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Paul Rico Espinosa (Colombia)


La poesía de Paúl viaja por distintos instantes. Sus versos son la emoción que transitan desde el salto a la esperanza a la absoluta perdición. El escritor se reinventa a todo pulso, dejando danzantes sensaciones hasta convertirnos en devotos de sus letras y correr el riesgo de navegar entre los caprichos y la razón.

Devoto

Me vuelvo a reinventar

Divagó, fallo, me fallo y lo vuelvo a intentar

Doy un paso hacia atrás, y esperando que las cosas cambien solas me vuelvo a equivocar.

¿Será correcto correr el riesgo?

¿Será que estoy perdido?

Me siento perdido, pero...

 

Daré un salto con esperanza,

Y aunque lejano, Sin rezo,

O, aunque ausente y sin alabanza

Daré el paso a ser devoto del beso,

Del abrazo y sus sensaciones fluctuantes,

De las horas andantes y de los amantes,

De los sueños y anhelos, de los peros y las no afirmaciones, de las dudas y sus erróneas acciones.

 

Seré devoto del viento que se lleva mis palabras,

devoto de mis palabras y las de todxs,

De las fallas, las canciones y las canciones con fallas

De las personas que aceptan cuando fallan,

Y las otra que fallan y fallan y no se rinden

De las que no callan, las que saltan, aman, ríen y lloran,

También de las que nunca lloran.

 

Devoto del universo y todo aquello que lo habita,

de la emoción que me transita,

me hiere y se aleja.

Devoto del cambio que creemos posible,

 del cambio que tenemos y nos resulta invisible

 devoto del cambio que me lleva a creer que me encontré

y del que me hace perder otra vez.

Devoto de mirar todo al revés y así tal vez...

Encontrarle un derecho a las cosas.


Del Humano y Sus Cosas

Pero dime: ¿del humano?

¿qué queda aquí del humano?

La monotonía persistente, el trabajo asalariado,

Las relaciones de poder,

Trabajar para comer y vivir para consumir.

 

De algún modo ya lo han dejado todo,

enfermedad y estupidez.

Violencia... si, la violencia.

 

Poco natural o muy natural del humano,

Amor violento, Hogar violento.

Placer violento, Andar violento.

 

De la misma manera les deja la vida.

Nos plasmamos en papel y nos alejamos de lo humano,

 ¿o volvemos a ello?

 

El sentir de ese pulso despiadado,

vibracional, que eleva y no doblega,

que encuentra en ti libertad y refugio.

 

¿Humano?

Los humanos, pobres de los humanos...

Su soledad y falta de sueños,

su adicción al yo y al apego.

 

¡Que vida tan extraña!

Para la libertad, represión.

Para la pobreza, más hambre

Para el amor, represión

Para el triste, más motivos

Para el arte, represión

 

¿Es ser humano, una contracción?

 

 

 

 

 

 

 

Absoluta Perdición

 

 

Mi autodestrucción contempla diferentes momentos,

Que daño tan tremendo el que hace tu presencia,

viaja por distintos instantes

y se posa sobre ti.

 

Cada vez que llegas con tus cadenas a matar mi libertad

Nauseabundos minutos dónde tú aroma,

carcome mis pulmones de tal manera que el cigarro no logra igualar.

 

Y tus besos, esos malditos,

suplen al alcohol

en un sin fin de danzantes sensaciones que,

de no ser por ese sentimiento de vacío,

me dejarían en una cuneta de la que no se puede salir.

 

Sí, representas el mayor de mis caprichos,

eres el peor de mis vicios, el más dañino,

el más peligroso.

 

Pérdida absoluta de la razón,

las emociones y los sueños de vida autárquica,

no eres mi anarquía ni mi anhelo...

 

Representas toda represión, tensión y desconsuelo,

eres mi absoluta perdición.


Biografía

Paúl Santiago Rico Espinosa, nació en Facatativá – Colombia en el año 2000, Es estudiante de Lic. En Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, Artista (por herencia de su padre, lector y escritor (por herencia de su madre), instructor de meditación y activista social en pro de la libertad, la equidad y la defensa de la vida.  Amante de los animales, la naturaleza y el Té casi tanto como del café.

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