Omar Garzón Pinto (Colombia)



La poesía de Omar nos hará caminar por la ruta de todos los supiros. Volveremos a casa y limpiaremos el llanto para encontrarnos con el verso que nos arroja una rosa, un clavel y un crisantemo. Iremos tras su palabra que nos susurra en cada paso del viento y caminaremos por el sendero de las caricias sin dar alguna razón imaginaria o fantasiosa.

Poemas del libro
Bruma

Hoy, que me encuentro en su oficina
abogando por la vida de mi pueblo,
le pregunto, señor presidente:
¿En qué lengua
están escritos sus sueños?

Parece que están escritos en inglés,
ni siquiera en español.

Los míos están escritos en camëntsa.
Así jamás nos entenderemos.

Hugo Jamioy

Un día después de la guerra,
si después de la guerra existe un día,
te tomaré en mis brazos, y te haré el amor.
Si después de la guerra tengo brazos,
si después de la guerra existe amor.


John Lennon
El Tomate
Hoy he vuelto a mi casa. La he barrido, la he lavado, la he arreglado. Le quité las telarañas. Boté las sillas rojas. Le limpié el llanto. Abrí las puertas y ventanas y me asomé esperando ver la vida: Afuera todo sigue igual. El mismo paisaje inmóvil desde hace algunos años cuando los hombres fueron trasquilados y las mujeres teñidas de ceniza y las niñas pasadas por la inmensa hoguera de los llantos.
Hallé el silencio enredado en las púas de las cercas donde no creció ninguna flor.
Yo busqué un fruto donde ni siquiera había aliento, ni humedad en la tierra de El Tomate. El cielo se llena con la luz de los ausentes. La noche renace con la voz de los caídos en este río seco que vio morir ahogados a nuestros viejos, en este  mar tiznado donde desembocó el cuerpo calcinado de los niños.
Hoy he vuelto a mi casa. La he pintado, la he arreglado, la reconstruí. Algo nada fácil porque es lamentable llegar de nuevo después de tanto tiempo a limpiar pasillos como si nada hubiese muerto, como si nada nos doliera en estas tierras de El Tomate donde los montes se parecen más el cementerio de los hombres de los que no se habla porque solo son higuera que no florecerá y por lo tanto ya no es necesaria en esta tierra imaginaria y fantasiosa de El Tomate de la que nadie sabe nada, de la que nadie dice nada.

Esperé a que regresaras de la guerra
A Luz Marina Bernal Parra
Fui tras la caricia de tus dedos
pero ya no estabas.
Fui tras una palabra de tus labios
pero no te conocían.
Caminé la misma ruta de todos tus suspiros
para encontrarme con el verso que te nombra sin hallarte.
Arrojo piedras desde la orilla de los lagos cuando es martes
y son las once de la noche en la edad de mi tristeza.
Me paro sobre el borde de la vida mientras miro a todas partes.
Me pongo sobre el filo de la noche esperando a que regreses.
Me pregunto cada tarde qué será del mundo si no vuelves con tu luz
porque hacer la misma cama, comer en la misma mesa
habitar esta misma casa sin ti, sin tu latido,
es el más cruel, el más doloroso, el más lamentable de los exilios.
Aún te espero, mi amor.

Soacha sin ti
No es que mis manos retraten las tuyas
/en la inmensidad de la hoja.
No es que mi corazón resienta tu rostro invisible
/sostenido en mi pecho.
No es que mis oídos te escuchen susurrándome
/en cada paso del viento.
No es que mis labios extrañen tus besos, ni que mis brazos
/anhelen tus hombros, tu espalda, tu cuello.
Lo que pasa es que estas calles aún te describen
/sin dar alguna razón de tu nombre.

No es que mi lengua todavía hable tu idioma.
Lo que sucede es que no he dejado la costumbre de ejecutar
/tu conjuro
ese que me lleva a sentirte en todas partes cada vez que te extraño
y que la noche me dice que no estás conmigo
que ciertamente no estás en ningún lado. 

