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Ello Zame (Ecuador)


La poesía de Ello es incontrolable e inevitable. Sus versos son como recorrer la figura de un cuerpo que se derrite en cada letra. Las palabras del poeta nos encierran en un mundo donde el amor vive entre rimas imponentes que llevan a la mente a un clímax inesperado.


Hoy no

No me llames hoy que tengo ganas de ti,

no te acerques por mi espalda

a decirme lo que sabes que me encanta.

No me tientes, por favor, no me tientes,

te lo ruego mísero y subyugado,

absorto e idiotizado,

que no des aliento a mi desatino

que quiero vivir con el don divino.

 

No me susurres, por favor, que me quieras tuyo,

que no pienso, y por no pensar no siento,

que me hundo y me encierro.

No me tapes los ojos,

ni con las manos que siento mías,

ni con la venda con que juegas a las escondidas.

No me hables hoy, que me quiero acercar a ti,

no me hables, ten piedad de mí,

no me busques para ti, que me quiero para mí,

no te acerques si vas a tocarme,

no me crispes para sentirte intocable,

no me soples para alardear de tu encanto,

no me mires para ver si te llamo,

no me roces para comprobar cuanto puedes lograr,

no me beses para ver si me puedes enamorar,

no me llames, no me busques, ni me escribas,

por amor a ti misma, hoy no.

 

Vacío

El vacío es insoportable,

incontrolable, inevitable,

inefable, indescifrable,

inherente, imponente,

incoherente e insondable.

Sin embargo, existe,

como una ausencia existe,

como el extrañar existe,

como todo coexiste.

El vacío vive porque es dado a vivir,

el vacío es entregable,

no rellenable pero innegable,

interminable e inexorable.

El vacío es un punto en el tiempo,

punto y a parte

pero el punto del que se parte,

y empieza el alma de a poco a llenarse.

 

No queda nada

Rimas encontradas en lo absurdo,

el rilar profano mitificado y sin escrúpulos,

las laderas de la sinrazón ajena

ahí encuentro tu mirada morena.

Busco sin cesar en tu piel canela,

una historia que contar sin pena.

Ambos hemos olvidado cómo debemos amar

rayamos en lo que creemos,

nos equivocamos y no vemos

que repetimos errores que no queremos.

Volvemos a lo dicho en fechas pasadas

y el alma de la noche cuenta anonadada

lo nuevo y lo viejo en nuestras miradas,

ese desapego, esa falta de heredad

que en nosotros supimos fundar.

Que más pongo en tu mirada,

que más pones en la mía,

que más falta en la agonía

de recordar que no sentimos nada.

 

Razón erótica

Hice que el amor viva

en cada fibra de su piel herida,

en cada gesto que dejó de tener,

en cada placer en que se dejó caer.

Recuerdo el agua caer por su cintura,

lavar su cuerpo con besos de escritura,

acariciar sus pechos con labios secos,

pasar mi mano desde sus pies hasta sus senos,

hacer círculos en su espalda desnuda

besar sus muslos hasta tomar su anchura.

Besar su cuerpo en un camino de placer,

desde sus manos hasta la punta de sus pies,

percibiendo desde el inicio su aroma de mujer,

saboreando lo dulce y salado

del deseo súbito y provocado.

Tomar su cuello hasta hacerlo mío a besos

y lamiendo aquel camino de entre sus pechos

llego a un clímax inesperado.

No me basta con llegar, tengo que oírla venir

sigo tocando y hallando el punto al fin,

presiono despacio para hacerla sentir

que no es apuro, pero ya es el fin.

La veo desnuda y cubierta en almohadas

abrazando una, toda cansada.

Siento su pudor y la imagen es grabada

como la más bella jamás contada,

pues esa esencia yo amaba

esa niña jamás tocada.

 

Más allá de nuestros cuerpos

Como piezas de cristal los ojos brillan,

tu aroma encandila y tu boca tienta,

siento que me voy, pero estoy vivo.

Vivo, alegre y respirando de tu suspiro.

Beso a beso vamos avanzando

y nuestros vestidos olvidando,

tu piel se funde con la mía

formando la perfecta armonía

de caricias, querer y alegría.

Con cada beso voy rodeando

poco a poco tu encanto.

Y así recorro tu figura,

planto besos en tu hermosura

para regarlos con caricias y ternura.

Y dejamos que la pasión nos lleve,

que el querer y el amor nos llene.

Tus caricias despiertan mis sentidos,

tus besos aceleran mis latidos,

cada caricia y cada beso que nos damos

es muestra de que nuestro amor consumamos,

cada fruto de nuestra pasión

y cada latido de nuestro único corazón.

Somos uno porque así nos queremos,

somos uno más allá de estos versos.

Porque somos uno, más allá de nuestros cuerpos.

Biografía

Ello Zame nace dos veces. Primero en mayo de 1986 en Guayaquil. 

Digno hijo de una ciudad puerto en la que hereda características líquidas y un talento por la adaptabilidad. 

Nace por segunda vez, sin fecha exacta, descubre su nombre y se rinde al deseo de escribir para el mundo. 

Autor del poemario Nocturnidad, donde muestra la ingenuidad, la sencillez y la evolución del poeta que va de a poco creciendo con la edad, la experiencia y la formación.

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