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Ada Zapata Arriarán (Bolivia)


En la poesía de Ada todo ha sucedido.  En sus palabras los recuerdos siguen jugando, se vuelven aire, se desvanecen, son el incendio de la tarde.  La endiablada espera término, sus versos aparecen en ventanas desnudas, donde acurrucamos el fuego de nuestro cuerpo. Zapata ha dejado una grieta, desde la luminosa oscuridad sus letras nos tocan y el fantasma de la soledad desaparece. El silencio se vuelve una estrella cuando sus manos se convierten en luciérnagas y el mundo sueña con asombro sin importarle el trance.  

El sueño del mundo

Las luciérnagas en tus manos

Devorando los días

 

La tortura en la barca del cuerpo

 

Nada es terrible

Todo ha sucedido

 

El sueño sin cabeza

Era una montaña imposible

 

Los perros ladrando en la oscuridad

 

 

Se debe morir para poder morir

Dijo con ansiedad el sueño

 

Así solo así

Olvidar la sombra que vuela

 

La familia atrapada en la casa oscura

 

Todos esos días

 

Esas noches

Interminables

 

 

El niño que fuiste corre por el patio

No sabe que estás muerto

 

Eres me dijo

 

 

El imposible

Viaje

De una estrella

 

 

Y los recuerdos siguen jugando

Saltando precipicios

 

Dos veces

Para poder morir

 

Como dijo aquella tarde el sueño del mundo

 

Sus cabellos rojos sobre la mesa de la cocina

 

El sonido inaudible

Invadiendo cerrando colinas

 

Y la oscuridad

Cubrió mi cabeza


Mi sombra duerme recostada

Los que no se tocan

se desvanecen

se vuelven aire

 

Y una mano cubre mi rostro

Donde el aire oscurece

 

Al atardecer

Cuando todo empieza a perderse

 

En la luz del desierto

 

En la mesa del olvido

 

La sombra sabe

que estar presente no alcanza

 

Sabe que es un fantasma en la soledad del aire

 

 

 

Ese cuerpo que se extiende

Inerme en la hierba

 

Es mi cuerpo

 

Ausente del ardiente centro de la tierra

 

La sombra descansa en el cuerpo

 

 

La bruma que mueve el cuerpo

en el incendio de la tarde

 

Es una isla oscura

 

Soplo asolado

 

Ausencia

Volátil

 

Cerradura de aire

abierta al vacío

 

Ultimo espejo

donde el aire oscurece

 

El espejismo

de un pozo

desde donde ella me mira

 

¿Quién eres?

¿Qué sombra eres?

¿De qué árbol te desprendiste en la noche?

 

 

Echada de costado al atardecer

Señala la noche que se hunde

 

La oscuridad que se hunde

en el árbol negro

 

 

Herida de luz

 

Sabe que dormir

es desaparecer dentro del cuerpo

 

No estar en el jardín inmóvil

 

Morir

Sin darse cuenta

 

La muerte por cansancio

He llegado tarde

 

Porque es imprescindible estar muerto para poder jugar

 

 

Lentamente la oscuridad ha cubierto la silla

 

Entonces

 

 

He matado al jugador

 

 

Se ha transformado en una pieza de marfil

 

 

La daga ha volado sobre la silla sin atravesar su cuerpo

 

Pero ha dejado una grieta

 

La endiablada espera

 

 

La lenta soledad atrapa al jugador

 

 

En la insoportable espera

 

El alfil se ha transformado de nuevo en alfil

 

 

Y siento que mis manos desaparecen

 

 

La noche ha cubierto al alfil sin atravesar su cuerpo

 

 

Se levanta de la silla

 

Y se aproxima como un jardín abandonado

 

 

La sombra atravesada se interpone

 

 

Y debo volver a llegar tarde

 

 

Es imprescindible

Estar muerto

Para poder jugar  


Los que no despertaron

Los que no despertaron

Nos han escrito desde muy lejos

 

Desde sus casas cerradas

 

Entregados al silencio de sus párpados

 

Silabearon

Nuestros nombres

 

 

En mesas que volaban por el aire

 

Y manos de otras manos

Levitando al tiempo

 

 

Abandonados en el campo

Soñaron con nosotros

 

Los que no despertaron

Son espejos que atardecen en la tierra

 

A veces

 

Plantas oscuras de la lluvia

 

Espaldas que esconden  

El sueño de otros cuerpos

 

 

Quietos de abismo

 

Transparentes de olvido

Resplandecen de silencio

 

