La
poesía de Ignacio se diluye entre las sábanas. Su verso avasallador llega como
sea, está abierto y ve y toca todo. Su palabra es el fuego que consume la
presunción de inocencia hasta convertir la pureza en cenizas brillantes. El
poema de Gallardo tiene latido propio, vibra indiscretamente y reposa en las
angostas alamedas del amor.
Lista
de invitados
De partida no es necesario invitarme a mí
mismo
llegaré como sea, bienvenido o resistido
Para confeccionar la lista recurriré a los
viejos vocablos
con el fin de disimular lo que resulte
obviamente añejo
archicitado, el más puro estilo redundante
Invito a la noche y su ceguera quinceañera
Invito al humo intruso que desaparece una
y otra vez
Invito a la copa parlanchina de antaño
Invito a la pureza convertida en cenizas
brillantes
Invito a la flora omnipresentemente
clandestina
Invito al frío ensordecedor
Invito al apocento congestionadamente
vacío
Invito al recuerdo olvidado sobre la ola
voraz
Invito también a su escupo, cruel testigo
Invito al rechazo fugaz del ayer difuso
Invito a su segundo nombre
Invito -no sin resquemor- al navegante
solitario
Invito al libro de mentiras que compré de
segunda mano
Invito no a mi jefe, sino a mi sueldo
atrasado
Invito a la sonrisa que nunca fue mía (lo
más probable es que no llegue)
Invito a la cortesía maleducada que ni
siquiera rima
Invito al valiente soldado desnudo -mi
admirado hermano- que ya no está
Invito a los puntos y comas vestidos de
civil
Invito al corazón salvaje del abismo
orgásmico
Invito al círculo central
Invito a las sábanas viudas que viven de
las rentas
Invito a la mancha asesina del pantalón
lavado a mano
Invito a los comensales hambrientos a
sentarse a la mesa
Faltan sillas y los relámpagos son en
blanco y negro
falta un impulso para invitar a los
imprescindibles
A ustedes no los invito por decencia
por el honor que reposa en las angostas
alamedas del amor
No los invito porque esta es una fiesta
privada
sólo quienes deseen firmar su sentencia de
muerte pueden asistir
los demás podrán visitarla en su página
web
donde no hay pedofilia pero sí párpados
hinchados
y secretos ultrajados de sus sarcófagos
malditos
Unos pidieron picadillos y pisco sour
otros un cóctel a la altura de las
circunstancias venéreas
otros tantos se conforman con sopaipillas
pasadas
con pebre extraído del páncreas profano
del dragón jubilado
Las entradas no podrán adquirirse en
grandes tiendas
no estarán disponibles en las farmacias
coludidas
menos en las ferias obligadamente libres
De hecho no hay entradas
ni salidas ni escapes ni colores infinitos
Tampoco hay estatutos
Lo más probable es que esté yo sólo
sentado sin ropas frente al televisor
apagado
aguardando por los invitados que nunca
llegarán
y llenando formularios adjudicados a otros
papeles obsoletos que resbalan una y otra
vez
frente a mi rostro desahuciado de cálculos
imposibles
Acaba de llegar el primer invitado
con certeza me comunica que los demás
vienen en camino
Anunciado está que se marcharán en no más
de quince minutos
lo suficiente para sollozar el latido
efervescente
que nos hace creer que la soledad es un
ameno invitado más dentro de la lista. -
La
mariposa siempre tuvo alas
No es
como una oruga o un ave enjaulada
ni
concha cerrada sin agua de mar
dentro
suyo, junto a la perla divina.
Está
abierto y ve y toca todo
y
siente el olvido, la dicha
y cómo
no, la lujuria no blanca,
sino
que de todos los colores
(¡como
a mí me gusta!).
Lo que
sucede es que no agrada,
no
disfruta el supuesto goce dulce
del
también supuesto afuera,
del
afuera que mal huele pero dicen,
dicen
algunos, que bien pagan.
Pero
atención que ahí está,
contando
números falsos,
pero contando
también estrellas
y por
supuesto, versos y palabras
y más
versos:
ésos sí
que encerrados están
sin
poder escapar jamás de su capullo. –
Seducción
Me
seguías de plomo caminando sobre el largo río:
me
mirabas hundiendo tu pecho en mi rostro.
