Yhonais le da al poema lo que pide. Sus versos son flores de la mimosa de donde
nace la voz dulce. Aparece con la palabra humilde oscilando entre el pasado y
el futuro, acariciando la poesía como si fueran tulipanes. Su texto es el
agradecimiento a la vida.
enero
sigue siendo
esta misma puerta
oscilando entre
el pasado y el futuro
estas mismas
paredes agrietadas por el sol por la
vida
estas mismas
ventanas cortadas por la luz
esta claridad
aprendida a golpes
y aunque
quisiera hablar peste y odiar
porque he
perdido
porque la muerte
también está
no puedo
en casa
me sale la voz
dulce
versos como
flores de la mimosa
tengo en la boca
un canario inflado de fe
que canta sin
dioses
sin espejismos
ahora entiendo
que he regresado
después de
tantos tiempo
para enterrar mi
voluntad
y darle al poema
lo que pide
destellos aliento paz contemplación
esos lugares
comunes
donde he sido
feliz
vuelvo sin daño sin resentimiento
con el
fracaso de las noches a cuesta
y la luz
rompiendo hasta el fondo profundo
limpiando los
huecos
sacando el
sucio
vuelvo
pura como quien regresa de un estado
en coma
siendo pequeña casi niña
con los ojos
rotos de asombro ante la certeza de
nada
con la palabra
en blanco y la humildad
de aprender todo
esto de nuevo
vuelvo
desnuda sin pena de rodillas
hinchada de devoción de agradecimiento
porque mi
madre está
y tengo su
abrazo
eso me
alcanza
vuelvo sin
temor
con los brazos
extendidos
confiando cada
vez más
en el discurso
del aire
creyendo en la
fulminante
ideología del
rayo
breve entrega
a mis padres
hoy, en este nuevo año,
quería decirles varias cosas;
a ti Wislawa
que también prefiero a los gatos
aunque no pude cuidar de uno
los cajones te los dejo
me gusta tener todo al
alcance de la vista
me hace sentir segura
Clarice te confieso
también fui ladrona de rosas
me negaron libros
y aún odio los carnavales
extraño a papá Sylvia
y sé que esa herida
jamás
se cierra
amo los tulipanes,
y sobre todo,
amo tus poemas con tulipanes
me duelen los hijos que
aún no he tenido
sabes Miyó comparto esa
inmensa rabia porque no saben
no entienden
que se debe llorar al mundo
en soledad
que debe dolernos todo esto
ellos son «el callejón de los
cuchillos»
siento que sería lindo acariciar
a un zorro
mi querida Mary
pero nunca he visto a uno
y quizás nunca lo
vea
tuve la espera y devoción de un perro
parecido a tu
Percy
a veces lo recuerdo
no está bien cerrarse a la vida
Alejandra
aunque hayas llegado al vacío
y nadie se acerque a tu
sufrimiento
por miedo a contagiarse
al final el nombre lo perdemos
pero vale la pena
sudarlo
Biografía
Yhonais Lemus, es escritora venezolana (1988), profesora a nivel secundario y terciario de Castellano, Literatura y Latín. Ha publicado La trascendencia de los insectos (2008) El Perro y la Rana; Caracas, Hilos Celestes (2013) Editorial Torino; Caracas, Entre el rostro/rastro de Clarice Lispector (2018) Editorial Académica Española; Madrid, Destellos Acuosos (2019) Halley Ediciones; Buenos Aires, Memorias de la piel (2020) Halley Ediciones; Buenos Aires. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés y alemán. Cursó una Maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar, institución de la que ha sido parte del equipo docente. Facilita talleres de escritura creativa y colabora en múltiples proyectos editoriales.
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