La poesía de Zulema
llega cargada de emociones. Sus versos son el fruto maduro que se presenta en
todo el esplendor. La palabra de la escritora Albán denota armonía e imponente
presencia, refrescándonos con su brisa versátil la vida cotidiana.
Árbol de tamarindo
En la casa de la infancia y también la juventud,
el hogar paterno, donde la vida familiar se conformó,
en armonía, aprendizaje constante, del ejemplo
laborioso de mamá y papá: organización, disciplina,
estudio, juegos, arte, costura, amigos, vecinos...
La vida misma, fortaleciendo afectos, costumbres,
actitudes para, enfrentar una vida de bien.
Cobijados por este árbol de tamarindo,
que mi papi sembró, con el crecimos juntos
mi hermana, mis primos, también los amigos,
viendo su follaje de oscuro verdor, su tronco engrosarse,
sus frutos maduros sabor agridulce o verdes con sal en grano,
delicia para mi hermana.
Hermoso árbol, ya mozo, en todo su esplendor
fue embellecido con luces de colores, para alegrar
la imagen barrial durante la Navidad, muy llamativo
y esperado en estas fechas.
"Nuestro árbol de Tamarindo", testigo mudo de la vida
familiar,
con tu sombra refrescante y tu imponente presencia
fuiste un personaje en el Barrio Central.
Seguiste en tu espacio con otra familia,
que tus ricos frutos supieron degustar.
Ahora ya anciano, tu ralo follaje, de verde grisáceo,
aun regala frutos, después de cumplir
unos sesenta años.
Serás un recuerdo muy grato entre la gente
que te conoció.
Las palabras
Volver a casa,
luego del taller literario,
surge en el
trayecto, está obra...
La
"comencé" hace muchos años,
como el sueño de
perro ladrándole a la luna,
inalcanzable...
Las palabras, las
palabras, ingratas amantes
se fueron enredando
en la vida cotidiana;
una vida llena de
libros
cuyas páginas,
naves del tiempo rompieron las fronteras
hasta el más allá,
me llevaron.
Las palabras en
carrera huidiza
se escurrieron
entre las páginas
de planes y
programas anuales, resúmenes y notas escolares.
Las palabras:
saltarinas, danzantes bailaron
en tantos
escenarios:
Sociales,
educativos,
coliseos,
Auditorios,
calles…
Sin nunca
rendirse,
perdiéndose en
medio del tumulto, escondiéndose, temerosas de la burla, la crítica severa, la
indiferencia.
Las palabras, las
palabras...
Retornaron a veces,
sonrojadas de amor,
O en versos
suplicante de dolor, de tristeza
del corazón
herido
cuál lápida
infranqueable que sella aquel sepulcro
de ese amor que un
día fue una gran ilusión...
Poco a poco
surgieron cuáles débiles retoños,
las palabras
precisas, tímidas expresiones,
cargadas de
emociones.
Biografía
Licenciada en pedagogía y literatura.
Docente y activista cultural. Miembro Fundadora de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana "Benjamín Carrión" Extensión Santa Elena.
Publicaciones: (coedición) Ancón de
mis recuerdos. Editado por la ESPOL, Proyecto de Desarrollo de la Provincia de
Santa Elena, 2004.
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