La poesía de
Javier Alexander nos acercará a esa fuente que besa el cuerpo. En sus versos
todos nos encontraremos en la casa de la palabra y hablaremos un mismo idioma.
Por el camino trasnochado besaremos el manjar de su jardín de letras y
sentiremos la plenitud del vértigo que haremos luego la trinchera de nuestra
vida. Las flores irán abriéndose, nuestros
dedos podrán asimilar la ternura de sus escritos y la vigilia tocará la puerta
de nuestros ojos.
Safo
Esta mujer
extendida en el
césped de mis miradas
no sabe cuánto
anhelo besar el manjar de su jardín
no adivina que
la vara mágica se estira
para profanar los
delicados instintos
Sé que su
belleza adolece de caricias
de ternura que
no puedo asimilar con mis dedos
Ella me
enloquece
cuando va por la
avenida cruzando la lluvia
y el paraguas se
hace casa
sombra plástica
arropada de pájaros
Esta mujer que
dormita bajo árboles ardidos
toca mis sueños
por las noches
como toca el
viento la puerta de mi habitación
y yo despierto
y abro mi
horizonte
y encuentro a un
hombre insaciable
lejos de todo
alimento
y de toda
perturbación
por culpa de un
violín que se deshila
entre mis
fibras
Esta mujer
enamorada de otra
-no quisiera-
vaya a hacerme
entrar en sus orígenes
Del poemario: Del Amor y lo Profano (2007)
Invitación para una mujer Virgen
Quédate a
contemplar la belleza efímera
acércate a esa
fuente que besa el cuerpo
de pájaro
atravesado
tal vez
despiertes asombrada
por las primeras
fosforescencias de la noche
tal vez esa luz
destile de tus ojos la vigilia
de amores idos
y de vidas
rasgadas en su centro
Aproxímate a
lamer versatilidad
de la carne
erecta
y se mujer alada
por ángeles místicos
abierta al juego
y a la desgracia
Se inmortal en
esa hora
cuando remiendas
el placer de tu amante
de tu novio
de tu amigo
o del que no
conoces
Entrégate
totalmente al impulso de saberte nada
y de sentirte
hundida hasta la plenitud del vértigo
hasta sentirte
bella
y sucia como el
día que termina
Apresúrate a
romper el sagrado pétalo
que te claustra
y te obliga a
estar ajena a lo divino
a lo metafísico
y a lo enfermo
Desnúdate
aprende a ser
inmensamente hembra
inmensamente
diosa
bajo el cuerpo
salvaje de los hombres
…. o de otras
Del
poemario: Del Amor y lo Profano (2007)
Funeral de las hadas
Bosques sombreados conducen a mi casa
Por allí camino trasnochado
con los poetas de todas las generaciones
Walt Whitman con su barba blanca
toca los manantiales de mi imaginario
mientras Allen Ginsberg
nos ayuda a recoger las latas vacías del
camino
y apaga los fuegos incandescentes del
arcoiris
Todos vamos apresurados
al funeral de las hadas
William Blake nos espera bajo un árbol
lleno de ángeles
cuyas alas relucientes
brillan entre las ramas
De pronto
con saltos muy ligeros
se pierde un gnomo
de nombre Gelindo Casasola
quien persigue a Borges
a Kavafis
a Eliot
a Rimbaud
a Omar Kayán
y a Javier Alexander Roa
En la orilla del río descansa
–bajo la sombra de un puente-
Aristóteles y Plotino
Platón juega entre las hierbas
con un adolescente
Un pájaro cruza atravesado de canto
Al fin todos nos hemos encontrado
en la casa de la palabra
y hablamos bajo un mismo idioma
Acompañados
decidimos despojarnos de la ropa
y seguir libres caminando
a través de las hojas secas
y las piedras desnudas
Con nuestras miradas se queman las cosas
Entramos en la espesura
y en los animales salvajes
Atrás van quedando los reyes
y los hombres opulentos
de mágicos tesoros
Atrás van quedando
Verlaine
Ezra Paund
Baudelaire “entre las flores del mal”
Atrás van quedando las generaciones
adictas
a lo
efímero y al caos
Rabindranath Tagore canta sus mantras
al llegar el sol
De lo alto
desde lo más alto
vemos encresparse la hermosura del día
Llegamos –advierte- un poeta sin nombre
Y el funeral es una feria de frutas
bailes
y alumbramientos
Un jardín esplendido palpita
Y yo me hundo
como si estuviera muriendo
y naciendo a la vez
Del poemario: Otro abismo (2001)
Ñangara
a Benito Mieses
Como cualquier individuo
prefiere vivir en las alturas del barrio
de allí percibe los movimientos de la ciudad
