Ir al contenido principal

María Laura Decésare (Argentina)


La poesía de María Laura borra el silencio y nos toma de la mano. Decésare nos ofrece una palabra, una promesa, una caricia que nos salve. En sus versos el tiempo pasará lento hasta alcanzar lo que creímos. Miraremos con asombro como vuelve la noche y el aroma de sus textos se nos hará familiar.  La vida está ahí, en sus letras. 

Irse
Volver es una forma
de alcanzar lo que creímos
perdido: una mirada, un libro,
el nombre de lo amado.
Una voz insiste y me dice:
no cruces esa puerta.
Pero ya es tarde,
desobedezco, salto y canto
como un grillo.


Retrato
El espejo se rompe
y avanza la imagen de lo pequeño
que olvidamos hace tiempo.
Con asombro vemos unos ojos
de mirada limpia
que casi no podemos reconocer.
Ha pasado tanto
sobre nuestras cabezas
que el claro de esos ojos nos toca
y es mejor
estarse quieta por un rato.

De madrugada
La niña que fui
vuelve con la noche,
me toma de la mano
y pide que cierre los ojos:
oigo el ladrido del perro,
un movimiento de sillas
y la voz de papá.
No abras los ojos, insiste
la niña y siento una caricia
sobre mi pelo negro,
tiemblo al reconocer
ese olor familiar.
No te vayas, murmuro,
no me despiertes.

Camino a casa
De memoria voy
por el camino que me lleva
a la casa materna,
desde la plaza veo el molino
al que pocas veces me atreví a subir
para ver desde lo alto los techos,
no cualquiera tiene uno en su patio.
Cruzo la puerta, atravieso el jardín
mientras tarareo una canción.
Que pase lento el tiempo, pido
para mis adentros.
La misma escena: mamá en el sillón,
yo de rodillas le abrazo las piernas
y dejo que sus manos me despeinen.
Una caricia repetida
que me vuelve niña y me trae
sin paradas intermedias,
derechito
al comienzo de todo.

*Poemas del libro La hija menor

Somos lo que damos
Te ofrezco una palabra,
la que se necesita
cuando una herida se abre
y la noche nos derrumba.
Te ofrezco una promesa
que nos salve
de los temores del mundo.

Confesiones
Si pudiéramos
escribir sobre lo escrito
y así borrar el silencio
como si en un verso
se nos fuera la vida.

*Poema de Somos lo que damos

Biografía
María Laura Decésare nació en Rufino, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1969. Reside en Buenos Aires. Estudió Ciencias de la Comunicación y es Técnica Superior en la Corrección de Textos. Publicó los libros de poemas: La letra muda (Ediciones del Dock, 2010), Vida de gatos (Ediciones del Dock, 2012 – reeditado en 2015), Somos lo que damos (Ediciones del Dock, 2015) y La hija menor (Colección Pez Náufrago de Ediciones del Dock, 2017). Integra la antología Otras nosotras mismas poemas en homenaje a Olga Orozco (Agua viva, 2020) y también la antología Décima Convergencia Internacional de poemas "JUNÍNPAÍS2011" (Ediciones de las tres lagunas, 2012). Sus poemas fueron publicados en revistas gráficas y virtuales de Argentina, Chile, Colombia, España, México y Portugal. Poemas de los libros Somos lo que damos y La hija menor fueron traducidos al francés, italiano y portugués. Administra el blog: La letra muda: http://mldecesare.blogspot.com.ar/ IG:@marialauradecesare

Comentarios

Entradas populares de este blog

Karina Gálvez (Ecuador)

La poesía de Karina es aquella perla que brilla en la noche. Sus versos se convierten en caricias que maniobran a rienda suelta hasta convertirse en nuestro centro de gravedad. Su voz abraza sobre lienzo y lona, llevándonos al remanso de la fantasía donde se galopa de rosa en rosa y donde el poema se convierte en piel. Derramará ríos de prosa para llevarnos a lugares en los que nunca estuvimos, entre el alma y el deseo, llenando madrugadas hasta que el secreto se vuelva luz. Amazona Él, con su amor, me ha raptado como a Antíope raptó Teseo, y una guerra ha desatado entre mi alma y mi deseo.   En vano elevé mi pelta para huir de su mirada, pues sus ojos traspasaron cual sol entre mis pestañas.   Como Hipólita, ceñí en mi vientre un cinto lleno de magia, que él maniobra a rienda suelta en todas nuestras cabalgatas.   Y es que, igual que Belerofonte, sobre Pegaso revuela.  Sus alas, que lo hacen libre, me vuelan a una luna llena.   Talestris y Ale

Paula Andrea Pérez Reyes (Colombia)

La poesía de Paula Andrea es la llama que danza sobre las melodías de cada momento. En sus versos se ha despertado mi deseo y encuentro vida. La escritora Pérez Reyes suspira sobre sus corrientes y mantiene encendida las palabras, los gritos y las líneas de nuestros cuerpos. Me refugio en su escritura para escapar hasta llegar a otro aire, otro tiempo. Ela sobre la laguna de Estigia A Gustave Doré que sigue en la barca Ela va en la barca sobre la laguna de Estigia Ela suspira sobre sus corrientes  Y en un vaivén de venenos para prolongar el recorrido  encuentra  un alma atrapada en una esquina de la barca. La vida es una débil llama que danza las melodías de momentos  Ela es una vela que se mantiene encendida  alumbra sobre la laguna de Estigia El tintineo de las monedas hace contraste entre las moradas de la tierra y el mundo del olvido. Esta noche no viene Flegias Esta noche no nos visitará Caronte Esta noche Ela deja los cuerpos a las puertas del abismo

Lorena Salazar Suquilanda (Ecuador)

La poesía de Lorena parece que vive en el viento. En sus versos es posible explotar desde adentro y perder no solo el juicio, también el aliento. Vamos por la vida tropezando entre líneas viendo a la poeta Salazar recoger el asombro y escribirlo a la intemperie mientras saboreamos el cuerpo de su texto. En el vilo de sus manos, su palabra se atreve. La odalisca No puedo pedirte que no te marches, Los fantasmas de mi closet,  se cuelan en el tiempo  y dicen a gritos  que la noche  será espesa  y fría si te vas.   No puedo atreverme a no tocarte. Caminar ingenua en tus lagunas  y arriesgarme a no beber Acampar en tus fangos Abismos estridentes Bañar mis manos  deshabitadas si te vas.   No puedo escribirte sin dejar de saborearte Encontrarte en el olor a tamarindo Imaginar tu lengua aleteando como abeja Posándose en mis flores  abiertas al rocío Gotas frías Evaporadas Si te vas.   No puedo oír sin cantarte alaridos y arañazos Corea