Sus dedos tocan

La piel del mundo

 

 

Nosotros sin poder dormir

 

En el mar del aire

 

Sin el abrigo de la sombra

 

Soplo de polvo

En el horizonte del tacto

 

Nosotros

 

Ventanas desnudas

Al vacío amanecer

 

 

Nos acurrucamos en el incendio de nuestro cuerpo

 

Cuando nos miramos en el espejo

Los vemos a ellos

 

Entonces

Cerramos los ojos con las manos

 

y cubrimos el rostro

 

Su llegada

Es una ausencia

Repentina

 

Nacen

Con el llanto incontenible de la soledad

 

 

Ellos

Se acordaron de nosotros

 

No es una serpiente eterna

No es una serpiente eterna

 

No te toca

(Apenas)

 

No es

La inimaginable nada                      

 

Ahora que no sabes

 

 

Nunca te dejara dormir

Ahora que no la sientes

 

Y sabes

Que no es

 

El brillante filo de la navaja

 

 

Desde la transparencia de esta película

 

Ahora que no la recuerdas desde la infancia

 

Desde la luminosa oscuridad

 

 

Parece que nada recordara la vida

Que nada aguarda

 

 

Por eso

 

Deja a las multitudes tranquilas                              

Que desaparezcan las palabras

 

 

La intocable nada

 

                  Te toma

 

                                    Como una ola

                                                                 Por la espalda

 

Voltar

Se sentía estrambosada

¡Le faltaba la fulibunda de hojas de nusa!

Una vez más quiso adrear la brasa del ilmo, tomarla y voltar

Pero reentrevió que el filotermico ilmo de nicotrópica estaba vacío

 

Los brazos le aleaban, anceava

Estaba ensombrada, gílmida de vol

Entonces

Irmió su cuerpo de incandescente aneda

Abrió la puerta de la vúrcua y salió

 

Quiso corzar la luz con el brazo, pero su cuerpo aleaba

El alebaje de sed en la alieta la anceava

¡Voltar era invimisible!

 

Afortunadamente, al ramar la cíclopa

el otro la estanceaba y deseaba salibar y voltar con ella

Enfalemado, sin importarle el trance o el maul de la cava

 

Ella quería dorsear el embraze, el ibasal del ver

Pero aceptó

“Voltar —dijo—, sólo voltar”



Biografía

Ada Zapata Arriarán (Bolivia) es escritora, ensayista y periodista cultural, licenciada en Literatura, UMSA. Ha publicado el poemario Fragmentos en el Aire Ed. Gente Común. Como crítica de cine, ha copublicado el libro Apuntes de Cine, Ed. 3600, actualmente en preparación de otra obra. Es curadora de la Revista Ablucionistas, y desde 2002 hasta la fecha es editora de la revista digital de arte y cultura Palabras Más, de la que es cofundadora. Ha publicado diversos artículos en medios de prensa y revistas. Su obra esta diseminada en varias antologías como Algo por el Estilo UMSA, Memoria de lo que Vendrá Ed. Nuevo Milenio, Más de cien Escritores Bolivianos Ed. Kipus, Antología Latinoamericana Pachamar, Poetas Allende los Mares, Antología del Festival Internacional de Poesía José María Heredia, Antología XXll Enero en la Palabra, Escandalo en tu Barca 2018, Antología del Encuentro Internacional de poesía de Zamora, 2019. Ha participado en varios festivales internacionales.

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Participó en los festivales de Poesía de La Paz, 2005 y 2007 de la Carrera de Literatura de la UMSA, en el III Festival de poesía Transfronteriza Panza de Oro 2016, Festival de poesía Caravana de Poesía (Lima Huancavelica, 2017), VI Festival Internacional de Poesía Contemporánea SCLC (Chapas, 2018), Festival interdisciplinario Proyecto Posh (México, 2018), Festival Poetas del Sur (Bolivia, 2018), Festival Jauría de Palabras (Santa Cruz, 2019), Festival de poesía San José de Chiquitos 2019, II Encuentro Internacional de Poesía San Juan en Pluma 2019, Festival Poesía en Llamas (Paucartambo, 2019), Encuentro Latinoamericano de Poesía Hablara mi Espíritu (Centro de las Artes de Hidalgo, 2020), II Encuentro de Poesía de San Salvador (Casa de la Cultura El Salvador, 2020). En las acciones poéticas del Movimiento Poético Mundial La Poesía es el Camino a La Paz y en el World Festival of Poetry por El Triunfo de la Humanidad (2020).

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