Con la poesía de Izaskun sentiremos el calor en
la garganta. Antes de aventurarnos en sus versos coronaremos el silencio y nos
volveremos creyentes en aras de otro abrazo. Lo que deseaba era esto, lo soñado,
donde nadie pierde, donde sus letras nos rescatarán de la muerte y reviviremos para
reconstruir la realidad, el momento del cambio. Los monstruos sin almas se volverán
una falacia y será tentador un hábitat de buenos sentimientos que reposen
en nuestro pecho mientras vamos recorriendo sus poemas.
Poema 1
nos quedamos sin creyentes
sin almas puras que sacrifiquen a sus
hijos y ganen el cielo
para quienes no lo merecemos
y la ética se pierde devorando la
esperanza
quizá nos quisieron demasiado
quizá nos quisimos demasiado
y erramos
ciegos por convicción
mientras la vida nos arrebataba lo que
era nuestro
Poema 2
lo que deseaba era esto
lo soñado
y sus
imperfecciones
y los caminos
por allanar antes del todo desnudo y del gris eterno
el calor en la garganta
y
por fin
el silencio
aun la reverberación
del grito como costumbre y guía que a nada conduce
donde los monstruos
duermen hasta el momento del cambio
antes de aventurarse
fantasmas
en
lo desconocido innato
como si supieran
como sabemos
que ya nada importa
Poema 3
me resisto a buscarme en lo que nunca
fue
a arañar el pasado en un intento de
reconstruir la realidad
que a mi yo más se acomode
y
sin embargo
qué fácil es perderse
qué tentador imbuirse de nosotros como
nunca fuimos
y huir entre falacias hacia delante
hasta que el próximo giro nos devuelva
sangrantes
a
nuestro lugar
Poema 4
repaso
citas y quehaceres
ordeno
mis piedras
construyo
un hábitat a escala de superviviente
y
encierro en él
a quien de mí me sobra
y
vuelvo por un momento
a
coronar el silencio
a
economizar instantes compartidos donde se espera
aun ausente
aun
en mayor medida
cumpliendo
el castigo que yo misma
a través de otros
me
impongo
a
volver a casa y a encontrar un monstruo habitando mis enseres
tan temporal como indómito marcando territorio a través
de la enfermedad
Poema 5
yo no quise caer y me defenestraron
fallecí y me revivieron
y me empapuzaron el pecho de buenos sentimientos
mientras empalaban mi cuerpo
sólo para poder fingir que intentaban curarme
acaso se trata de un juego simple y complicado
organizador
de miedos
reestructurador
de lo que nos tiembla
que así aprendamos a
comportarnos
a ser uno y perderlo todo en aras de otro abrazo
a lamentar en invierno lo que no supimos defender
otrora
cuando aún podíamos a la sombra de otros árboles
destrozado este sonar los días
arrecian horas al cielo que de azul se tiñe bajo unos
montes que no más
se yerguen sobre nuestras cabezas
Biografía
Izaskun Gracia Quintana (Bilbao, 1977) es licenciada en Filología Vasca. Fue editora y cofundadora
de la editorial de poesía Masmédula, y actualmente trabaja como diseñadora gráfica editorial y
traductora, escribe artículos e imparte talleres de escritura.
Es autora de los poemarios Ohe hutsetan (2018), despertar lloviendo (2017), vacuus (2016),
ártica/artikoa (2012), saco de humos (XIX Premio de Poesía Villa de Aranda, 2010), eleak eta beleak
(XVII Premio de Poesía Ernestina de Champourcín, 2007) y fuegos fatuos (2003), y del libro de
relatos Crónicas del encierro (2016).
Sus textos han aparecido en numerosas antologías y revistas, ha participado en varios festivales
poéticos y ha colaborado con artistas plásticos como Anabel Lorca, Zigor Barayazarra, Delphine
Salvi y Leire Urveltz. Vive en Berlín desde 2011.
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