Ir al contenido principal

Ana Lucia Narváez (Colombia)



La poesía de Ana Lucia es fortaleza inquebrantable.  Sus versos riegan de fertilidad el licor oculto que embriagan a las flores. Cada una de sus historias guardan en su mirada el fuego y canto, por ello el brillo ineludible de sus ojos. Sus letras nos abrazan en todos los idiomas y la energía que transmite vibra en cada pueblo, en cada ojeada, en cada silencio. Todo se convierte en lluvia mientras leemos sus poemas que destilan el aroma irresistible del pasto mojado.

Mamaquilla

Luz de mis ancestros,

los hombres luna

Quillacingas,

riega de fertilidad

la siembra de este sur

y llena de vida

a una humanidad en caos y peste.

Que tu energía vibre esta noche

con el ciclo de sangre de tus sacerdotisas

las que danzan a tu nombre,

con el fuego y el canto

del lobo.

(En lengua quechua, Quilla significa luna.)

 

Warmi (Mujer en lengua quechua)

Eres una historia guardada en tu mirada,

echaste a andar, sin el mapa del dolor

en búsqueda de tu origen.

Eres ese ser que ningún Dios ha querido crear

no eres de un “soplo de Dios”.

Y ya existías antes de que él separaba las aguas de la tierra,

vi que te sumergías en ellas,

cantabas en todos los idiomas.

Cada hueso, cada trozo de carne,

labios, senos, caderas, son la historia

que vas recogiendo en el camino de tus antepasados,

y su sangre de guerra

la que se ha quedado en tu cuerpo y en tu alma.

Las heridas, te han quitado el miedo,

haciéndote fortaleza infranqueable,

tu historia quedará escrita en cada niña que aprenda a tejer.

 

Burdeles

Hombre que se embriaga

visitando cada uno de los bares y cantinas

que encuentra en mi cuerpo,

que se bebe los licores, unos desde la mesa

y otros que va a buscarlos,

a usted le hablo,

cómo pudo ser tan abusivo

entrar así, quedarse aquí,

solo por beberse el licor oculto.

Siento su aliento a media noche,

en la mañana, en la tarde,

su aroma permanece en la última cantina

que hoy visitó

la que a esta hora ya está cerrada, como todas las demás.

Quédese en la habitación que desee,

Solo con su sonrisa, todo lo abre,

todo se da y no se comparte

sino con su boca de aguardiente.

Usted que noche a noche,

va durmiendo de cama en cama,

quédese aquí

que todas las putas que habitan en mi

lo aman, lo desean, lo esperan,

van regando con agua de flores

sus suelos empedrados,

limpian afanosas sus habitaciones,

nadie sabe con exactitud cuándo

llegará angustiado, perseguido por sus delirium tremens

para abrirle la puerta y quitarle el pantalón,

solo sabemos que llegará con su cuerpo de salvaje,

sus dedos de puñal y labios de veneno,

terminará ebrio, desnudo, erecto

en alguno de los burdeles que me habitan

con el sudor en la espalda

y sus manos llenas de mi carne.

 

Cuando ellos llegaron

Es de noche, me subo en la silla

para apagar el botón de la lluvia

sin embargo, está muy alto

no lo alcanzo y la lluvia sigue encendida.

Siete de la noche, es temprano

y aún se encuentran

en el semáforo, actores con sus malabares

mendigos, suplicando una moneda.

Se enciende la luz verde

filas de carros descienden hacia el centro de la ciudad,

en una especie de huida,

se enciende la luz verde, si y los niños no apagan su llanto,

son simples estrellas opacas

que al final de la noche,

se irán a refugiar en los tugurios de la montaña,

la leche ya no sale de la madre.

Aún conservan en la piel

el humo de las ráfagas, que los obligó a salir,

dejando sus montañas, ríos y parques

donde aprendieron a amar.

Ahora, bajo la lluvia, mojándose en la ciudad,

con los tres trapos que alcanzaron a sacar,

se pierden bajo la mirada indiferente de los “civilizados”.

En la mente de los hombres, se conserva el recuerdo

de las pisadas de las botas, de cuando ELLOS llegaron,

siguen escuchando la orden

que mando a dejarlo todo convertido en cenizas,

a los perros que desde ese día

aúllan solitarios en el pueblo de fantasmas,

de bombas, de guerra.

Las abuelas extrañan el huerto

donde tendían la ropa,

han dejado de tejer para sus nietos,

unos han muerto y otros perdidos en un éxodo eterno.

Los hombres ya no abren la tierra,

para arrancarle sus frutos.

Mientras tanto no deja de llover

y las mujeres…

No dejarán de parir

Dejando a un país,

“a la buena de Dios” cuando él más sordo y ciego es.

 

El mago

Me dejó aquí encantada

por el brillo ineludible de sus ojos,

y partida en dos por su filosa daga.

Mientras el público eufórico gritaba ¡Atraviésala!

me iba sumergiendo en el sueño,

bajo el efecto de su bebedizo,

hasta quedar atada de piernas y manos

en la caja mágica.

