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Gissela Bustos de Figueiredo (Ecuador)


La poesía de Gisella está llena de verdades y acciones, pues es una mujer que propone y dispone. Sus versos drásticos engalanan de por sí a la ya bella Ibarra, y van surcando por otros territorios para corrompernos con sus palabras. Sus escritos son una invitación a conocer el lado sensible y sincero de la autora, pues su mensaje es fulminante para el lector, si la queremos sentir, debemos leerla. Finalmente, somos rehenes de la oscuridad y sus letras nos rescatan de las sombras, pues somos más que masa, textura y velas.

He perdido
He perdido las formalidades y modales,
las viejas argucias tradicionales;
al carajo se fueron con los zapatos de muñeca y sus cordialidades.

Acepte mi torpeza y trabajo en mi grandeza.
Me importa una mierda esta falsa decencia
regidos de normas que limitan mi existencia.
Si soy descarada lo asumo con gracia,
evado tu falta de audacia para asumir tus desgracias.

No hablo de amores ni desilusiones.
Quiero pasiones y buenas canciones,
sexo en mí oído y gemidos en nuestros corazones.
Me burlo de tus ´´buenas intenciones y declaraciones´´.
No necesito de adulaciones.
Quiero verdades, no me sirven esos amores que viven de palabras sin acciones.

Y si por decir lo que quiero ya no me quieres.
Cariño, aquí nada tienes.
SOY MUJER QUE PROPONE Y DISPONE.
Mantengo mi tiempo y ocupaciones.
Tengo miedos pero no oscilaciones. 

Nota: valgo por 3 y no necesito que nadie asuma mis 3 corazones.

Me corrompe
Su palpitar en mis senos, me corrompe.
Su aliento en mis piernas, me corrompe.
Su labio en mis oídos, me corrompe.
Sus ojos en mis pupilas, me corrompe.

Sus yemas en mi espalda, me rompen.

No es su piel, ni mi piel; es nuestro sudor.
Nuestro sudor me rompía y me corrompió

Mi sexo
Hoy escribo a mi sexo.
las que aún no nacen,
las que ya nacierón,
las que están creciendo y las que murieron.

Con la garganta seca,
con los labios heridos,
con la cabeza de gritos.

Escribo a los talones rasgados,
las manos hinchadas,
las caderas cortadas,
las estrías blancas, rojas y moradas.
Marcadas,
de norte a sur,
de este a oeste.

Los senos caídos,
los pezones hundidos,
las lonjas en el ombligo.
Al cabello;
seco,
corto,
largo,
ondulado,
lacio o hidratado.

Escribo a las cejas pobladas,
pestañas cortadas,
uñas pintadas.
Al delineado mal hecho,
maquillaje perfecto.

Los paños y pecas,
los labios carnales y celestiales,
la lengua atrevida.

Las de falda corta y larga,
pie con taco y descalzo,
piel cicatrizada y marchitada.

las "alineadas y desalineadas",
que beben y fuman,
las "12 a.m. y 12 p.m",
de misas y oraciones,
"incredulas y obstinadas".

Escribo a la mujer de a lado,
mi amiga,
mi cuñada,
la mujer que será mi hija
Y las hijas de mi hija.

Escribo para TODAS.

Nuestro cuerpo es polvo.
nuestra ropa es tela.
No somos sombra,
Somos más que masa, textura y velas.

Biografía

Gissela Bustos de Figueiredo, de padre ecuatoriano y madre brasileña, ecuatoriana por convicción; brasileña por consanguinidad y amor. En su niñez y adolescencia cantaba y hacía danza interpretativa. Provienen de una descendencia de músicos pero ella escogió las letras, amateur de los versos, las prosas, el romance y su imaginación, amante de la fotografía - "escribo para mí, para amar, para despertar, para sentir, para beber y oler; sobre todo vivir, si no lo hago muero, así de drástico y de extremo. Cuando escribo siento que me invento y me reinventó, todos mis sentidos estallan y vuelo aunque tenga raíz; necia y revoltosa por la naturaleza de mi querer. Novata en la vida. " -


¡ILUSOS!
No escribo para él,
escribo para mí,
así que no me lean,
si no me quieren sentir.

Instagram: @mulherimaginaria

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