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Karina Gálvez (Ecuador)


La poesía de Karina es aquella perla que brilla en la noche. Sus versos se convierten en caricias que maniobran a rienda suelta hasta convertirse en nuestro centro de gravedad. Su voz abraza sobre lienzo y lona, llevándonos al remanso de la fantasía donde se galopa de rosa en rosa y donde el poema se convierte en piel. Derramará ríos de prosa para llevarnos a lugares en los que nunca estuvimos, entre el alma y el deseo, llenando madrugadas hasta que el secreto se vuelva luz.


Amazona

Él, con su amor, me ha raptado

como a Antíope raptó Teseo,

y una guerra ha desatado

entre mi alma y mi deseo.

 

En vano elevé mi pelta

para huir de su mirada,

pues sus ojos traspasaron

cual sol entre mis pestañas.

 

Como Hipólita, ceñí en mi vientre

un cinto lleno de magia,

que él maniobra a rienda suelta

en todas nuestras cabalgatas.

 

Y es que, igual que Belerofonte,

sobre Pegaso revuela. 

Sus alas, que lo hacen libre,

me vuelan a una luna llena.

 

Talestris y Alejandro Magno,

con sus encuentros privados,

no vivieron los destellos

de luz que vivo en sus brazos.

 

Soy diosa criselefantina,

su Mirina, su Amazona. 

Él, elixir de mi único kílix,

es Coloso que me trastorna.

 

Centellas verde-violetas

explotan en romero y mirra

cuando sus labios me rozan,

cuando sus ojos me miran.

 

¡Ah, que todo aquel que haga Arte

nos plasme sobre lienzo y lona,

o en alabastro talle un tondo

de mi Coloso con su Amazona!

 


Amor a la ecuatoriana

Yo quiero que a mí me ames con amor “a la ecuatoriana”;

quiero ser tu mitad del mundo, tu centro de gravedad;

que tu amor sea mi desfile de mil flores y mil frutas

que, alegóricamente, den fe de tu ansiedad.

 

Quiero que desayunemos sobre nuestro Panecillo;

que entradita la noche me embriagues con tu Zhumir;

que hagas vibrar mi ser como lo hace un pasillo,

me lleves al Chimborazo y me hagas después dormir.

 

Cuando tu risa rebose del gozo de un amorfino,

subiendo como en pirámide de ese bello Cochasquí,

quiero que me decores con colores de Las Peñas,

para que pena y dolores salgan huyendo de aquí.

 

Quiero tu amor como lava ardiente del Tungurahua,

como sol galapagueño que incita a todo vibrar.

Quiero ver brillar tus ojos como oro de Nambija;

que salten como en marimba cuando me vean pasar.

 

Cuando confieses tu amor por Costa, Sierra y Oriente,

cuando se entere la gente del querer que en mí derramas,

tendré el corazón sonriente con nuestro fiel juramento:

que nos amaremos siempre con amor “a la ecuatoriana”.



Aria de Sabrina

Juré amarte para siempre

y en el camino olvidé

que amor que con amor no habla,

algo malo ha de traer.

 

Miedo

Gritos

Golpe

Insultos

Nunca entenderé el porqué.

 

Tu ira ha abierto mis ojos

y he de hablarlo, por mi bien.

 

Hoy contaré nuestro secreto

(ése que no me hace bien).

Soy la niña a quien, yo misma,

hoy tendré que proteger.



¿Cómo le digo a mi alma?

Ya casi se me cierran los ojos del cansancio;

Me enajena saber que hoy no supe de ti,

Que pasó otro día con el silencio rancio

Que lo entristece todo cuando no estás aquí.

 

Intento inútilmente llenar mis madrugadas

Con cartas de otra gente que me quieren feliz

Pero no hay verso alguno, ni existe una mirada

Que reponga la luz que se fue junto a ti.

 

Amigos que me aman, me hablan cara a cara,

Recordando los ríos que derramé por ti,

No saben que mi mente de ti ya está copada,

Apartando aquel frio con que te vi partir.

 

¿Cómo le digo a mi alma que no te quiera tanto?

¿Cómo convenzo al viento que no me hable de ti?

¿Cómo acallo el silencio con el que me quebranto,

Si ese mismo silencio me da nuevas de ti?

 

Ya casi se me cierran los ojos del cansancio,

Nuevamente esta noche te buscaré hasta el fin.

