La poesía de
Santiago es la ciudad que te devora y nace un texto desnudo. Después de sus
versos ya no tendremos la amargura que nos embarga, seremos habitantes del sol.
Vizcaíno es el grito, la promesa que no se puede olvidar, el poema sin miedo. Seremos
un habitante más cuando su palabra viva en nosotros y la existencia se evapore ante
la presencia de la historia indefensa y la memoria de la cultura que se
dispersa y agrupa.
LAS MANOS EN LA TUMBA
He who was living is now dead
We who were living are now dying
With a little patience.
T. S. Eliot
I
¿Quién
anuncia con torpeza el fin del cierzo y su retorno?
Del
otro lado hay una herida como un grito,
un
enorme moscardón hambriento,
un
cadáver azulado que sonríe,
un
olor como de pasto tibio.
¿Adónde
fueron a parar los incendiarios,
los
indelebles,
los
que agotaron su último llanto
frente
al ataúd del tiempo?
Del
otro lado queda una fosa de huesos secos,
una
mano que ansía un brazo,
una
barriga agusanada.
II
Cada
uno de nosotros ha aprendido a vivir
con
un lento cordaje de insomnio,
a
respirar la exhalación final de los caídos,
a
retozar sobre la piel degollada del muro.
Cada
uno de nosotros
tiene
el olor de las amapolas cuando se abren,
la
respiración de un ojo desorbitado,
el
sentido del odio y del hambre.
Cada
uno de nosotros
tiene
su risa como un tallo,
y
sabe del rancio soplo y de la espera.
«Escúchenme»,
dije,
pero
sus ojos no podían ya distinguir las sombras.
De devastación en la tarde (2008)
De profundis
A Kevin Carter
He
venido del lugar donde el fuego es como el triste movimiento del tilo.
He
caído como el guijarro que tenía dirección de tórtola.
He
dormido bajo la sombra de un algarrobo yermo.
Y
ya no tengo la amargura del primer día.
Ya
no tengo la visión del vagabundo sobre la arena.
Mi
antigua habitación me espera con su vientre como una caracola.
Hay
abandono hasta en el agua que bebo,
pero
no puedo olvidar mi promesa,
mi
ambición de retratar el dolor del loto.
Tengo
miedo de esta ciudad como un niño abandonado en el parque,
como
el último lobo del páramo que mira la madrugada y se acuesta.
Tengo
miedo de las mujeres y sus lunares como ojos.
Tengo
miedo de pedir perdón al caminar.
He
venido con la piel pegada al hueso de mi nuca.
Llevo
el hambre como el canguro a su cría.
Me
alimento de venados descompuestos.
He
venido desde un valle árido que se acalambra con la luz del día.
Juego
a ser un habitante más,
un
refugiado del sol.
He
venido con el murmullo de mi juventud a cuestas,
pero
tengo miedo de los rostros que se acumulan
para
mirarme como un animal exótico.
Estoy
tan solo que ni el suicidio sería un gran acontecimiento.
Solo
como un búho herido,
como
la yegua que se muere al parir,
como
el buitre que mira a su alimento que es una niña,
como
la niña que no mira al buitre.
He
venido.
Y
tengo el consuelo de los desesperados.
DE EN LA
PENUMBRA (2011)
la
poesía es un páramo
anda
di
sudaca
no
te leerán jamás en austria ni en finlandia ni en korea del norte
poeta
mediocre de la línea ecuatorial
ni
una muchachita en roma se enamorará de tus versos
porque
no crees en la literatura
poeta
mestizo de la línea ecuatorial
¿si
sabrán tus padres que han parido un monstruo,
un
impostor barroco que carga con el olor del pescado muerto?
ocúltate
en la sombra de un verso más o menos desolado
¿cómo te
llamarán? poeta mediocre de la línea ecuatorial
¿el
payaso del puerto?
¿el
vegetal amorfo de la memoria escondida?
anda
di
sudaca
¿cuántas
veces te has acostado sobre la historia?
una
fuiste un hombre
un
rosario
una
lágrima
justo
encima del rosario de tu madre
estabas
triste bajo el parasol como un enorme insecto
poeta
mestizo de la línea ecuatorial
no
te llevarán a frankfurt
ni
nadie pedirá tu firma ni querrá tu foto
las
ciudades reirán a miles el espectáculo de tu ausencia
¿qué
habrá de cierto en tu máscara tribal del sur?
anda
di
sudaca
cuánto
daño te hizo la conquista
esa
larga noche del bien y del mal
pusilánime
de violencia silenciosa
sudaca
perdido de tanto repetir la vergüenza
poeta
mediocre de la línea ecuatorial
nunca
leíste a rimbaud ni a kierkegaard el maravilloso
—solo
citas la traducción
la
pobre concreción de la existencia
la
memoria de la cultura que se dispersa—
nadie
se ocupará de tus líneas cifradas
porque
no hay una sola que valga la pena
tuviste
sin embargo devoción por un verso de whitman
que
ahora mismo se evapora
y
es un golpe en el centro de la serpiente de humo
poeta
mestizo de la línea ecuatorial
El poema es miedo
El
poema es miedo.
No
hay poema sin miedo.
Incluso
el miedo de tener miedo.
Todo
está allí: en el poema.
Una
ciudad te devora y nace un verso desnudo.
Hace
mucho frío.
En
el poema.
Y
el hombre está allí, indefenso.
Tiene
miedo. Tiene pánico.
Ese
mismo sujeto, bipolar,
escribe
sobre el miedo con la conciencia del miedo.
Entonces
él mismo es el poema.
Lo
ha encarnado.
Se
escribe porque se está en la oscuridad.
Lo
que no quiere decir que la escritura sea luz.
Al
contrario, es grito.
Contemplación
de lo negro.
Desesperación.
El
poema es miedo.
DE HÁBITAT DEL
CAMALEÓN (2014)
Biografía
Santiago
Vizcaíno Armijos (Quito, Ecuador, 1982).
Su primer libro de poesía, Devastación en
la tarde, recibió el Premio Nacional de Literatura en 2008 por parte del
Ministerio de Cultura del Ecuador y fue publicado por Dialogos Books (EEUU) en
2015, traducido por Alexis Levitin. Asimismo, su libro de ensayo Decir el silencio, en torno a la poesía
de Alejandra Pizarnik, obtuvo el segundo lugar del Premio Nacional de
Literatura en 2008 por parte del Ministerio de Cultura. Recibió el Premio
Pichincha de Poesía 2010 por su libro En
la penumbra. En 2015 apareció su libro de poesía: Hábitat del camaleón (Quito, Ruido Blanco) y una plaquete de su poema «Canción para el
hijo» (Lima, Hanan Harawi editores). Ha publicado también un libro de cuentos: Matar a mamá (Buenos Aires, La Caída,
2012, 2015), una novela: Complejo (La Caída, 2017), y el libro de ensayo «Casa
Tomada». Reinvención de un mito, recogimiento de un espíritu (La Caracola,
2018). En 2018 fue ganador de la convocatoria del Sistema Nacional de Fondos
Concursables del Ministerio de Cultura por su novela Taco bajo, publicada por La Caída en 2019.
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