión de espejos. En la luna se crea el reflejo, de un cuerpo centellante... Avanza hacia el calor del vientre que da en su nacimiento la luz y la oscuridad, como un ánfora desterrada que engendra el renacer del hoy, del ayer y del mañana. Gefjun Todo ojo en el mundo representa una ventana a otros cielos

José Vásquez Dulce (Ecuador)

Cuando leo los poemas de José, me dejo llevar para estar en paz y no sufrir aunque mis alas estén rotas y la piel arda con ese fuego que no cicatriza. Vásquez es el poeta que rompe el silencio, sus letras son el grito de lucha para dejar de ser invisible, aunque se cuestione así mismo sí lo que escribe es poesía. Sus palabras le darán el sitial que reclama en la sociedad y todas las puertas se abrirán para aquellos que de una u otra forma fueron desterrados. Ella No es aquella que todo el mundo dibuja,  con capa,  haz y cuervos a tu alrededor,  mientras de un picotazo devoran tus ojos. No es aquella de la que todo el mundo huye mientras otros simplemente se dejan llevar de la mano para estar en paz y no sufrir. Ella, no es ese sueño profundo del que todo el mundo habla pero sí el miedo que tengo de perder lo que quiero. Muchas veces rezó un Padre Nuestro  un Ave María para que ella no aparezca  para que santos dioses y vírgenes me protejan