Cuando leo los poemas de Juan el dilema
en el que estoy desaparece porque sus letras son sinónimo de celebración. Esa sensación de volar que me da la palabra
de Secaira me aleja de la vida misma para vivirla. Insisto que su palabra crea
el efecto con letra resaltada, pues doy pasos por sus versos por el simple placer
de darlos. Nada detiene la brisa de su voz optimista y nos deja con una tarea: reírse de uno mismo.
Celebración
En la búsqueda utópica del <alma de
diamante>, de la que habla Luis Alberto
Spinetta en su poesía
frecuencia inaudita
para que se reinvente la sensación de volar
relojes fuera de horario
muñecos dando cátedra
soplar lo que queda en el margen
partículas en el suburbio de la noche
el espacio entre los nombres no es el
silencio
en pleamar la garganta se nutre
existe la destrucción en el amor propio
sendas bajo el desparpajo oculto en
filamentos
que celebran también lo soñado.
Exhausto
¿Puedes creer que no recuerdo ahora el nombre del pintor alemán
que tanto me ha gustado desde la época universitaria?
en uno de sus lienzos estaban varias mujeres
retozando
una máquina trabada en la cabeza, lo peor es la expresión tan reiterada:
tengo el nombre en la punta de la lengua
estanque con el agua a cuentagotas
más que problema el olvido se convierte en un collar intermitente
tú entras a la habitación
te cuento el dilema en el que estoy
comienzo a describirte sus cuadros
la perplejidad aumenta
me duele la pierna, como si me la desprendieran con fuerza y odio
aguardo tu ayuda, me dices una cantidad de nombres
ninguno es el que quiero
sé que en él hay una R y una F
no me desespero, aunque caigo al piso por la complicación de la pierna
los profesores en la facultad solían decir que las lecturas nutren
cuando regresan a ti de otras maneras
la memoria en un espiral rompiéndose
estoy seguro de que luego, hoy en la tarde o en la noche
o mañana o pasado mañana
de pronto
el nombre del pintor alemán aparecerá
hallazgos agudos
el cerebro jugando no es un asunto moral sino práctico
así es la vida, me repetiré
exhausto.
Pintar
Escribir 14 horas al día
el mismo tiempo que Lucian Freud ocupaba para pintar
demencial y orgánico
ser un patólogo de uno mismo
de los demás
si los ojos observadores enajenan las retinas
escrudiñar los ángulos bajo una mirada única
feroz caricia del desembarco
trazar al cansancio para eludirlo hasta el cansancio
eléctrica pose
enmarcada en el declive de un gesto salvaje.
Signo
Recae
se abre paso
indeciso signo de admiración
fábula escrita
arbustos
las risas se apuran
el insomnio traspapelado
estrellas de una moneda de diez centavos, de una de cinco
se agolpan en la garganta
islas químicas
en la columna vertebral converge
el núcleo del sistema sensomotor
zona abierta a oposiciones diarias
transparentes se expulsan embestidas
por ellas mismas
nada más lúdico que el sobresalto de
noches propicias
trenes a todo vapor
donde un espectro se asume caminante.
Remotamente
Ausencias que se cubren con arrojo
la lluvia quemada en las pupilas
ningún don es capaz de abordar los pasos
más que el deterioro
es demasiado tarde para esperar un regreso
ajustar el engranaje de un reloj de pared en el enésimo insomnio
conseguir un lecho
activar los sentidos
a una distancia inadecuada, doblarse ante el dolor
no caben las emociones primarias
los consuelos con palabrerías hipócritas
la ola proclive al acabose en su naturaleza
existe la impresión de una mirada absorta bajo la arena mojada
ni una sola
campanada puede adormecernos ni detener la brisa
los conteos
se dan desde el primer golpe
huele el miedo a valentía retorcida
la movilidad carece de peso interior
no es un asunto de voluntarismo
pinchazos
imágenes como flashes sumergidos
sin añoranza, sin castigo, sin buscar
culpables
se riegan las plantas, incluso las que
se sabe
marchitas antes de que las toque el
agua
las palabras también crean afectos con letra resaltada
extender los brazos para sentirse sin ellos
tampoco la binaria proporción de la vida
quizás el cerebro sea poderoso, definitivo
tal vez el espíritu sea valiente
o la voluntad o el alma
todos ellos
pese a los esfuerzos
no logran que un cuerpo se mueva
ni remotamente
el balanceo es la marca a ser escrita
proclives al temblor que mueve el espacio en su tiempo.
