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Jorge Tigrero Vaca (Ecuador)




Guayaquil siempre está rodeado de poesía y en sus calles transitan seres que ven la vida de una manera distinta, con otros ojos, con los del alma como diría Jorge, que nos comparte tres de sus poemas, en el momento adecuado, para llegar al lector con su sensibilidad y sinceridad, para que la vida se nos derrita otra vez. Tigrero, deja su mensaje para los que el destino no les sonríe abiertamente, aquellos que piensan refugiarse en el exilio del olvido: es tiempo de levantarse y volver a empezar.

Del revés

Espero el momento adecuado
para estar a la distancia oportuna.
Atento a las señales que dibuja tu rostro
ese brillo que creo ver en tus ojos.

Espero el momento adecuado
para besarte donde termina tu espalda
imagino la última gota de sudor
que se pierde donde yo revivo, en un mar de placer.

Espero el momento adecuado
ese instante justo cuando has llegado
cuando en realidad yo vuelvo a perderme
y me encuentro en un estremecimiento
el manjar sublime de llegar a tu centro.

Adecuado espero el momento
cuando ya sé que pienso sin pensar
porque solo deseo beber tu calidez
mi lengua busca hacerte vibrar.

Al revés y al derecho,
cierro los ojos, nos sometemos
en silencio te escucho
y en la nada eres mi todo.

Adecuado espero el momento
y mi vida se derrite otra vez.

Baladas tristes

Laberintos color piel entre baladas tristes
el oasis de abrazos entre ruinas de hielo y sal
la emoción en escombros y los suspiros efervescentes
los anhelos de escuchar melodías eternas
cada luz que se apaga, cada estrella que deja de brillar
la memoria es un lienzo traicionero
procura ver con los ojos del alma, el color del cielo.

La imaginación es un pasaporte
nada de mí debe quedar en los sellos rotos
las baladas tristes retumban entre océanos de recuerdos
las personas recuerdan bien los malos momentos
las pesadillas duran más que los sueños
la piel y las heridas son la memoria de los caminos
los miedos de niño, desconfianzas inevitables.

El postre se tiñe de rojo en tonos pastel
el miedo al silencio fluye entre las flaquezas del temple
cada ocaso gris sin estrellas en poniente
los saludos de los que esperan tu caída
se convierten en besos de codicia y puñales en la espalda
el sentido común es la peor excusa de la flaqueza.

Composición, melancolía y desilusión
eres mi fiel pasajera para mis viajes de ida y vuelta
la tristeza jamás es la misma, eres a prueba de fuego
impermeable e incandescente, fluorescente y reusable
el saludo en las madrugadas y las despedidas en silencio.

Baladas con estribillos de lágrimas
canciones de coros en penumbra, presagios de tormenta
vida y muerte, caras de la misma moneda
amor y odio, sin sal, con azúcar, frío y calor
los sueños vuelan libres y los cometas colisionan
entono esta balada triste de vida y muerte
mientras empieza un nuevo día y la ruleta no para de girar.

La fuente

Desperté cobijado por tu recuerdo
en mi mente resonaba tu voz
como un cálido paisaje
como una brisa que refresca
suspiro y deseo surcar tus mares nuevamente.

Imaginé estar en un castillo
entre los árboles más frondosos
ríos cristalinos y nubes de ensueño
donde el alma pertenece
donde encuentro significado a la palabra hogar.

El destello de tu estrella entre la oscuridad de la vida
es la incandescencia de mi alma
el calor de toda hoguera
la fuente donde brota el agua que calma mi sed
el final del arcoíris en el fondo de tus ojos.

El camino directo a la fuente de vida
el tren de la imaginación donde los deseos se vuelven realidad
donde yace la fuerza para los momentos grises
la magia de tus abrazos y el aroma a cerezos de la última vez que te vi.

Las marcas y las grietas del alma
pueden desaparecer con el poder de un abrazo
un gesto sincero, alegría de primavera
la paz del mar en calma ante las turbulencias de la vida
creer en los caminos que se dibujan cada día.

El amor de mamá, el abrazo de mi abuelita
papá surcando caminos, corriendo feliz
la sonrisa de mis hermanos
la calidez de quienes se mantienen en tu vida por amor
maravillarse por las obras de almas creativas que iluminan con sus dones.

Es preciso volver a la fuente
es tiempo de levantarse y volver a empezar.

Biografía

Nació en Guayaquil, 1986. Es periodista, docente y tutor de trabajos de titulación a nivel universitario. Forma parte de la Comunidad de Educadores para la Cultura Científica de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura (IBERCIENCIA-OEI), es miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES), fue director de la revista estudiantil “Entre Tintas” y colaboró en importantes proyectos de desarrollo ambiental y comunitario como el “Proyecto Guayaquil Ecológico”.

Ha publicado dos libros: 

Instantes (México, 2017)
Claroscuro (2018)

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