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Daniel Grozo (Argentina)


La poesía de Daniel encandila y emborracha. Sus versos son el fuego de la embriaguez que detiene la tarde. En las palabras de Grozo la vida es un manicomio con salidas transitorias al extravío. Su texto es una invitación a contemplar la locura mientras el vértigo y la ansiedad escalan por nuestras extremidades.

 

Otra vez el aburrimiento cae

y se derrama por el manicomio

                        Hoy le dieron el

alta a varios internos

        a otros

salidas transitorias

 

Procuramos huir del aburrimiento

cómo hacemos con la muerte

 

Abro un libro donde canta

                       el gran poeta del silencio

Leo

             “la muerte siembra”

             ¿El aburrimiento hará lo propio?

 

El aburrimiento cae y se derrama

por el manicomio

                              Pensaba que no

pero sigo buscando

al padre que es

hijo de sí mismo

 

                         Siembra tiempo y

                 cosecharás temporales

 

La tarde se detiene y

los pocos internos

yacientes en el patio

no ofrecen resistencia al sol

sí a la soledad

 

La tarde se detiene

pero igual se escucha

lo mismo de siempre

           las tres frases más repetidas

¿Tenés un pucho?

 ¿Qué hay de comer?

 Me quiero ir

en ese orden

 

               Todas ellas inspiradas

                                   por la más poderosa

         enemiga a vencer

                             a su vez inspirada

                                  por el aburrimiento

                       la ansiedad

Verso 1 de En la clínica

 

 

El amor totalizante,

aquel que encandila

y emborracha,

solo puede nacer

del encuentro

asimétrico entre

el ser que indefenso

es arrojado al mundo

y ese beso absoluto

que nos salva incluso

de la muerte.

No obstante, lo cierto

es que mientras más

carente el ser, más apuro

de ser rescatado,

más intensa la embriaguez

en los edenes del amor.

Verso 3 de Una construcción del lenguaje

 

 

Me hallé en el extravío,

luego de beber el veneno de la

muerte que todo lo devela.

No había palabras en la corteza

del tiempo. Tampoco el profeta

había nacido y por lo tanto Dios

se amparaba en los brazos de la

nada. Esperaba aquel fuego

que no habría de quemarme.

Verso 2 de la Totalidad del ser

 


De repente, me encontraba en el

manicomio. Lo absoluto residía,

irremediable, en aquella primera

explosión. Causa y efecto. ¿Qué,

entonces, si no la negación? La

humillación se había anticipado al

amanecer. Causa y efecto, pensé,

¿qué si no la indiferencia? En su

mitómano yacimiento,

                         el ser permanece.

Verso 5 de la Totalidad del ser

 

 

Biografía

Daniel Grozo es poeta y profesor de Lengua y Literatura. Publicó «El Retorno de Saturno» (2015), «Epifanía del acaso» (2018), «Livianas imágenes de la fiebre, antología histórica de poesía platense» (2020). Es cofundador del Círculo de Escritores de Ensenada y entre otras actividades relacionadas con la poesía, conduce el canal «El motivo es el poema» en YouTube. «La locura de los contemplativos» es su cuarto libro, al que consideró su primera obra de madurez. 

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