Ir al contenido principal

Mariela Cordero García (Venezuela)


La poesía de Mariela es como una historia que se derrite. Cordero nos revelará el instante preciso, aquel que palpa todo el cuerpo. Su brillo férreo nos mostrará el poema contundente, los versos indomables, su palabra incesante, mientras elevamos nuestra mirada al cielo para ver llover sus letras sobre el fértil campo de la originalidad. 


Las jaurías

Cuando pisaste por primera vez

el suelo del reino zozobrante

olvidaste

tus signos heredados.

No volviste a elevar los ojos

para conjurar al cielo

y colmado de carne y tierra

eludiste el mapa inaprensible

de los astros

siempre en éxodo.

La antigua religión fue derruida

y no se escuchó nunca más

el incesante respirar

de tu moral

sin grietas.

Te multiplicaste

en el festín

de cortaduras y desgarramientos.

 

Seguiste el curso de las jaurías.

Ahora

no tienes nombre.

 

Entregarse

Entregarse 

como una historia que se derrite

exponer 

la arruga y la cicatriz

revelar también

 la sonrisa contundente del cuerpo

dar de beber el agua turbia del corazón.

 

Entregarse  

                              descalzo

 sin más atavío que el candil

de los ojos indomables,

                                    puro

como quien se entrega

 a la muerte.

 La otra mitad de las llamas.

 

La belleza

Sólo puede encenderla

la pupila

          exacta.

 

No es

sino que surge,

nueva y descomunal

en el instante preciso.

 

Esquiva y frágil

se mueve en el océano oculto

entre dos masacres:

el vacío y el absoluto.

 

Nunca podrá ser 

                                devorada.

 

Víctima

 

Blandes tu debilidad obscena

                                  exhibes 

tu más sagrada fragilidad

llamas en vetustas puertas condenadas

y te arrodillas en la intemperie

únicamente

aspiras gozar la definitiva e íntima

 desgarradura:

                                            amar.

 

Busca la herida

Busca la herida

palpa todo el cuerpo

explora los vacíos

y las cóncavas debilidades.

 

Descifra el signo de la presa

en mi andar

ahonda en mis ojos,

busca el dolor incrustado

el brillo férreo

de amar

ser herida

 

Los poemas pertenecen al libro inédito “El curso de las jaurías”


Biografía

Mariela Cordero (Valencia, 1985) es abogada, poeta, escritora, traductora y artista visual. Su poesía ha sido publicada en diversas antologías internacionales. Ha recibido algunas distinciones entre ellas: Tercer Premio de Poesía Alejandra Pizarnik Argentina (2014). Primer Premio en el II Concurso Iberoamericano de Poesía Euler Granda, Ecuador (2015). Segundo Premio de Poesía Concorso Letterario Internazionale Bilingüe Tracceperlameta Edizioni, Italia (2015) Premio Micropoemas en castellano del III concurso TRANSPalabr@RTE 2015. Primer Lugar en Concurso Internacional de Poesía #AniversarioPoetasHispanos mención calidad literaria,España (2016). Sus poemas se han traducido al hindi, checo, serbio, shona, uzbeko, rumano, macedonio, hebreo, bengalí, inglés, árabe, chino, ruso, polaco. Actualmente coordina las secciones #PoesíaVenezolana y #PoetasdelMundo en la Revista Abierta de Poesía Poémame (España).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Karina Gálvez (Ecuador)

La poesía de Karina es aquella perla que brilla en la noche. Sus versos se convierten en caricias que maniobran a rienda suelta hasta convertirse en nuestro centro de gravedad. Su voz abraza sobre lienzo y lona, llevándonos al remanso de la fantasía donde se galopa de rosa en rosa y donde el poema se convierte en piel. Derramará ríos de prosa para llevarnos a lugares en los que nunca estuvimos, entre el alma y el deseo, llenando madrugadas hasta que el secreto se vuelva luz. Amazona Él, con su amor, me ha raptado como a Antíope raptó Teseo, y una guerra ha desatado entre mi alma y mi deseo.   En vano elevé mi pelta para huir de su mirada, pues sus ojos traspasaron cual sol entre mis pestañas.   Como Hipólita, ceñí en mi vientre un cinto lleno de magia, que él maniobra a rienda suelta en todas nuestras cabalgatas.   Y es que, igual que Belerofonte, sobre Pegaso revuela.  Sus alas, que lo hacen libre, me vuelan a una luna llena.   Talestris y Ale

María Gloria Carreón Zapata (México)

La poesía de María Gloria nos hace reflexionar con calma. Mientras deambulamos de la mano del silencio sus versos posan sobre el firmamento para que nuestros ojos vieran a lo lejos a la florida primavera. En sus letras encontraremos sentimientos divinos, el frescor de la tarde, la belleza del paisaje y nuevos bríos.   Desbordante ilusión (Octava Italiana)   En el frescor de la tarde de otoño anduvimos la brisa, los caminos perdidos como tristes peregrinos el campo su verdura es prioridad sentimientos divinos, el sublime ocre de la belleza del paisaje disfruté de las aves, su lenguaje mostrando el sil tostado la bondad.   Desbordantes las aguas del riachuelo danzaban onduladas, por la orilla lograron salpicar la dura arcilla para que nazca solitaria flor y de tus ojos luz de mi esperanza, es chispa de fantástica ilusión en la realidad de la ficción la vida nos brindó mágico albor.     Nuevos bríos (Octavas Italianas)   Probé de la vida a

Paula Andrea Pérez Reyes (Colombia)

La poesía de Paula Andrea es la llama que danza sobre las melodías de cada momento. En sus versos se ha despertado mi deseo y encuentro vida. La escritora Pérez Reyes suspira sobre sus corrientes y mantiene encendida las palabras, los gritos y las líneas de nuestros cuerpos. Me refugio en su escritura para escapar hasta llegar a otro aire, otro tiempo. Ela sobre la laguna de Estigia A Gustave Doré que sigue en la barca Ela va en la barca sobre la laguna de Estigia Ela suspira sobre sus corrientes  Y en un vaivén de venenos para prolongar el recorrido  encuentra  un alma atrapada en una esquina de la barca. La vida es una débil llama que danza las melodías de momentos  Ela es una vela que se mantiene encendida  alumbra sobre la laguna de Estigia El tintineo de las monedas hace contraste entre las moradas de la tierra y el mundo del olvido. Esta noche no viene Flegias Esta noche no nos visitará Caronte Esta noche Ela deja los cuerpos a las puertas del abismo