Poco a poco todo quedó en silencio,

sin gente, ni circo, ni mago,

quien entre palabras ininteligibles de su último truco

desapareció entre el humo.

cuando estaba viva, me burlé de la magia,

Renegué de los Dioses, de las brujas y hechiceros,

ahora, en este desierto, con múltiples dolores,

presa de los hechizos de un mago de circo.

Solo espero que estas gotas que escucho

ya no sean de mi sangre,

sino de la lluvia que estaba pronta por llegar. 

 

Biografía

       Nacida en San Juan de Pasto el 7 de febrero de 1976, realiza los primeros estudios en instituciones religiosas, termina el bachillerato e ingresa estudios en el programa de Economía, los que termina en el año 2002 en la Universidad de Nariño, en Pasto, Colombia.

     Desde el año 2003 ha desempeñado diversas labores, siendo las más satisfactorias las realizadas como formadora, facilitadora de organizaciones campesinas, en municipios apartados (bajo el influjo de la violencia) de Nariño.

     Sus inicios los realiza en el Taller Relata, “Árbol nómada” de la Red de escritura creativa, del Ministerio de Cultura en el año 2008.

     A partir del año 2019, inician sus participaciones de lecturas poéticas, atendiendo a la invitación del Movimiento Poético Mundial Word Poetry Movement denominada “Un mundo sin muros”, en febrero de ese mismo año.

     En adelante, ha participado en el XVIII Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena 2020, Encuentro mundial “Vuelven los comuneros”, Floridablanca Santander, Colombia 2020, lectura en “Arte Poética Latinoamericana, enero 2021, I feria virtual internacional del libro de España, enero 2021.

     En la actualidad, sigue en la búsqueda de la poesía, a través del “Taller de escritura creativa Raúl Gómez Jattin, perenne”, encuentro virtual que integra a poetas de diferentes regiones de Colombia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Karina Gálvez (Ecuador)

La poesía de Karina es aquella perla que brilla en la noche. Sus versos se convierten en caricias que maniobran a rienda suelta hasta convertirse en nuestro centro de gravedad. Su voz abraza sobre lienzo y lona, llevándonos al remanso de la fantasía donde se galopa de rosa en rosa y donde el poema se convierte en piel. Derramará ríos de prosa para llevarnos a lugares en los que nunca estuvimos, entre el alma y el deseo, llenando madrugadas hasta que el secreto se vuelva luz. Amazona Él, con su amor, me ha raptado como a Antíope raptó Teseo, y una guerra ha desatado entre mi alma y mi deseo.   En vano elevé mi pelta para huir de su mirada, pues sus ojos traspasaron cual sol entre mis pestañas.   Como Hipólita, ceñí en mi vientre un cinto lleno de magia, que él maniobra a rienda suelta en todas nuestras cabalgatas.   Y es que, igual que Belerofonte, sobre Pegaso revuela.  Sus alas, que lo hacen libre, me vuelan a una luna llena.   Talestris y Ale

Paula Andrea Pérez Reyes (Colombia)

La poesía de Paula Andrea es la llama que danza sobre las melodías de cada momento. En sus versos se ha despertado mi deseo y encuentro vida. La escritora Pérez Reyes suspira sobre sus corrientes y mantiene encendida las palabras, los gritos y las líneas de nuestros cuerpos. Me refugio en su escritura para escapar hasta llegar a otro aire, otro tiempo. Ela sobre la laguna de Estigia A Gustave Doré que sigue en la barca Ela va en la barca sobre la laguna de Estigia Ela suspira sobre sus corrientes  Y en un vaivén de venenos para prolongar el recorrido  encuentra  un alma atrapada en una esquina de la barca. La vida es una débil llama que danza las melodías de momentos  Ela es una vela que se mantiene encendida  alumbra sobre la laguna de Estigia El tintineo de las monedas hace contraste entre las moradas de la tierra y el mundo del olvido. Esta noche no viene Flegias Esta noche no nos visitará Caronte Esta noche Ela deja los cuerpos a las puertas del abismo

Lorena Salazar Suquilanda (Ecuador)

La poesía de Lorena parece que vive en el viento. En sus versos es posible explotar desde adentro y perder no solo el juicio, también el aliento. Vamos por la vida tropezando entre líneas viendo a la poeta Salazar recoger el asombro y escribirlo a la intemperie mientras saboreamos el cuerpo de su texto. En el vilo de sus manos, su palabra se atreve. La odalisca No puedo pedirte que no te marches, Los fantasmas de mi closet,  se cuelan en el tiempo  y dicen a gritos  que la noche  será espesa  y fría si te vas.   No puedo atreverme a no tocarte. Caminar ingenua en tus lagunas  y arriesgarme a no beber Acampar en tus fangos Abismos estridentes Bañar mis manos  deshabitadas si te vas.   No puedo escribirte sin dejar de saborearte Encontrarte en el olor a tamarindo Imaginar tu lengua aleteando como abeja Posándose en mis flores  abiertas al rocío Gotas frías Evaporadas Si te vas.   No puedo oír sin cantarte alaridos y arañazos Corea