Ir al contenido principal

Valentina Rojas (Colombia)


La poesía de Valentina arde en mi mejilla mientras somos atravesados por la palabra. Sus versos son el soplo de vida, llegan a nosotros y nos transforma en seres de esperanza. Su lenguaje nos marca y la verdad nos será revelada en los cuerpos iluminados. La espera interminable acabo, seremos los pájaros que van de poema en poema.  


Alejandra Pizarnik
Recordar un pájaro que va de rama en rama,
Mientras cada letra comienza a incrustarse en la garganta
Solo tú, Alejandra entendías esa fatiga
entre lo onírico de cada palabra
y la marca del lenguaje

El exilio de lo humano
la atadura y lo amargo
Alejandra, donde los ramajes letrados atraviesan al otro lado de la noche
y esperan los faros en las orillas con sus luces encendidas

El misterio de un ángel que mira hacia el vacío
estallido de la boca cuando se nombra,
la belleza que duele

Te hiciste camino descalza entre el seno de la muerte
ahora la blanca arena se tiñe y se guarda
durante el vuelo del pájaro que sangra.

Amanecer
Los días oscuros son atravesados por la palabra,
ahora habitan narraciones solitarias
mientras los muros se alzan sobre nosotros.
A que hora ruge la sombra,
dónde verter el fuego que se lleva como aliento
Una pequeña mariposa  alza su vuelo
El viento entra por la ventana,
el soplo de vida
 invade la casa.
Allí adentro, un susurro dice:
Ya los días oscuros son
 iluminados por la palabra.

Rayo de luz
Emprendí una larga búsqueda,

No entendía la furia de mi pecho
Lo que arde en mis mejillas y se evapora,

Ni a mis pies que en forma de espirales viajaron como espías

Oculta en la profundidad...
La esperanza está al otro lado de la noche
                   La luz siempre estuvo tras mi espalda.

Visión
Un día  vi la luz ocultarse
en el peso de la verdad de los cuerpos,
la grieta del camino
un misterioso hechizo,
recorre la mirada
huye del reflejo.
Nunca busqué 
pero quizás la certeza
siempre estuvo en el jardín. 

Antesala
Te levantas y miras a tu alrededor 
Esperas que suene el teléfono 
Pero solo te encuentras con la sucesión de ecos que dejó cada palabra
Otras veces sintiéndote el último que fue nombrado terminas esperando sentado en el centro de la sala
Y así atravesado por esa luz ...
Imaginas un sueño y lo peor que podría ocurrirte sería cumplirlo
Porque sin más pasamos nuestra existencia anhelando
Somos seres de esperanza
Se quebrantaría el espacio sin la espera interminable
a la que llegamos al mundo.

Biografía
Valentina Rojas (Envigado, Colombia, 1998), estudiante de Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad de San Buenaventura de Medellín. Ha sido publicada en las antologías de mujeres poetas La Jaula se ha vuelto pájaro 2019 (Fallidos Editores), 100 mujeres poetas 2019 (Nueve Editores), El vuelo más largo 2020 Perú (Angeles del papel editores); en las revistas, MoodMagazine, Yólotl, Poetry Quarteely, y en algunas páginas web. Sus poemas han sido traducidos al inglés. Pertenece al comité editorial de la Revista Ágrafos. Ha participado en diversos eventos de poesía de carácter local, como el Festival Alternativo de poesía de Medellín, el Encuentro Internacional de Poetas al Viento, e invitada como exponente en la 13° Fiesta del libro y la cultura de Medellín. Además, asistió al Festival Internacional de poesía Ignacio Rodríguez Galván, celebrado en Hidalgo, Pachuca, México, invitada al 30°Festival Internacional de Poesía de Medellín.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Isabel Salas Domínguez (Venezuela)

La poesía de Isabel desnuda el verso sabio. Salas nos acaricia con cada texto y nos invita a fantasear con sus poemas eróticos. Sus letras nos cortaran la respiración, acelerará nuestra cadencia hasta ser cómplice de tanta desnudez porque su lírica nos llega encendida. El olor a carne, el fruto complaciente, todos los verbos gozando, nos liberarán de la sumisión hasta conocer esos mares prolongados del deseo. Abro la boca en gloria bendita para ti abro la boca acumulada desnudo el verso sabio verso jugoso que llena mi verbo aflorado verbo lamido que moja tu garganta fruto meloso complaciente mieles queridas que trepan a la boca por los dedos al pasearlos por la flor caliente al bañarlos de brío dedos rendidos entre los pliegues mieles sostenidas en las puntas mieles que abren las bocas bocas saciadas de mieles abro la boca en gozo deleitado para ti busco el bocado fuerte abro el sexo prendado en tu boca acomodo el verbo servido poso en tu boca

María Gloria Carreón Zapata (México)

La poesía de María Gloria nos hace reflexionar con calma. Mientras deambulamos de la mano del silencio sus versos posan sobre el firmamento para que nuestros ojos vieran a lo lejos a la florida primavera. En sus letras encontraremos sentimientos divinos, el frescor de la tarde, la belleza del paisaje y nuevos bríos.   Desbordante ilusión (Octava Italiana)   En el frescor de la tarde de otoño anduvimos la brisa, los caminos perdidos como tristes peregrinos el campo su verdura es prioridad sentimientos divinos, el sublime ocre de la belleza del paisaje disfruté de las aves, su lenguaje mostrando el sil tostado la bondad.   Desbordantes las aguas del riachuelo danzaban onduladas, por la orilla lograron salpicar la dura arcilla para que nazca solitaria flor y de tus ojos luz de mi esperanza, es chispa de fantástica ilusión en la realidad de la ficción la vida nos brindó mágico albor.     Nuevos bríos (Octavas Italianas)   Probé de la vida a

Karina Gálvez (Ecuador)

La poesía de Karina es aquella perla que brilla en la noche. Sus versos se convierten en caricias que maniobran a rienda suelta hasta convertirse en nuestro centro de gravedad. Su voz abraza sobre lienzo y lona, llevándonos al remanso de la fantasía donde se galopa de rosa en rosa y donde el poema se convierte en piel. Derramará ríos de prosa para llevarnos a lugares en los que nunca estuvimos, entre el alma y el deseo, llenando madrugadas hasta que el secreto se vuelva luz. Amazona Él, con su amor, me ha raptado como a Antíope raptó Teseo, y una guerra ha desatado entre mi alma y mi deseo.   En vano elevé mi pelta para huir de su mirada, pues sus ojos traspasaron cual sol entre mis pestañas.   Como Hipólita, ceñí en mi vientre un cinto lleno de magia, que él maniobra a rienda suelta en todas nuestras cabalgatas.   Y es que, igual que Belerofonte, sobre Pegaso revuela.  Sus alas, que lo hacen libre, me vuelan a una luna llena.   Talestris y Ale