Acompáñame en sueños, llévame a algún remanso

En donde finalmente consiga yo dormir.



Cómo me gustaría

Cómo me gustaría que desde hoy fueras mi piel,

para llevarte conmigo donde nunca antes estuve;

galopar de rosa en rosa, con nuestra alma ondeando al viento

y al momento del descanso recostárteme en el pecho,

y encontrarnos nuevamente bajo el mismo extraño cielo.

 

Y en un beso que sea largo, tan largo como tu cuerpo,

darme cuenta que ni un sueño pudo haber sido más tierno.

 

Cómo me gustaría que tu aliento me perfume,

que no exista aquel final que a cierta hora nos desune,

pues se piensa que al amor le es necesaria una luna

para invitar a que fluya su miel en el corazón.

 

Y en un beso que sea largo, tan largo como tu cuerpo,

darme cuenta que ni un sueño pudo haber sido más tierno.

 

Cómo me gustaría cambiarte por mi guitarra

para poderte abrazar y hacer de ti mi poema,

y que tus versos amantes sean caricias de mi noche,

para que el alba que llega compita con nuestra luz.

 

Y en un beso que sea largo, tan largo como tu cuerpo,

darme cuenta que no es sueño, y decirte que te quiero. 



Bienvenido a Guayaquil

Hay un lugar en el centro del mundo

en donde el río se junta con el mar;

en donde las horas se hacen minutos

y sientes que allí te quieres quedar.

 

Es aquella Perla que brilla en la noche,

llena de jarana y de amistad,

con calor humano que te funde el alma,

con nuevos amigos de verdad.

 

¡Déjame llevarte por el manso río!

 

El eco de la brisa

te regala una sonrisa

y el viento gritará:

 

Bienvenido, Bienvenido,

Bienvenido a Guayaquil

Bienvenido, Bienvenido,

Bienvenido a Guayaquil.



Deportes de aventura            (Amor de deportes extremos)

Tu sonrisa me reta a:

hacer rafting por tus surcos cerebrales;

bucear dentro de tus cavas cardiacas;

esquiar sobre la nieve de tu frialdad fingida;

rapelear desde tu frente a tu corazón…

y, a veces, más abajo;

hacer canopying desde tu bíceps izquierdo al derecho;

lanzarme en bungee desde tu nuca a tu fémur; 

surfear sobre el oleaje de tus pensamientos;

conducir un cuadrón sobre tus dunas traseras;

manejar una enduro subiendo y bajando

por la irregularidad de tus vértebras;

enfocarte, como águila, desde mis alas delta;

pedalear cuesta arriba hasta tus sueños

y deslizarme en un trineo de lobos blancos,

cosquilleando tus rodillas;

jugar al paintball y marcar mil coloridos besos sobre tu piel… 


Y después de todo eso,

acampar al borde de algún río,

que tu voz calme mi frío,

y el olor a hierba fresca se disperse hacia la luna.


Amar hasta que amanezca será la mayor aventura.


© Karina Gálvez

www.karinagalvez.com

 

 Biografía

Karina Gálvez (Guayaquil, 7 de julio de 1964) es una poetisa, comunicadora, líder de opinión ecuatoriana-estadounidense. Desde 1985 a 2012 se radicó en California, Estados Unidos, para luego regresar a Ecuador y desde allí coordinar recitales en varias partes del mundo, principalmente en Latinoamérica y Europa. Ha recibido premios o menciones de honor. ​ Es también cantautora y ha escrito canciones infantiles e historias cortas para niños. Es presentadora de "Mesa de Análisis" en UCSG Televisión de Ecuador, con entrevistas sobre arte y cultura; ​ ex-conductora de los programas radiales "Garza Roja Cultural" y "Garza Roja Musical", en Radio Tropicana 96.5 FM, de Ecuador; y conductora del programa "Artífices", en UCSG Radio 1190 AM, de Guayaquil. Su conocimiento de castellano, inglés, francés, alemán, italiano y portugués​ le ha permitido representar a Ecuador y compartir su poesía en varios países y varios idiomas. Fue una de las pioneras de la Cámara de Comercio Ecuatoriana-Americana de Los Ángeles. ​ Es entrenadora nacional de respuesta a desastres para la Cruz Roja Americana de Orange County, California; miembro del ministerio católico de visitas a cárceles; miembro de DMAT CA-1, gestora cultural, y activista comunitaria.

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