La poesía de Mónica es la caja resonante
de las olas. Manrique nos hablará por dentro de los párpados cerrados hasta
poder ver su esencia en movimiento. Sus
poemas son el sendero que persigue la vida por eso nos llevará un arcoíris de
latidos y escribirá sin descanso en esta danza que lleva su nombre.
I
La
lentitud del coral en los ojos
se
va extendiendo a la certeza de las manos,
el
viejo hombre, como el mar,
tiende
una red
en
la que acoge una luna y su barco
como
los peces que quedan al fondo,
por
la mañana se quiebra su cuerpo
en
el largo camino,
hombre
tan joven en el tiempo de los muertos
que
fascinados le devuelven caracolas
para
llevarse un arco iris de latidos,
teje
el hombre una silla de anea al perplejo destino,
suben
las olas el olor de sus recuerdos.
II
Ama
esencia,
tu
aroma llega al hueco de mis manos,
agua
punzante que gotea por los huesos,
tú
me tiendes un sendero
mientras
yo te sigo el rastro olfateando,
sombra
de cieno que te encajas en mi cuerpo,
este
fruto se ha embriagado de rodillas
por
no caer fulminado por dios
como
un nido desierto,
cierro
los ojos, persigo a la vida,
cada
noche desnudo a la flor
y
en el día le coloco la camisa,
son
llamaradas de lágrima y deseo,
como
un coche entre la lluvia y el asfalto,
largo
artificio, el destino y los sueños,
ama
Esencia me reclina ante los astros,
un
gusano se acerca a mi rostro
pero
mi cuerpo hace un sentido y lo dirijo,
eres
la savia itinerante de un misterio
y
quedas fuera ya del árbol de mis ojos.
III
Ya deshecha la ruta hacia ti
ha
quedado una aguja clavada
en
la luz de la luna
y
un lagarto sin ojos dormido
en
mitad de mi mano,
con
la otra tanteo un abismo,
subido,
como el sol, a la montaña
me
declinas sin saliva tu sendero
como
una bruma en la luz del desierto,
te
has alzado inalcanzable a mi escalera
con
los versos que compuso el asesino
cuando
hubo un instante sin muerto,
que
los dioses desterrados
desenvuelvan
de mi cuello tu palabra
y
liberen de mi sangre tu misterio,
flor
del recuerdo que desciendes
por
mi pecho.
IV
Fragilidad
es la que pace entre los días,
un
prado incierto de constancia cristalina,
luego
apago la luz,
la
oscuridad es lo más eterno
que
miraron un día mis ojos,
te sientas a mi lado,
te
hablo por dentro de los párpados cerrados
sobre
el baile de la luna
por
la caja resonante de las olas,
de
este fondo de mar como masa obstinada de seres
que
se enlazan de azul y respiran,
quiero
escribirte sin descanso, sin manos,
sin
cabeza,
como
una religión de la incansable persistencia
porque
todo
puede
caer a un agujero menos tú,
me
quedaría tiritando de frío
porque
no, yo no soy la autosuficiencia,
te
necesito inamovible en esta danza
del
cambio continuo,
he
de decirte que me encauzas como nadie
en
el camino de la luz y de la muerte,
pues
del todo renuncio si así
puedo
darte la vida,
ahora
imagino que todo queda quieto
donde
aún puedo sentir que permaneces.
V
Viento
desatado
que
abre mi cintura
cuaja
luz en sombra
con
tu movimiento,
vence
con la espuma
sobre
el hueco yermo
quédate
en mi sangre
hasta
el sol nacido
alza
flor intacta
por
la lluvia muerta
Biografía
Mónica Manrique de Lara (Granada, 1974) es licenciada en Traducción e Interpretación. En la actualidad, compagina su labor como profesora de lenguas en la escuela secundaria con el desarrollo de una vocación poética que ha ido cogiendo fuerza a través de su vida. Ha colaborado en diversas acciones artísticas (exposiciones de pintura, “performances”, recitales, etc.). En los últimos años, ha compartido su labor poética en redes sociales y blogs de literatura. En el año 2019 sale a la luz “El cuerpo de las flores” (Ediciones Escondidas), volumen de poemas y relatos en el que participa junto a otras cinco escritoras. Ese mismo año colabora con una recopilación de poemas en la revista transdisciplinar “Exégesis”, publicación de la Universidad de Puerto Rico en Humacao. Ya en el año 2020, aparecen poemas de la autora en diversas publicaciones culturales, tales como “142, Revista Cultural” y “Revista Altazor”, de la Fundación Vicente Huidobro (Chile), así como en los blogs “Bajo otros cielos” (blog de poesía y geografía) y “Hankover”. Recientemente ha visto la luz “Devoción de las olas” (Isla Negra Editores y Crátera Editores, 2020), su primer libro de poesía en solitario.
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