Una vez llovieron flores en El Aro
Para Álvaro Uribe Vélez
Varios hombres pasaron por mi lado caminando.
Yo los saludaba con mis manos infantiles.
Sombras altas de mirada fiera gritaban en el pueblo.
Yo las saludaba con mis manos infantiles.
Gritos y destellos asaltaban las casonas.
Yo tiraba flores que el viento se llevaba
mientras la tormenta terminaba y los chulos emprendían su vuelo de /partida.
Varios hombres pasaron por mi lado para abandonar el pueblo
/muy despacio.
Yo los miraba mientras llevaba mis manos a mis codos contra el /frío.
Uno de ellos me empujó. Caí, pero me levanté
y le arrojé una rosa, un clavel y un crisantemo.
Él, a cambio, me sembró una bala en la mitad del pecho.
Pero aquí estoy.
Y si ese hombre fuerte de mirada roja volviera a empujarme un día
una vez más yo le arrojaría una rosa, un clavel y un crisantemo
sin importar que una vez más me siembre la muerte en un pulmón
porque una vez más la vencería y le arrojaría otra y otra y otra flor
a ese y a otras cientos de sombras que de cuando en cuando arrasan  /los campos.
Una rosa, un clavel y un crisantemo cuantas veces sean necesarias
hasta que el peso de las flores en sus botas no les deje seguir /andando
no les deje seguir gritando, no les deje seguir matando.

Abril en Bahía Portete
No cierres la puerta de la noche ante mis ojos sin haberme
/resguardado entre tus brazos.
No me dejes con este firmamento acrecentado sin el calor
/de tu mejilla en mi regazo.
No me señales el sendero sin llevarme a través de él.
No me arrojes a la vida sin la guía de tu mano.
No me digas por donde debo caminar.
No me niegues tu fuerza y tu perdón.
No me ordenes que te deje.
No te vayas sin mis manos.
No me pidas que te olvide.
No me dejes sin tu fuerza.
No me sueltes.
No te vayas.
No te mueras.

Biografía
Poeta y autodidacta radicado en Suba, Bogotá. Sus textos has sido publicados en antologías, periódicos y revistas de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, España, EE.UU., Guatemala, Guinea Ecuatorial, México, Nicaragua, y Venezuela. Profesor de Humanidades en instituciones de Educación Básica-Media y promotor cultural de colectivos artísticos (años 2008-2020). Trabaja como directivo en el Colegio Van Leeuwenhoek, Director Ejecutivo de la Corporación ESHAC (2016-2020), Director de la Revista Occidente XXI y Director del programa de radio Agridulce.

Sus poemas han sido musicalizados por el cantautor Leandro Sabogal y traducidos al francés, inglés e italiano. Blog: farodesnudo.blogspot.com

Libros publicados por Omar Garzón:
Faro desnudo (Liga Latinoamericana de Artistas. Btá. 2011), Flores para un ocaso (Liga Latinoamericana de Artistas. Btá. 2013), Un poeta es un satélite en constante caída (Senderos Editores. Btá. 2015) y Bruma (Piedra de Toque. Btá. 2020).

Reconocimientos otorgados a Omar Iván Garzón Pinto:
· Mención de Honor del Concejo de Bogotá: Participación como líder Distrital Constructor de Paz. 2019 (Bogotá);
· Mención de Honor: Cuarto lugar en el VII Concurso Internacional de Poesía El mundo lleva alas. Editorial Voces de Hoy. 2016 (EE.UU.);
· Finalista del Concurso Internacional de Aforismos. Cuponeta Ediciones-Logo Editorial. 2015 (México);
· Finalista en el I Certamen de Poesía Rafael Maya. 2015 (Colombia);
· Tercer lugar en el XIII Concurso Internacional de Poesía Eduardo Carranza. 2015. (Alcaldía de Sopó, Colombia);
· Segundo lugar en el I Concurso de microrrelato “Otoño e Invierno”. Diversidad Literaria. 2014 (España);
· Segundo lugar en el Concurso nacional de poesía “Poetas en Carnaval”. 2014 (Pasto, Colombia);
· Finalista en la segunda convocatoria "Mil poemas por la paz de Colombia". Fundación Plenilunio. 2014 (Cali, Colombia);
· Finalista en el concurso Nacional de poesía “Nuevas voces para la poesía colombiana”. Corporación Ulrika. 2013 (Bogotá, Colombia);
· Tercer lugar en el Concurso Distrital de estímulos para la creación literaria. 2011 (Suba, Bogotá, Colombia).

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