Me
veías quieto y solitario en la selva obscura.
Rompías
el silencio de la montaña parlante;
la
veías a ella también, con tus ojos hipnotizados
y tu
boca escupiendo fuego de perlas.
Tu
fuego consumió mis propias llamas
y me
convertí en infinitas cenizas negras. –
Tú
vienes
Y no me retas por estar ebrio
De nuevo
No me retas
Te acercas lentamente
Y me besas
No me retas
Me besas
Dejas de lado la presunción de inocencia
Soy culpable
Hay testigos
De mi culpabilidad
Y tú
No me retas
Me besas
Escarbando la sentencia mortuoria
Escupiendo el silbido galopante
No me retas
Me besas
Y me sigues retando
Con tus besos
El mayor
Reto
De mi vida:
Tus sílabas balbuceando una prosperidad
Yaciendo entre el césped húmedo
Como tus labios
Que no
NO
No me retan
Me acarician junto a la melodía
Que juntos escuchamos
Atentamente
Y no
No me retas
Me besas
Y besas al Poema
Que se hizo verdad
Cuando me besaste
Y no me retaste. -
Anoche
soñé
Anoche soñé
Que tuve un sueño
Mojado no fue
Húmedo un tanto
Avasallador todo el rato
Decidor podría ser
Más que nada premonitorio
Soñé que en el espejo
No habían manchas blancas
Había fuego
Reflejos mágicos
Expectantes
Imposibles
Anoche soñé que me pagaban
Que el capitalismo no es tan malo como dicen
Que me alcanzaba a comprar la última y necesaria
Cerveza
Soñé que la cerveza no se acababa
Que por fin un milagro se hizo carne
Que tu mirada me apuntaba
Que el descalabro por fin valió la pena
Anoche soñé que inventé una rueda
Y que nunca se estropeaba:
Avanzaba por el camino
Esquivando las espinas
y anulando la escarcha del parabrisas
Soñé que la noche era clara
Que la mañana era sobria
Que los lamentos sonreían
Y que el mañana era sólo un pasajero más
Haciendo dedo en la carretera perfecta
Anoche soñé que todo era real
Soñé despertar soñando
Desperté soñando despierto
Fumigando magnates proletarios
Exiliando combatientes añejos
Descartando verdades insolutas
Acumulando vibraciones indiscretas
Vaciando jarrones vacíos
Danzando erotizados ritmos junto al océano
El fin de toda convicción
Soñé no una canción
Sino que dos:
Una dedicada al pánico escénico
Y otra al poeta inactivo
Que silente aguarda por ser escuchado
No me vengan con eufemismos:
Los sueños se convierten en fábulas
Y la poesía se diluye entre las sábanas
Soñé que mis manos alcanzaron
El pedestal emancipador
Del sueño hecho palabra
Anoche soñé que me acompañabas
Mientras cabalgaba hacia el infinito
Soñé que el aburrimiento
Podía
transformarse en perlas. –
Biografía
Comunicador Audiovisual de profesión. Escritor, guionista y productor de oficio. Fundador del grupo literario «Aullido» en Concepción, en la década de los 90. Su primer poemario, «Testimonios de baja pureza», se publicó en 2015. Durante el último tiempo, ha desarrollado un trabajo principalmente de gestión en el ámbito literario, como fundador, productor y poeta del colectivo de poetas penquistas «Cóctel Lírico», que basa su andar en lecturas de la bohemia y bares penquistas y de localidades de la región y el país, desde principios de 2016, proyecto con el cual se ganó un fondo municipal que, entre otras actividades, les permitió publicar el libro «Cóctel Lírico: poesía menor de adolescentes tardíos», en 2017, con textos de 6 de sus miembros.
Actualmente sigue gestionando las presentaciones del «Cóctel Lírico» y es productor del ciclo de lecturas «La Infame Palabra» del célebre club nocturno Casa de Salud de Concepción. También es colaborador del proyecto internacional Casa Bukowski y está próximo a lanzar su tercer poemario.
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