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Daniela Orbe (Ecuador)


La poesía de Daniela sueña despierta y baila al compás de su ritmo.  Orbe contiene sus secretos entre versos, aquellos momentos se enredan en sus anhelos. En sus letras volveremos a florecer,  somos testigos de la vida. No importa si lloramos o le gritamos a nuestros demonios, en sus palabras la poeta nos conecta con la esencia de nuestras raíces porque llevamos la huella de nuestra historia escrita en nuestra alma.


Vida ajena

Desde lo alto de mi ventana soy testigo de la vida.

Veo siluetas pasar.

Diversos seres, diversas vidas.

 

Cada uno baila al compás de su ritmo.

Se enredan en sus anhelos.

Y sueñan a su manera.

 

Todos tan diferentes,

Diferentes pero iguales a la vez.

 

No se dan cuenta de ello,

Tal vez ignoran el lazo que los une.

Tal vez olvidan su conexión a la vida.

 

Más en mi ventana me encuentro,

Siendo otro ser más.

Un testigo más.

Apreciando la vida ajena,

Figurando la mía con la de los demás.


Recuerdos

Los llevamos con nuestra esencia, nuestro ser.

Los llevamos entre pensamientos, con nuestro sentir.

Aquellos momentos, aquellos acontecimientos.

 

Cálidos, fríos.

Dulces, agrios.

Eternos, finitos.

 

Los guardamos en la calidez incesante de nuestras almas perdidas.

Los guardamos para que en momentos de silencio revivamos aquellas sensaciones

Llamadas recuerdos.

 

Narran nuestros pasos en nuestros senderos, las huellas de nuestra historia.

Viven dentro de nosotros en forma de recuerdos, momentos agotados por el tiempo.

 

No importa si nos convertimos en lágrimas o en abismos caóticos, o si nos convertimos en

Sonrisas perpetuas.

 

Siempre los llevaremos, en nuestra esencia.

Siempre llevaremos la huella de nuestra historia.


Sí, es verdad...

Sí, es verdad.

A veces tengo esos sueños en los que mi palpitante alma renace entre las cenizas del anhelo.

A veces tengo esa esperanza de volver a florecer entre la calidez de mi sonrisa.

 

Sí, es verdad.

A veces tengo esas ganas de gritar mis demonios y convertirlos en bellas obras de artes

admiradas por seres con la misma falta de coherencia que hallo en mi vida.

 

A veces tengo ese anhelo de volver a convertirme en aquel ser eterno que solía serlo.

Convertirme en aquellos pétalos de flores que en el olvidado enterradas están, sepultadas en

mi mente, sepultadas en mis recuerdos.


Nada faltará

El mundo rota con la prudencia de tu alma, la vida gira entono a tu mundo…al menos la

mía.

Das ese colapso al tiempo, a la existencia con tan solo tu mirada, con tal solo tu ser.

Sé que no tengo coherencia, carezco de ella.

Pero frente a ti todo cambia. Cada pensamiento, cada incertidumbre, cada pesar.

 

Sueño despierta y anhelo entre sueños.

Renazco a la vida y muero en el olvido.

¿Será que lo has notado?

 

La vida continúa, entre melancolía y plenitud.

Más ahora todo es pasajero, a mi lado tú estás, nada faltará.


Colapso

La frigidez de mi cuerpo aumenta,

obviando la razón de mi existencia.

Mi esencia huye de aquella coherencia,

recae en tinieblas.

 

Algo normal o solo costumbre.

 

Sigo mis blandas huellas entre senderos,

aquellos que guardan mi cálida sangre.

Me mantengo, sí que lo hago.

 

La insensatez de mi  vista, opaca mis entrañas.

 

Conecto mi esencia con mis raíces,

el origen de las conexiones de mi mente.

 

Contengo mi desconcierto en silencio.

Contengo mi oscuridad entre palabras.

Contengo mis secretos entre versos.


Biografía

Daniela Orbe nació el 8 de julio del 2002. Desde pequeña se vio reflejada en las letras y el arte en general. Su pasión por la lectura fue desarrollando destreza para la escritura de varios textos. Entre ellos la poesía, donde en cada verso plasma la esencia y sentir de su ser bajo el seudónimo de Dans.

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