Arma
Raíces
el fuego interno, la luz
combinan sus fuerzas
junto a la claridad
pesadillas extinguiéndose
la mancha no es errónea
lápices para jugar con el rojo, el amarillo, el naranja
giros que asientan y niegan a la par
instantes impulsados hacia el descubrimiento
del resplandor de los desposeídos
unas manos atreviéndose a dibujar
una pequeña arma
de destrucción masiva.
Aflicciones
Aflicciones adversas
los escombros se confunden
nos vamos doblando ante su fuerza
por lo menos en la lumbre
la ceniza se convierte y cae
mudanzas diarias
se anidan
anhelos
atisbos
destellos a
media luz
un equilibrista
en la intemperie del azoro
bajo la aventura y el soporte
un hombre extraviado
en un cuerpo irreconocible
desde el límite de la convivencia indómita
certezas cubren el latido
vale reírse de uno mismo
crear desde la realidad propia
irrealidades genuinas
con lo que conlleva tremendo trip.
Convive
Devorar los colores
no coronas
vestigios
la impetuosa consecuencia
varias veces el veneno en el cuerpo
manzanas verdes en atroces cestas
miedo
los párpados caídos, las ojeras
alejarse de la vida para vivirla
nutrirse de esquivas asfixias
partes de la anatomía
la desmemoria convive
para poder habitarnos.
Hice
En el confín de los apremios
somos grandes amadores
dibujamos secuencias
en telas rotas
estímulos en los cuales la interperie
cobra verdades
que no podré traspasar a la cartulina
con desenvoltura y rapidez
ni en la sumatoria de todos los años por venir
se vive un infierno
basuritas en los ojos
mal trago y rebeldía
maldiciones expulsadas
sobre el espacio blanco
una silueta
en insana combustión.
Geometría
Fuimos dichosos
quizás sí
en cópulas
de fin de semana
flotan las luces de las lámparas
el intento se opone
a develar incógnitas.
Rock
Rumbo a la consecución
luz ineludible
cóncavo el cielo
el desierto en el grito
de un ángel púrpura
sin dar el paso
ante la línea aérea del descuadre
aprendemos, fallamos, acertamos
nos convertimos
no en estrellas de rock and roll
sino en fugaces apariciones
profanas
de rock and roll.
Salgo
La mayoría del tiempo
inconsciente
intenso
suelto
doy pasos por el placer de darlos
luego vuelve la penumbra
pero yo salgo.
Biografía
Juan Secaira Velástegui (Quito, Ecuador, 1971). Licenciado en
Comunicación y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Ha publicado el
libro de ensayo Obsesiones urbanas, 2007, texto crítico acerca de la
obra narrativa de Humberto Salvador.
Los libros de
poesía:
-Construcción
del vacío, 2009, editorial Sarasvati, Nueva
York, mención
especial del premio Ángel Miguel Pozanco (España).
-No es dicha, 2012, editorial El Tábano, (Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade).
-Sujeto de ida, 2014, Casa de la Cultura
Ecuatoriana.
-Ribera de cristal, 2015,
Ediciones de Pandora, Tampa-Florida.
-La mitad opuesta, 2017, editorial S
Libros.
-Caracoles hacen círculos en las sienes,
2017 (Una de las plaquetas ganadoras
de la colección Cronología del Espejo, de Editorial Despertar).
-Y La malsana marcha a contraluz, 2018,
Jaguar editorial.
Ha sido en dos
ocasiones uno de los triunfadores del concurso de cuento El Retorno. También ha
sido en dos oportunidades uno de los ganadores del certamen nacional de poesía
El Retorno.
Se adjudicó un accésit
en el concurso de poesía organizado por la revista española Katharsis. Y otro accésit en el concurso de
poesía argentina Puente de Palabras.
Forma parte de
antologías nacionales e internacionales. Las más recientes son la antología Voces del Café, publicada por Nueva York
Poetry Press, 2018; y la Antología de
poesía iberoamericana actual, publicada en España en el 2018.
Su obra poética
ha sido traducida a varios idiomas y ha recibido reconocimientos en el Ecuador
y en el extranjero.
También dibuja y
pinta, con su mano menos hábil, pues, debido a una enfermedad, dejó de ser
diestro para aprender a utilizar su mano izquierda. Lo sigue intentando. En el
2019 presentó sus dibujos en la muestra colectiva El arte es dicha.
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