Cuando nos sumergimos en la voz poética de
Mario César la vida vuelve a ser plácida, vuelve a ser aquella rosa sin
espinas. Sin duda sus letras nos ubican en el punto donde el espacio y el
tiempo se hacen compañía para disfrutar del camino. Pasaremos cada página para
llenarnos de sensibilidad y nos quedaremos con ese sabor agradable que nos da
una buena lectura.
Sin título
Con tu compañía he disfrutado el camino,
a ratos, a destiempo...
Tus noches y las mías,
tus días que no son tus días;
pasando cada página como pasa la vida
me has llenado de ti solo por
quedarte.
Y te digo gracias.
Gracias por todo este tiempo de confidencia,
de complicidad sin diálogo, sin verte el
rostro.
Se acaban las últimas letras que me
alegran el alma
porque ya no son mías.
Son tuyas.
Mirada
Que te unió a
mí
Y,
balbuceando, dijo todo de ti…
Ventana de tu
interior,
mirada para
reconocer que yo puedo ser alma en tus ojos,
la misma que
cambia con el dolor,
que se apaga,
que se pierde, que se borra.
Mirada que se
quedará por siempre en mi memoria y en ti.
Ausencia
¿Qué es,
cuando miro a lo lejos, esa luz que se refleja en la tersa silueta de
tu mundo,
ese bocado dulce de tus labios, que piden, que sienten, que
piensan?
Piden un
recuerdo, como tu carne y tu esqueleto.
Ausencia, no
estar, dejar de estar siendo,
permanecer
sin estar, sin sentir, sin nada por hacer;
dejarse estar
para que todo vaya muriendo,
muriendo en
ti, muriendo en mí,
¡no te
permito la ausencia!
¡Me rehúso a
tu ausencia, vuelve a ti, amada mía, quédate aquí!
Y llévame.
Dentro de ti
y contigo.
La magia del silencio
¿Cómo les
cuento que estar conmigo no es estar solo?
¿Cómo les
cuento que me dicen que estoy solo como si la nada no existiera
¿Cómo les
digo que ese estado, espacio y tiempo, son los instrumentos
mágicos del alma?
Estoy donde
el espacio y el tiempo son la vida y también la muerte.
Y, cuando la
muerte llega, dejan de existir y todo se vuelve vida.
El espejismo
Hoy he visto a través de ti.
Dejaste de ser la que por nombre y apellido te correspondía.
He visto a otra persona,
eres alguien más que no reconozco en tu propio cuerpo.
Me paralizo.
¡Despierta de ese mal sueño y vuelve a ser el espíritu noble
y con el ánimo sereno, sin amor en tus vísceras!
No importa, es lo de menos.
¡Despierta de ese sueño, te tiene perdida, te desconocemos!
Vuelve a ser plácida, vuelve a ser aquella rosa sin espinas.
Por favor, dime que es un espejismo o despiértame con un beso,
¡júrame que es un sueño!
Biografía
Mario César
Quintero nació en Guayaquil en 1971, ahí se creció y años más tarde cursó sus
estudios universitarios en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil para
obtener el título de médico. Luego ingresó a la Universidad de Buenos Aires,
Argentina donde obtuvo el título de Otorrinolaringólogo y Fellowship.
El gusto por
la escritura creció de la mano con la lectura a través de los años. Ahora es
una de sus pasiones y el libro “Amar sin
palabras” de La Editorial la Madriguera junta a dos de ellas: la escritura
y la pintura.
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