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Luis Carlos Mussó (Ecuador)


La poesía de Luis Carlos secuestra el instante y lo retiene en el eterno presente. Sus textos son el arte mayor, se han vuelto patrimonio de lo irrepetible. El universo enmudece y dejamos de temerle a la muerte. Su palabra es la invitación a intentarlo todo, nos detendremos en su orilla y la memoria se arqueará mientras la lluvia limpiará las penas del alma.

De Meste de altanería (2016)

Uno
un resuello que deshoje las ásperas orillas del miedo / que amenace –como la belleza, o como este cortocircuito que quiebra mi tórax– desde sus ámbitos hostiles, encharcados en alcohol desnudo sobre un rostro que se aleja / un resuello de alcurnia adulterada que me haga sobrevivir a los herrumbrosos hiatos del amor / y que desvencije la memoria en su lenta deriva similar a lechuguines en la ría / uno que contenga los saberes herbolarios de los abuelos, que secuestre el instante y lo retenga en eterno presente / que enmudezca como el universo que contienen estas manos estriadas / un resuello, como el silencio

Dos

lengua habitada, lengua torcida, lengua suspensa: no me seduce si me alcanza su mundo trunco. la mañana me halló lidiando con el arte mayor de la muerte (soy patrimonio del surmenage, nadie se recuesta junto a mis muertos en sus ataúdes de pino recién derrumbado, ni les talla la noche en los párpados,  aunque la hayan ganado).

Tres
intentaron arrancar la maleza que crece en las junturas de mi infancia (el sueño de la enfermedad produce monstruos), con pinzas intentaron extraer la piedra del olvido, aún se extravían las calles y los nombres, alguien dice que es compasión del universo (ebriedad antes de  la muerte), atando un cordel alrededor de mi índice, gutapercha en las tuberías de la memoria y lluvia despedazada, todo, todo lo intentaron. 

Cuatro
la memoria se arquea como oruga fosforescente que domina el despojo (te escribo a pesar de que no existes, fantasma), la peste del olvido convoca con mórbida herramienta, me disgrega con las sospechas del test Rorschach, iza nombres remilgosos entre mis (nos)otros como marionetas: cuando creo utilizarla, la peste me utiliza.

Cinco
en ausencia del mundo, el arte degenerado con rostro flameante como tablero de Rolls Royce Phantom, sabiéndome lejos del maderamen de tu espalda, para qué temer a la muerte si es creación de la mosca tsé tsé, para qué encallar si llegará un resuello que deshoje las primeras orillas del miedo, que limpie como la lluvia mi mirada, y me haga sobrevivir a los hiatos del amor, uno que anuncie el primero de los resuellos, un resuello como el silencio.  

Biografía
Luis Carlos Mussó (Santiago de Guayaquil, 1970) ha publicado los 12 poemarios, entre ellos Propagación de la noche (2000, premio César Dávila Andrade), Tiniebla de esplendor (2006, premio Jorge Carrera Andrade), Evohé (2008, premio M. I. Municipalidad de Guayaquil), Cuadernos de Indiana (2014) y Mea Vulgatae (2014, premio Jorge Carrera Andrade).
También las novelas Oscurana (2011, novela, premio Ángel F. Rojas y premio Joaquín Gallegos Lara) y Teoría del manglar (2018, premio Miguel Riofrío), Épica de lo cotidiano (2013, ensayo) y Rostros de la mitad del mundo (2015, semblanzas, premio José Peralta).
Corresponsable, con Juan José Rodinás, de la muestra de poesía ecuatoriana Tempestad secreta (2010). Editó y prologó las antologías La astillada sombra de Sodoma (2013) y Sangre de spóndylus (e book, 2015).
Doctor (c) en letras por la Universidad de Alicante, se desempeña en la cátedra y periodismo. Sus colaboraciones han sido traducidas y editadas en siete lenguas.

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