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Walter Ramiro Cueva Cueva (Ecuador)


La poesía de Ramiro es un coro de agua con frecuencias exquisitas. Los versos de Cueva son una reencarnación del tiempo, de instantes. Su palabra lleva consigo el olor del paisaje que tienen los hombros y nuestra piel sonríe. Cuando lo leemos nuestros ojos se abren a plenitud, siguiendo una brújula sin señales en la que nos orientamos por la musicalidad del latido. Sus letras son una balada.

Balada May
Ese cristal de tus ojos
ese cristal que rueda por la tarde
presionado por el viento y el polvo,
ese cristal de tus ojos
obsesionado con el ocaso
escurre su sombra por otras sombras
su rastro en otros rastros
hasta reflejarse en un ocaso gris de verano.

Ese cristal de tus ojos
ese cristal que posa detrás de la pantalla
enraizado en las ideas y los huesos,
ese cristal de tus ojos
viaja por el viento como una isla pequeña
donde lleva recuerdos de tardes
de instantes
una isla pequeña donde laten los días.

Cadencia
Otro ciclo
enredado en las líneas de mi tuétano
en los cordones de los zapatos
cuando la rueda del reloj se completa anunciando otro día muerto,
será que murió ese día?
no, solo es una reencarnación del tiempo
que sonríe cuando la piel se agrieta.

Otro ciclo
recolectando estaciones entre gaseosas noches
mirando la pasión de la lluvia,
a veces pienso que sólo soy polvo acuoso
que se mueve por la magia del respiro
por la musicalidad del latido.

Otro ciclo
contemplando la herrumbre de los semáforos
mirando aquel desgaste del paso cebra,
el rostro tiene ahora más tiempo
tienen más tiempo las rodillas y el conjunto de articulaciones
ahora tiene más tiempo el alma,
pero el día que muere, está realmente muerto?

Aire amarillo
El sol no está solo en el cielo
también está cuando abres la boca
y se asoma entre tus dientes,
no solo está arriba desde donde calcina
sino que
se presenta cuando tus ojos se abren a plenitud
en un mediodía plagado de smog y polvo.

No está solo arriba
sino que también está estacionado en las líneas de tu piel
siguiendo una brújula sin señales,
aparece enredado en cada hilo de tu pelo como un diminuto demonio
que lleva consigo el olor del paisaje que tienen tus hombros
y el olor de la iluminada frente en el apogeo de la tarde.

No solo brilla en el infinito
sino también cuando tu sexo despierta.

Vía láctea bajo el tejado
El cuerpo de la noche es un abismo hermoso
con cardúmenes de insectos buscando
temporales luces,
su música es un coro de agua con frecuencias exquisitas
que cruza la estructura de las puertas
al sólido mar de concreto que hay en las paredes,
pero no rebasa a la oscuridad de los párpados.

El cuerpo de la noche es un abismo hermoso
con estrellas que reviven cuando el sol duerme,
su aire es un gas casi rojo que empapa con la precisión del sol
a la aguja del minutero
y su mortal movimiento sobre la sonrisa y el llanto,
pero no rebasa a la caída de los párpados.

Piedras
                                                                                  A Lorca
Veo muchas veces en mis sueños llover piedras
con una tristeza muy mía,
a Cristos azotados por los días lunes
con tedio de vivir y hambre en los ojos,
veo a las venas de la tierra latir sobre mis pies
sangrando terremotos
sangrando lava.

Veo en mis sueños a la geografía del odio
moviendo con libre albedrío
las vísceras del hombre
con despertares de pólvora
con ocasos de muerte desmerecida,
veo a la raíz de la tristeza
en ojos humanos y suicidas
que cuentan cuentos negros
con carne que se pudrirá.

Y aprendí de tu poesía
que la tristeza en un adelantado féretro
con pequeñas muertes diarias
pequeños desfallecimientos
que están en cada párrafo,
aprendí
que pensar es una acuarela desordenada
con manchas negras
temporales locuras
y unas ansias de muerte
posadas sobre los hombros.

Te vi fusilado
lapidado de insultos
con tu sombra homosexual y dramática.

Biografía
Ramiro Cueva nace en Loja, capital de la provincia de Loja un 21 de junio de 1982; cursa los estudios primarios en una escuela ubicada en la parte céntrica de la ciudad. A los 7 años migra desde aquella ciudad hasta otra llamada Santo Domingo de los Tsáchilas; es aquí donde culmina los estudios de primaria.
Ingresa a estudiar la secundaria, termina el bachillerato en un colegio de nombre en Santo Domingo, desde esa etapa de colegio comienza a escribir pequeños poemas y a leer a grandes autores de la literatura y poesía. Aquellos escritos son regalados a compañeras que saben apreciar aquello; desde la etapa de culminación del bachillerato hasta la universidad no escribe y se dedica a la lectura acaparando la mayoría de conocimientos esenciales que son un respaldo para una visión literaria en el futuro.
Comienza a publicar sus textos en las redes sociales en el año 2006, y desde el año 2013 inicia una carrera personal en cuanto a la generación de recitales poéticos nacionales e internacionales dentro de Santo Domino, lanza su primer libro titulado “Amores del tercer mundo” y está por culminar su segundo libro llamado “Los días”.
Ramiro Cueva aborda entre sus temas rasgos de cotidianeidad no vistos de manera detenida sino más bien vividos como una ajetreada realidad, el tema de la muerte es un importante punto así mismo como las ilusiones que hay para con el ser humano y el mundo natural. También escribe prosa, cuentos pequeños y ensayos.

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