La
poesía de Eunice es la esencia viva de la mujer. Sus versos son la orquídea
consentida, el sol resplandeciente, el aire fresco, la tierra ardiente. Un
profundo silencio de palabras nos abordará arropando desde la cintura los recuerdos
germinados de su voz. Caminaremos por noches de cielo estrellado y sentiremos delirio
en el campo de los sueños que tiene salida al mar Atlántico. Imagínate un
paisaje con todos los colores que nos puede regalar la inspiración de Lacayo.
Nicaragua
Arde el viejo
y el Negro.
Ronca el Cosiguina,
descansa el Momotombo,
canta el Prinzapolca
acompañado por el coro
del San Juan, el Segovia
y el Grande.
Se mueve el Colibrí
de rama en rama
invitando al Cenzontle
a posarse en el Sacuanjoche.
Resplandece el Blufields
con el sol del Atlántico
bañado por el oro de las Minas de Rosita
y baila el Cacique Nicarao
alrededor del Xolotlan
con la marimba de Juana Ignacia.
!Oh tierra ardiente
bañada de sangre!
Para vos y por vos
son mis versos.
Eunice Lacayo (Anliz)
Derechos reservados del autor.
(Nicaragua. 2019)
Pedacito de Azul y blanco
Mi mente esbozó los múltiples
recuerdos germinados en tu voz
con un color veloz y propio.
Un hecho resaltó, trasponiendo
el tiempo y un rumor de canto
interior afloró.
Los acompañaba un cielo azul
celeste despejado y la brisa fresca
dando el adiós al atardecer.
Un profundo silencio de palabras
como costumbre y manos
entrelazadas.
Cuerpos cercanos
sintiendo el respirar
de sus pieles.
Él, olor a macho cabrío.
Ella, aroma a ternera recién
destetada.
Así caminaban por la calle
esa noche de cielo estrellado
sintiéndose dueños silenciosos
el uno del otro.
Ella, de vestido largo,
dos tonos de verdes.
El triángulo verde limón
caía hasta la rodilla,
mostrando el reverdecer
de la anchura de su territorio
El verde montaña,
recto hasta los tobillos
arropando desde la cintura
a los pies con la firmeza del
momento.
Las mangas verdes trasparentes,
caían con suavidad sobre sus
delgados brazos
y un capullo de flor de
Sacuanjoche, en el centro
de sus prematuros pechos.
Él, vestido de adulto
prematuro,
acariciaba como de
costumbre su larga
y suave cabellera.
Se sentaron sobre la grama
de una casa abandonada.
Él, la observaba, preguntaba
en su mente
la mirada se puede augurar?
Ella, tenía un racimo
Inmenso de palabras en la mano,
atajadas apaciblemente
como sosteniendo en sus manos
a un guardabarranco.
Esa noche quedó con los colores
del plumaje bullendole sobre
la piel, con la sensación de un
volumen escapado.
Cómo enraizar las palabras
ante el silencio de la noche.
Él, la observaba con su rostro
largo y profundo.
Ella, intentaba trincar
la naturaleza y el fuego de él.
La noche durmió y el sol arde
con intensidad.
Ellos congelaron ese
apresurado acontecer
en el tiempo.
Eunice Lacayo (Anliz)
Venezuela. 7/11/12
Derechos reservados autor
Antología unidos a una voz
Nicaragua, 2019.
Eres
Eres parte de mi historia.
Eres sol, luna, estrellas.
Eres ese sol resplandeciente
cada mañana.
Eres la luna que acompaña
mis noches.
Eres las estrellas que brillan
cuando aparecen en el firmamento.
Eres la arena que se desliza
en mis manos.
Eres el ruido de los pájaros
que se posan en la ventana
de mi cuarto.
Eres verano y otoño,
eres la primavera.
Eres la esencia viva de esta mujer.
Eunice Lacayo (Anliz)
Nicaragua, 20/11/16
Derechos reservados
El campo de los
sueños
Estoy aquí,
en el cuarto donde
nos
conocimos.
Todo esta en el mismo
lugar
que lo dejamos;
la ventana se
conserva abierta,
con la cortina
corrida,
dándole paso al aire
fresco
del campo
y a la claridad de un
nuevo día.
Estoy aquí,
en el lugar donde
tantas veces
nos olimos como el
animal
huele a su presa;
como el jardinero que
se acerca
a contemplar a la
orquídea consentida
que tiene guardada en
lo mas privado
de su hermoso jardín.
Estoy aquí,
sintiendo todavía el
olor
en mis manos a papaya
verde;
y viendo a través de
la ventana
los amaneceres llenos
del calor
del fuego que cocina
el merey
en ese hondo comal de
arcilla.
Dónde estoy?
solamente puedo estar
en el
único sitio que
conserva
el perfume de tu
sudor.
Estoy aquí,
llevándome un pedazo
de caña para
devorarla
poquito a poquito
para no empalagarme.
Estoy aquí,
en el campo de los
sueños,
del cual no quisiera
regresar,
porque sólo en él me
he
sentido viva.
Eunice Lacayo (Anliz)
Derechos reservados
autor
Vacío
Estoy sola en mi cuarto
sola en la oscuridad
desgañitándome
tiemblo, lloro
la fiebre me hace
delirar
veo como el piso cambia
de color
y siento desjuntarme
que una parte de mí
deja
de respirar
se desprende, se detiene
me abandona…
¡Qué vacío tan grande
tengo!
Cómo empezar de nuevo
Sí me muero?
Estoy muriendo de una
muerte
cruel,
dura, desgarrante, es
la muerte de
una parte de mí
que va convirtiendo este
cuerpo vivo en cuerpo
muerto…
Escucho una voz
-¡Levántate, tu carne
esta viva, tú puedes
soportarlo
adelante la vida continua..!
De pronto la muerte me
alumbra
y empiezo a
sobrevivir sintiendo:
“Que la muerte física
no reposa en ningún
lugar
que he muerto sin morir
venciendo a la
muerte.
Eunice Lacayo (Anliz)
Derechos reservado autor
Biografía
Eunice Lizeth Lacayo Rocha (Anliz). Nicaragüense-Venezolana. Educadora. Pastora. Capellán.
Escritora. Dramaturga y Poeta. Miembro de la Junta Directiva de Fundación
Poetas en Órbita. Nicaragua. Miembro de la Sociedad de Autores y Compositores
de Venezuela (SACVEN) Venezuela. Coordinadora de Managua, en Movimiento Arte
Poética Latinoamericana. Presidenta de Fundación Tierra de Amistad. Miembro de
Asociación Misionera Camino Real.
Publicaciones: En el año 1999, la página Leame.com, público virtualmente varios de mis poemas y cuentos. La Prensa Literaria, Nicaragua (2000): Nicaragua y A mi madre. Periódico Letras, Venezuela, (2002). Cuento breve; Muñeca y Timidin. Autoeditores, Colombia, (2012) El cuento Que divide a Nicarao y Tomuza. Venezuela, (2015). El grupo Acudare, monta mi obra de teatro; Génesis de cuatro. Nicaragua, (2019); En Antología Unidos a una Voz, me publican tres poemas: Nicaragua. Pedacito de Azul y Blanco y Costa Caribe. República Dominicana. El X Festival Internacional de Arte y Poesía, Grito de Mujer, publicó en la Antología Somos la voz, Volumen 1, mi poema; Que florezcan las mil flores.
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