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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Eduardo Narvaéz Erazo (Colombia)

La poesía de Eduardo ilumina la senda de la vida.  Sus versos ayudan a olvidar las penas del pasado besando cada mañana la tímida rima. Narvaéz alumbra el pensamiento hasta extinguirlo en el cuerpo y en el crujir de las cosas. Enséñame Enséñame a quererte eternamente, y enséñame a besar cada mañana, haz que brille tu amor sobre mi frente, y alumbrará la estrella más lejana.   Enséñame a vivir enamorado y alegra mi angustiado corazón, quiero olvidar las penas del pasado con tu inmensa y benévola pasión.   Son tus ojos estrellas fulgurantes que iluminan la senda de mi vida, tú y yo somos sonámbulos amantes que vivimos de dicha enceguecida.   Enséñame a tenerte vida mía, pues tu amor, en mi espíritu perdura, enséñame mi bien en este día a estampar en mi mente tu figura.   La vida La vida es un pensamiento, un laberinto es la vida y cruza en mi pensamiento desesperante es la vida.   Cuando uno muere, se aleja el alma hacia nuevos mundos

John Gómez (Colombia)

John escribe con actitud desvergonzada. Su poesía es una bomba de tiempo que nos roba el aliento y las últimas palabras. Ojalá la vida no sea solo una promesa, pero hasta que llegue el viento y nos lleve a la otra orilla leer los versos de Gómez será como montar una bicicleta esperando el fin del mundo. Esto no es un poema , es una bomba de tiempo, una amalgama de furia y frustración, un cuchillo con el que asaltar un banco o esparcir la mermelada sobre el pan rancio de la alacena.   Esto no es un poema, son las últimas palabras de un dios vagabundo escritas en la arena que se lleva el viento.   Y esto no es un poema porque yo no soy poeta, soy tan solo un instrumento, una efigie del fracaso.   De Esto no es un libro de poemas (2022)   Aprender a perder es como montar en bicicleta, es hacer de la derrota una disciplina, fallar con gracia, con estilo, hasta conseguir un cupo en un mundial de perdedores, pero no ir. Mirar el avión alzando vuel

Natalia Jaramillo Ramírez (Colombia)

  Natalia es la mujer  que grita sin miedo, que alza la mano. La poeta Jaramillo escribe poemas con el ímpetu de todas las batallas porque hay esperanza en el manjar que ha creado bajo su lucidez. Sus versos se niegan a parir un futuro incierto aunque el paraíso se haya ido pero el talento la habita y su alma blanca sale a flote hasta convertir todo lo que conocemos en un cielo despejado lleno de mejores tiempos.   Matrimonio Lo único que hacía en ese tiempo era tirar de la balanza y respirar mal. Mi lucidez no bastó para decir no. Nunca estuvo ajeno a mi cuerpo el paraíso se fue. Aunque arañaba mi cuerpo y me dolía, lo único que hacía era reír, aún no entiendo por qué. Nunca mereció nada de mí. Tal vez lleguen tiempos mejores Y estoy triste porque sé que debo esperarlos. Las cosas no son como antes nunca fueron como decían que serían, me mintió, todos me mintieron, yo les mentí. Ya no se puede hacer nada La vida nos jugó una mala pasada, Nos i