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Mostrando entradas de febrero, 2023

Luisa Fernanda Santos Ditto (Ecuador)

La poesía de Luis Fernanda hace vibrar nuestros suspiros. Los versos de Santos Ditto lucen su belleza sin presumirla. La escritora sella cada amanecer con el calor de su palabra. En ella encontraremos la paz que necesitamos al leer.   Olvido Cuando seas un recuerdo lejano,/  dibujaré tu sombra en cada atardecer./   Cuando seas un recuerdo lejano,/  le robaré al tiempo tu mirada/ para guardarla en mis ojos/  y sellarla en cada amanecer./   Cuando seas un recuerdo lejano,/  te buscaré en la lluvia de invierno/ para con su olor tejer tus caricias en mi piel./   Cuando seas un recuerdo lejano,/  escribiré nuestra historia/ en cada suspiro del viento/ para que jamás el olvido/  se apodere de mi ser./     Paz  Quiero ser como el viento/  que vuela sin nada a cuestas./   Quiero ser el alma de las mariposas/  que lucen su belleza sin presumir./   Quiero ser la hoja de un árbol/ que se baña en la lluvia en libertad./   Quiero ser aquel páj

Carolina Bustos Beltrán (Colombia)

  La poesía de Carolina es esa figura clásica, estática, moldeada por los dioses. Sus versos son el perfume sabio que se escurre en mi deseo, en la voluptuosidad de todas las formas. El aroma de las palabras de la escritora Bustos articula los pensamientos entre la evocación y la melancolía. En su texto he sospechado siempre la inexistencia del tiempo y me convierto en testigo de la delicia de su mundo entero.   Con aguja e hilo   ​        Ayer bordé tres tristes margaritas para cubrir tu rostro  con  ellas. Tus ojos se quedaron en silencio como si la  aguja  pasando  con  el  hilo  los hubiera cerrado para siempre. Voy entre la penumbra cosiendo tu imagen, los trozos que se escapan de mi tacto son simples ensoñaciones que intento conciliar cuando aún   con  torpeza bendigo esa figura clásica, estática, moldeada por los dioses, que es tu cuerpo. Un refugio cálido donde reposa mi inercia a contra natura. Olas vagas de plenitud y sensualidad. ¿Qué es suficiente para tu evocación? E

Miriam Leiva Garrido (Chile)

La poesía de Miriam es una encrucijada que desviste el asombro. Sus versos son la euforia, el latigazo en el aire que roza la distancia que nos vuelve profetas. La escritora Leiva se queda con la última palabra y se la bebé lenta hasta atrapar el grito del viento que habita en la sequedad de lo inesperado.  Duele hasta el acantonado respirar de los huesos la somnolencia que no da respiro el punto de la distracción en las paredes las hilachas de las horas los días envueltos en enajenaciones la distancia que nos vuelve profetas la más larga mancha de óxido en los muros hasta el ahogo duele hasta el vació sin disolver duele en el fondo, en el atraso de los no y los si postergados duele el pretexto y la resignación las veces en que apago la luz y atraso la dispersión en minutos el recuerdo instantáneo duele escuchar el latigazo en el aire la euforia, el silencio los cien panes negados el ayuno, el apetito duele como el enojo como todo lo que se va sorprendido el respo

Walberto Vázquez Pagán (Puerto Rico)

La poesía de Walberto es como una cabalgata llena de libertad. Sus versos sirven de riel para llevarnos al final de un éxtasis que no conoce tregua. El escritor Vásquez nos deja sentir sus letras llenas de gemidos y humedad. La cadencia de sus palabras nos convierte en lectores acróbatas de noches de mil horas en la que soñamos con el grito poético de una musa en la azotea.   Días de eterna soledad Hay lamentos  que llevo de aquel  primer día  que estuve sin ti  como la mirada  que te di cuando volteé  y vi  por última vez  la cadencia  de tus pisadas  tus caderas  y tu cabello largo  que sirve de riel  cada vez que el silbato  de la estación  recibe el tren  que carga tu recuerdo.   Así  son los amores lejanos  con noches de mil horas  y días  de eterna soledad.    Temo besar tus labios y olvidar mi existencia Mírame desnuda sin secretos llena de gemidos de suspiros siénteme mientras te hablo al oído te beso el cuello y mis manos te