La poesía de Ello es incontrolable e
inevitable. Sus versos son como recorrer la figura de un cuerpo que se derrite
en cada letra. Las palabras del poeta nos encierran en un mundo donde el amor
vive entre rimas imponentes que llevan a la mente a un clímax inesperado.
Hoy no
No me llames hoy que tengo ganas de ti,
no
te acerques por mi espalda
a
decirme lo que sabes que me encanta.
No
me tientes, por favor, no me tientes,
te
lo ruego mísero y subyugado,
absorto
e idiotizado,
que
no des aliento a mi desatino
que
quiero vivir con el don divino.
No
me susurres, por favor, que me quieras tuyo,
que
no pienso, y por no pensar no siento,
que
me hundo y me encierro.
No
me tapes los ojos,
ni
con las manos que siento mías,
ni
con la venda con que juegas a las escondidas.
No
me hables hoy, que me quiero acercar a ti,
no
me hables, ten piedad de mí,
no
me busques para ti, que me quiero para mí,
no
te acerques si vas a tocarme,
no
me crispes para sentirte intocable,
no
me soples para alardear de tu encanto,
no
me mires para ver si te llamo,
no
me roces para comprobar cuanto puedes lograr,
no
me beses para ver si me puedes enamorar,
no
me llames, no me busques, ni me escribas,
por
amor a ti misma, hoy no.
Vacío
El vacío es insoportable,
incontrolable, inevitable,
inefable,
indescifrable,
inherente,
imponente,
incoherente e
insondable.
Sin embargo,
existe,
como una
ausencia existe,
como el
extrañar existe,
como todo
coexiste.
El vacío vive
porque es dado a vivir,
el vacío es
entregable,
no rellenable
pero innegable,
interminable e
inexorable.
El vacío es un
punto en el tiempo,
punto y a parte
pero el punto
del que se parte,
y empieza el alma de a poco a llenarse.
No queda nada
Rimas encontradas en lo absurdo,
el
rilar profano mitificado y sin escrúpulos,
las
laderas de la sinrazón ajena
ahí
encuentro tu mirada morena.
Busco
sin cesar en tu piel canela,
una
historia que contar sin pena.
Ambos
hemos olvidado cómo debemos amar
rayamos
en lo que creemos,
nos
equivocamos y no vemos
que
repetimos errores que no queremos.
Volvemos
a lo dicho en fechas pasadas
y
el alma de la noche cuenta anonadada
lo
nuevo y lo viejo en nuestras miradas,
ese
desapego, esa falta de heredad
que
en nosotros supimos fundar.
Que
más pongo en tu mirada,
que
más pones en la mía,
que
más falta en la agonía
de recordar que no sentimos nada.
Razón erótica
Hice que el amor viva
en
cada fibra de su piel herida,
en
cada gesto que dejó de tener,
en
cada placer en que se dejó caer.
Recuerdo
el agua caer por su cintura,
lavar
su cuerpo con besos de escritura,
acariciar
sus pechos con labios secos,
pasar
mi mano desde sus pies hasta sus senos,
hacer
círculos en su espalda desnuda
besar
sus muslos hasta tomar su anchura.
Besar
su cuerpo en un camino de placer,
desde
sus manos hasta la punta de sus pies,
percibiendo
desde el inicio su aroma de mujer,
saboreando
lo dulce y salado
del
deseo súbito y provocado.
Tomar
su cuello hasta hacerlo mío a besos
y
lamiendo aquel camino de entre sus pechos
llego
a un clímax inesperado.
No
me basta con llegar, tengo que oírla venir
sigo
tocando y hallando el punto al fin,
presiono
despacio para hacerla sentir
que
no es apuro, pero ya es el fin.
La
veo desnuda y cubierta en almohadas
abrazando
una, toda cansada.
Siento
su pudor y la imagen es grabada
como
la más bella jamás contada,
pues
esa esencia yo amaba
esa
niña jamás tocada.
Más allá de nuestros
cuerpos
Como piezas de cristal los ojos brillan,
tu aroma encandila y tu boca tienta,
siento que me voy, pero estoy vivo.
Vivo, alegre y respirando de tu suspiro.
Beso a beso vamos avanzando
y nuestros vestidos olvidando,
tu piel se funde con la mía
formando la perfecta armonía
de caricias, querer y alegría.
Con cada beso voy rodeando
poco a poco tu encanto.
Y así recorro tu figura,
planto besos en tu hermosura
para regarlos con caricias y ternura.
Y dejamos que la pasión nos lleve,
que el querer y el amor nos llene.
Tus caricias despiertan mis sentidos,
tus besos aceleran mis latidos,
cada caricia y cada beso que nos damos
es muestra de que nuestro amor consumamos,
cada fruto de nuestra pasión
y cada latido de nuestro único corazón.
Somos uno porque así nos queremos,
somos uno más allá de estos versos.
Biografía
Ello Zame nace dos veces. Primero en mayo de 1986 en Guayaquil.
Digno hijo de una ciudad puerto en la que hereda características líquidas y un talento por la adaptabilidad.
Nace por segunda vez, sin fecha exacta, descubre su nombre y se rinde al deseo de escribir para el mundo.
Autor del poemario Nocturnidad, donde muestra la ingenuidad, la sencillez y la evolución del poeta que va de a poco creciendo con la edad, la experiencia y la formación.
Comentarios
Publicar un comentario