Luz Mary Pineda (Colombia)


En la poesía de Luz el miedo no cuenta. Sus versos son poemas que extrañan besos y justamente ahí los encontraremos tatuado en la boca. Su palabra se atrinchera para tomar el rumbo del despertar estallando todos los colores y acallando los silbidos del invierno. Pineda surgió del silencio rompiendo cristales, atrapada en rituales de humo y conjuros, embriagando la lengua y seduciendo al mundo con sus frutos. 


Último grito

De paso por el crisol del destino

            no están tus ojos.

Solo el ruido de lámparas viejas

         habitan el cielo de la habitación.

Faltan tus manos acallando los silbidos del invierno.

Sabemos que el encanto es un pacto de cicatrices

que se difumina al dormir cada noche.

Sabemos que el amor escucha cantos de sirenas

antes de

               colgar

                         el

                           corazón

                                        sobre las fauces del olvido.

 

Bajo los balcones

Hoy el mundo recoge sin prisa su siesta.

Esponja las alas sobre las avenidas,

sin pulsos ni apetitos.

En las entrañas de un alarido surgió el silencio.

Se aferra a los agobios en las ciudades

y observa como descuelgan cantos entre balcones.

Los niños sueltan pedazos de asombros

que van deshojando los últimos ruidos en los tejados.

¡Despertamos!  

Y somos todos despertando en todos,

en todos los días en un mismo día.

El miedo no cuenta.

Lo hemos atado a un cardumen de globos para retardar su bullicio.

A veces, las palabras se rasgan sobre los ojos de las sombras.

Quizás son poemas que extrañan besos

o tienen prisa porque recordaron la última palabra del crucigrama.

El mundo no olvida la lluvia.

Esperamos el nacimiento de un nuevo plumaje que nos cubra las cicatrices.

 

La otra

Fuera de mi

                    llueve el sol.

Cae mojado entre mis ojos

y zarpo en sus gotas al abismo.

Encuentro allí un beso tatuado en la boca

y entonces

                    me marchito

olvido los apegos

los pasos perdidos

la agonía de un tango rompiendo cristales.

Y entonces

                   me quiebro

canto a las embriagadas pupilas

bebo el llanto de las copas

baño los labios en conjuros.

Fuera de mi

                    huyen los pies hacia el manicomio.

Fuera de mi

                    baila mi alma con el tormento.

Fuera de mi

                    se deshacen las calles en mis huesos.

Afuera es mar.

Yo soy madrugada.

 

Ritual de ecos sobre una piedra

Atrapada en rituales de humo

la palabra era un crujido con sangre,

abrevadero de espíritus,

una huérfana 

                    vocal

                           desgarrada en llamas.

 

Junto al tálamo de la tierra

copuló en estallido los colores

y fue zurciendo laberintos

estremecidos en sus ecos.

 

Alguien

           embriagó la lengua 

con un diluvio de arrullos,

sedujo al mundo

                        en un atardecer

                                                de frutos sin cáscaras

que crecieron en el follaje del tiempo.

 

El centro

             fue orilla

la palabra se atrincheró 

en la roca tallada de un camaleón

donde cierra las cicatrices de la eternidad

                                     en un círculo de tierra.

 

La palabra se desgajó así misma,

parió silencios

donde los suburbios lloraban letras raídas

y bebían demonios.

 

Hoy son huellas

                        diálogos

que nombran todo lo invisible.

 

Visitando rincones

Las ráfagas del cielo me acuchillan.

Te espero con las costillas rotas

                                                semidesnuda

siempre en alerta.

Este vacío de látigo

extraña la caricia silente.

Estoy deshecha

                           mirándote

tomar el rumbo del despertar con bríos

al galope de los perseguidos


Biografía

LUZ MARY PINEDA

(Bogotá) Poeta, periodista y docente de ciencias sociales. Profesional en periodismo de la Escuela Superior Profesional Inpahu, con estudios de perfeccionamiento en Radio. Sus poemas están publicados en los libros “La hora de los búhos” (2018), “Caligrafía de la araña” (2018), “En AmorArte” (2015), “Cóncavo y Converso” (2014) en conjunto con el Colectivo Esperanza y Arena. “Antología de poetas facatativeños” (2006). Ha escrito dos libros inéditos de poesía “Amalgama de telarañas” y “Poemas de breve murmullo”. Participante en encuentros literarios como el Encuentro Internacional de escritores de Facatativá (2017), Encuentro Departamental de escritores en Chaguaní Cundinamarca (2018 y 2019), Tertulia virtual Internacional “Palabras en el ático” (2020). Actualmente hace parte del grupo literario Esperanza y Arena y el Colectivo Literario Colibríes.

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