Él sabe cuando sube la policía
a requisar las casas
Por las tardes se sienta en las escalinatas
fuma un par de cigarrillos
y discute con sus brothers los sucesos del día
Él está al tanto de las manifestaciones universitarias
Él es miembro de la junta de vecinos
y clandestinamente habla del Capital de Mark
de Lenin
y de la filosofía integracionista de Ho Chi Ming
Cada año celebra la fiesta a San Antonio
y se reúne con los demás ñangaras de la ciudad
cantan las canciones de maelo
y no puede faltar Rubén Blades con su Pedro Navaja
ni Willie Colón, ni Héctor Lavoe con Che Che Cole
ni la Sonora Matancera, ni Henry Fiol
ni Silvio Rodríguez, ni Alí Primera con Canción Para los Valientes
Dice que los Rolling Stones, The Bee Gees, los Beatles y Bob Marley
deberían ser clonados
para que nunca mueran
Dice haberle hecho un sombrerito a Maradona
en un partido de fútbol
Dice que la poesía es el único objetivo político
y trinchera de la vida
Dice que los poderes creadores del pueblo
del que hablaba Aquiles Nazoa
es la gran dosis para llegar al socialismo
Dice que una sifrina del Este venida del Norte
se enamoró de él
porque sabía patear las calles del Sur
porque los jíbaros de otros barrios le tenían respeto
porque no andaba con mariconadas a la hora de fornicar
porque vivía del día a día
y no espera regalos en nochebuena
ni en sus cumpleaños
Dice que nunca ha tenido un empleo digno
que no ha usado corbata
que su mamá ha sido también su papá
que vendió la nueve milímetro para pagar la medicina de un compinche
Dice haber esperado tanto al Nazareno
que ya se arrechó
Dice que Nicolás Guillén bailaba con buen paso
el Sóngoro cosongo,
songo be;
sóngoro cosongo de mamey;
Dice que se quedará en esta tierra de gracia
y que seguirá siendo ñangara
y que seguirá encendiéndole velas a San Alejo
y que como cualquier individuo
seguirá siendo él
hasta que no sea
Del poemario: Causas
Perdidas (libro que aparece en: Antología para confundir al enemigo, 2010)
La
casa avistada entre relámpago
a Luís Alberto Angulo
Avistado el amanecer
entre el jardín
Y el mar de su bravura hacia relámpagos
Y allí permanecía anclada la estrella del Sur
en un cielo púrpura
como de plástico gelatinoso
Y la casa no iba
y la ropa colgada en los alambres
quieta permanecía
El viento soplaba hacia dentro
y afuera estaba todo quieto
Las gallinas rojas desyerbando
Se paró el gavilán y se quedó pegado en las nubes
- escribió Ramón Palomares -
Y el día avanzaba
sin ser día
Y las flores fueron abriéndose
mientras las doncellas hacían el amor
y corría el río
Despertaron los tigres azules de Jorge Luis Borges
- advirtió el domador del circo -
Y la casa era un enjambre de abejas
dulcísimas
dulcísimas
Y cuando comenzó avanzar el sol
verdearon las montañas
Las ovejas miraron los papagayos
que volaban
entre los árboles
iguales que los colibríes
Ahora todo era prisa
un irse
un desbocarse de caballos
halados por el tiempo
¿Sabe el Águila lo que hay en el abismo?
- Preguntó William Blake -
Y la casa ya no estaba
breve de sí misma
se había ido
Del poemario: Causas
Perdidas (libro que aparece en: Antología para confundir al enemigo, 2010)
Biografía
Javier Alexander Roa. Poeta, articulista
político, editor y diplomático venezolano, residenciado en Damasco capital de
la República Árabe Siria. Ha publicado los libros: Diosa (1991); Acuarius
(1996); Otro Abismo (2001); Abalorios (compilación de poesía – 2004); El Amor
No Tiene Tregua (galardonado por el Certamen Mayor de las Artes y las Letras en
el año 2006 por Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela y
publicado por la editorial El Perro y la Rana en el año 2007); Del Amor y lo
Profano (Ediciones Axis Mundi, Bogotá – Colombia, 2007); Antología (para
confundir al enemigo) donde se incluye el poemario “Asuntos Domésticos, 2010.
Sus poemas han aparecido en antologías de poesías en Perú, Colombia, Venezuela
y en la República Árabe Siria. En 2014 fue incluido en el libro “Poesía y
Narrativa Hispanoamericana del siglo XXI, Lord Byron Ediciones, Madrid –
España.
Comentarios
Publicar un comentario