Nunca hubo
Nunca hubo tristeza más desnuda
ni desnudo más
extenso
bajo la luz
premeditada que cae
y cubre las cosas,
los hombres, las palabras.
En mi ventana se
habla de despedidas,
procesiones de
brujas con piruetas de mancos
y pájaros dóciles.
Se habla de los
senos ásperos de una patria de sed
de sus prendas
inhabitables y sus papeles lívidos,
se habla de
garrafas lánguidas y jaurías celosas.
En mi ventana se
pasea desnuda una ciudad,
una vena zurcida
que busca amor.
Se pasean los
poemas oscuros junto a
los vicios
persistentes de los muertos,
deambulan los ojos
tristes del café y la agonía
escondida de la ceniza que desciendo.
El silencio de las cosas
(Para Aurora)
Antes de la luz
iluminando el pájaro
Antes del pájaro
dejando caer una pluma
Antes de la pluma
tocando la sencillez de la piedra
Antes de la piedra
que cuenta la historia
Silencio,
de la piedra, el pájaro, la pluma
Silencio de la luz en el principio,
ausencia de sentirme habitante
Y sumergida en la afonía
Del espacio sin espacio
Del tiempo sin tiempo
Tu voz me conocía, me llamaba
sin palabras
Antes de ti
no era en el cosmos y tampoco era,
suceso, calor o sentido
Después de ti
descubierto en el amor, en el rayo que cae,
en el agua que se extiende
Pero también, soy en el dolor y la soledad
Y soy, en el retorno al silencio de las
cosas
Donde hallé el silencio
No estaba mi nombre
Ni mi sombra
Ni mi lluvia de gotas de universos
violetas
Donde hallé el silencio
Vi un cuerpo de bruces como toro muerto
Vi un ojo bañado de neón y pregunta
Me vi muerto y callado
No era necesario mi nombre
Tan solo escucho el agua en la cual me
diluyo
Lo que yo tengo
Lo que yo tengo es sangre en la palabra,
sangre de ti y de
mí vertida de
esta tristeza
interminable.
Lo que yo poseo
son pájaros
que se niegan al
viento y hablan,
hablan sin cesar
de la angustia y
la gravedad de los
cuerpos.
Yo no sé si esta
sangre alcanzará
para garabatear el
poema que
decante a mis
nautas renuentes.
Lo que yo tengo es
la ira de tu muerte
encerrada en mis
átomos,
las condolencias
de mis cabellos,
la historia que
muere en mi lenguaje
y un pan que me
invita al diálogo
en las mesas silenciosas
del invierno.
Lo que yo poseo,
lo que soy, lo que no fui,
lo ofrezco como
excusa para morir
abandonado y
absurdo.
Retorno
Solo yo miro el paisaje palidecer?
Solo yo entre las
horas amarillas que caen
como hojas de algo
extraño y perturbado?
Solo yo escucho el
humus de la muerte
de todas las cosas
y todos los seres?
El vientre me
llama
como la voz animal
que profetiza
el silencio, la
flor removida, la estancia del sueño.
El vientre te
llama,
no escuchas el
batir de alas en las
bocas de la
tierra?
Y así como la
Aurora regresa al abdomen del cosmos
así veré mis
huesos retornar a la fuente materna,
solos, expansivos
en la palabra que borrará
el paso agitado,
la brisa consumida llevará
mi olor y el gusto
de mis órganos,
se encargarán del
resto el olvido y
el horizonte que se extingue,
Contrasentido
Un pájaro que aúlla en luna menguante
un árbol que corre sobre sus manos lechosas
un perro con traje escribe en las cenizas
dos muertos matándose con navajas de agua
poemas en blanco que hablen de la negrura
poemas de hielo, de piedra, de lenguas no nacidas
un amuleto de pata de elefante colgado del pescuezo
Todo el contrasentido envuelto, arcano y antiguo
bajo mis párpados de experiencia mundana con rigor de
vicio
con color de muerte
con visión de tiniebla temblorosa
con sabor de rancio en la cornisa de la irreflexión…
La triza
Ahora y ayer,
llega, me envuelve, la triza,
como niebla desenfrenada,
la rosa de polvo,
el viento que pretende los pechos
y te suda, te hiela, te golpea,
te salpica con el sol que muerde
los pómulos o con las lluvias
de negruras obligadas.
Es ceniza la que viene y te palpa,
es ceniza de lo que no fue estrella
ni vientre cósmico,
es resplandor de ninguna fuente
y de horas de hambre.
Comparece, se acerca, se revela,
lo que se levantó de la huella,
llega, es probable, de un dedo
de mis muertos y una vitrina
de momentos familiares.
Biografía
Alsino Ramírez Cañar, nace en 1965 en la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Es ingeniero de profesión, gestor cultural y poeta. Es el creador y director de la “Asociación Cultural Aurora” dedicada a la difusión del trabajo de la poeta Aurora Estrada de Ramírez y de la cantautora guayaquileña Aurora Ramírez Góngora. Obtuvo una mención de honor en el III Concurso Nacional de Poesía David Ledesma con su poemario “De Dónde salen las Flores”, organizado por el Centro Cultural Ecuatoriano Medardo Ángel Silva de Guayaquil. Ha incursionado en la trova clásica consiguiendo el tercer lugar en el Segundo Concurso Internacional de Trovas Clásicas de Colombia. Forma parte de diversas antologías como la del “II Festival Internacional de Arte y Cultura Sangolquí 2020”, antología poética “Tiempo Fuera” de la Academia Nacional de Poesía de México, antología poética “Mis días en Cuarentena” de Editorial Sirena de Chile, antología poética digital de poesía latinoamericana "Alientos y Gritos Versales" de la gestora cultural y poeta Rosario de Fátima A´lmea Suárez, antología poética “Conexión Internacional Brasil – Ecuador” organizada por la Universidad Federal de Goias. Sus poemas han sido publicados por la revista “Almiar Margen Cero” de España, revista digital “El Elefante azul” de México, revista “Óclesis Víctimas del Artificio” de México. Invitado a exponer su poesía en el Encuentro Nacional de Poetas “Poetas en Julio” en la ciudad de Santo Domingo en julio del 2021. Ha participado de diversos festivales de poesía, como el Festival de Poesía de la UNEMI, Festival de Arte y Cultura Sangolquí 2020, Homenaje a Fernando Artieda, Tertulia Poética Brasil Ecuador, Verso y Converso, etc. Tiene un poemario registrado en el IEPI “El Hombre Fragmentado” y dos más por registrarse, ha incursionado en las artes plásticas como acuarelista.
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