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Mijail Alvarado (Ecuador)


La cosecha de lo que siembra la poesía de Mijail es majestuosa. En sus rimas los besos son posibles, la caricia es húmeda y pagana, dirán que nos hacen falta tuercas. En el entorno de Alvarado muere lo efímero, sus letras son manos tangibles que consiguen el descenso hacia el escote de la provocación por leer un verso más.

Del siete al siete
Del siete de junio al siete de septiembre
hay dos décadas con yapa de tres años.
Lo que coseche será lo que siembre,
dijo el buen pastor de los malos rebaños.

Rogando a la cabeza que no remembre
está siempre el corazón juntando engaños.
Aguardo dormido el treinta y dos de diciembre
en la sala de espera junto a los baños.

En el calendario de mis penas movedizas
están marcadas con tinta roja
los dolores, las tristezas, las cenizas.

En el reloj cucú de mi memoria
hay un segundero que se moja
con el lodo del chiquero de la historia.

Mentira piadosa
En mis horas más paganas
ovejas negras saltan cercas
y las blancas por ser tercas
las miran desde las ventanas.

Por mis rimas más villanas
dicen que me faltan tuercas.
Ahora cuando te acercas
ya no pierdo, ya no ganas.

En mis noches de domingo
tú renaces majestuosa,
yo en mi caverna me extingo.

En esta mentira piadosa
que de la verdad no distingo
da lo mismo espina que rosa.
(da lo mismo lunes que domingo)

Ni tan vivo ni tan muerto
Con el alma en condena a este infierno.
Con la pena de ver morir lo eterno.

Con el rocío impreso en la ventana.
Con la resignación de una campana.
Con la caricia húmeda y pagana.
Con el deseo oculto, vil persiana.

Con los males que arriban a buen puerto.
Con las visiones de un vidente tuerto.

Sin hogar, ni horizonte, ni gobierno.
Sin patria, ni pasado, ni mañana.
Sin usted, ni tan vivo, ni tan muerto.

Allá
Allá, donde mi mente nos recuerda.
Allá, donde la diestra es a la izquierda.

Allá, donde tus besos son posibles.
Allá, donde tus manos son tangibles.
Allá, donde tus curvas son visibles.
Allá, donde tus pechos imbatibles.

Allá, donde no existen perdedores.
Allá, donde comulgan pecadores.

Allá, donde yo un loco y tú la cuerda.
Allá, donde mis miedos son vencibles.
Allá, donde no existen desamores.

Iscariote
Ingenioso, hidalgo y don quijote
quien consiga el descenso hacia el escote

de una dama amorosa, cenicienta,
inocente, ardorosa, penitenta,
desalmada pasión, cuplé y tormenta.
Malísima fortuna tan mugrienta

de parecer solo un Sancho con panza,
un adefesio, sin perdón ni fianza.

Ya no ruego caricias, Iscariote,
tampoco besos de eucalipto y menta.
Desangraste mi agónica esperanza.

Biografía
Soy Mijail Alvarado Almeida. Nací en la ciudad de Guayaquil el domingo 3 de junio de 1990.
Estudié durante cuatro años la carrera de Contabilidad, sin embargo, al encontrar mi verdadera vocación y luego de experimentar el maravilloso placer de la paternidad, retorné a las aulas, esta vez, tras la licenciatura en Literatura en la Universidad de las Artes (Guayaquil – Ecuador). He escrito y publicado en plataformas digitales mi novela corta Cuando los buenos callan y mi poemario Habitación 36.

Premios
  • Texto seleccionado para formar parte del libro antológico del IX Concurso de poesía “Versos en el aire" (2019).
  • Mención por la obra "Ni tan vivo ni tan muerto". II Concurso Internacional de Poesía en Rima Jotabé Jotabeando USA (2020).
  • Ganador del concurso Textos de la peste (Anales del Covid-19), organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana– Núcleo del Guayas (2020).

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