Ir al contenido principal

Matías Escalera Cordero (España)



La poesía de Matías es como una jornada interminable porque puede durar una vida entera. Los versos del escritor Escalera contienen tanta dignidad al punto de contemplar su despojo honesto para deleitarnos con el arribo eminente y alentador de esas letras esbeltas tomadas por aquel lector que hará el poema suyo. He ahí el refugio, el grito y su delirio. 

 

1

 

000–59 / ROSENQUIST, UNA MUJER BARRIENDO, EL ARTE

 

000–59 (Rosenquist: Guggenheim) Es una/otra más de las múltiples matrículas del arte

Ninguna contiene (pienso ahora mientras la contemplo de lejos) tanta dignidad contenida

como el gesto de esa mujer barriendo

su casa

a las once de la noche (después de una/otra más dura jornada)

mientras su marido llora lágrimas rojas

(y piensa quizás en su muerte)

 

000–59 (un cadillac: el MOMA y todos los amos del universo tomando champagne

y felicitándose por el éxito obtenido)

Y la mujer barriendo su casa (aún)

a las once de la noche (mientras su hombre piensa en la muerte)

y el arte (y la mujer/y Rosenquist/y el champagne/y el éxito obtenido/y la muerte)

y las lágrimas (rojas) todo es arte (quizás)

pero no todo

posee la misma dignidad (aún)

 

2

 

MUROS MÁS ALTOS

 

Muros más altos levantaréis y no impediréis arribar

A las nubes que llegan del mar

Como buques cargados de sueños

 

Ni ocultar el despertar de los durmientes

Que se desperezan

Que miran y sienten apenas el deseo de la lluvia

 

3

 

ISLAS NO

 

No somos islas (islas no –gotas oceánicas– islas

         solas: islas –briznas– solas

no –contra los vientos– islas –sitiadas: migas

de polvo– islas no)

 

No (no somos islas

         solas –exhalaciones– islas –destellos– dispersas

solas islas

no –contra las negras tempestades– desperdigadas

         islas no –gotas: en océanos– islas

aisladas no)

 

No somos islas (sitiadas pizcas –dentelladas– de polvo: aisladas

         islas –briznas– islas

         islas –hebras– aisladas islas solas islas

         islas –no– solas

         islas cercadas –arrinconadas: quizás– contra los vientos grises

pero islas solas no)

 

Olas solas (perdidas olas –olislas– motas: girones

oceánicos: sí pero no islas)

 

Barridos –dispersos: desconcertados– por el Huracán (sí pero no islas: islas no)

 

4

 

EL TERROR SE MIRA DE ESTE LADO

 

Hoy fue ayer es mañana

O ayer será hoy o también mañana (o fue quizás: y me equivoqué

al mirar las esbeltas engañosas ramas

abrazándose

contra el gris perla sucio ayer: y fue hoy

cuando me abrazan y me confunden

con su danza…)

 

Tan iguales son los espejos (antes de la luz: tan idénticos a sí

cada hoy ayer mañana: quién puede distinguir)

 

Lo que es será fue ayer mañana hoy los espejos idénticos

Y las ramas verticales de los plátanos de Indias abrazándose (a la luz

         gris sucia de ayer

de hoy

de mañana: o tal vez antes de la luz)

 

La luz justo antes de la luz y los espejos tan idénticos a sí mismos

(tan inermes) Abandonados parecemos ante ellos

E insensato distinguir siquiera

Ahora lo indistinto

 

Ayer hoy mañana

 

El terror no acecha al otro lado de los espejos

Se mira (hoy ayer mañana: cada mañana) Antes de la luz

De este lado

 

5

 

MARIPOSAS Y PREFERENCIAS

 

Qué prefieres tú ser

La mariposa cegada (que se empecina en la luz

y muere…)

 

O el observador imparcial de la paradoja (la luz

que ciega confunde y mata…)

 

 

Si se fundiese la bombilla…

Si la apagásemos…

 

6

 

PREVISIBLE FUTURO

 

No hay nada tan alentador como el murmullo

De los niños

Jugando en un patio de colegio

 

No hay nada tan desalentador como sus futuros (previsibles)

 

7

 

PRESUNCIONES ERRÓNEAS DE LOS ESCLAVOS

 

 

A Galbraith

 

Ellos saben todo…

Ellos lo pueden todo…

 

 

Quién no ha escuchado el chispeo de los primeros copos

Secos

Sobre las hojas muertas…

 

Y su instantánea disolución en las negras aguas

De los charcos…

 

Quién no se ha agazapado bajo el oblicuo tronco

A mirar (en cuclillas) Y a escuchar…

 

Quien haya mirado…

Quien haya escuchado…

 

El mundo (los copos caer)

 

No tendrá miedo

 

 

Lo que parece muerto anuncia la vida

 

8

 

POEMA DESCARTADO

 

Lo peor del grito no es el grito en sí mismo

Sino que nadie lo escuche (o que coincida con la hora

del silencio)

 

Que no obtenga siquiera la recompensa

De lo inerte

 

El eco

 

9

 

(A LOS DEMÁS)

 

Hoy ha habido nuevos asesinatos…

 

Nada de lo que yo diga –o escriba– evitará ningún muerto

Ninguna lágrima (ni siquiera compensará la pérdida de una hora

extra sin pagar

y mucho menos de una jornada de interminable

e irritante despojo)

 

 

… pero ése no es –no era– el problema

 

 

10

 

PASAR EL INVIERNO NO ES LO PEOR

 

(… es el final del otoño) La vida entera se dirige a su extinción

Definitivamente

 

(aunque) Quizás no todo esté tan claro: visto el asunto

Desde una terraza de verano…

 

– Es así en efecto y quien esté ya ciego lo sabe…

 

 

Es aún más duro el invierno: comprobar la lentitud de la muerte…

 

– Y aguantar el barro y la lluvia…

 

(… lo dicen: en efecto) Es duro pasar el invierno

Y ser testigos del pesado transcurrir de lo acabado…

 

 

(mas) Esperar

Esperar a que llegue el verano es aún peor…

 

La esperanza del verano (ah la Esperanza…)

 

… y el doloroso cansancio de la espera: al fin para nada…

 

11

 

AMOR SIN CONTEMPLACIONES

 

Las cosas suceden así…

 

Un día uno (quizás confuso

o cansado) se va y el otro

Espera

 

Pasa el tiempo y otro día el otro se va (quizás confuso

o cansado también) y el uno

Espera

 

Y es que uno u otro (o ambos: a un tiempo) Saben

Sospechan en realidad que el regreso puede durar una vida

Entera…

 

O que tal vez –lo más probable– no haya jamás ningún regreso…

 

Y aun así deciden (al menos uno: o lo deciden ambos

el uno y el otro) Esperar

 

 

12

 

ESPERANZA Y LLUVIA

 

… aun así: digo…

… a la esperanza se entra como se entra a la lluvia…

 

         (… sin darnos cuenta…)


Biografía

Matías Escalera Cordero (Madrid, 1956), es autor de las novelas Un mar invisible (2009), El tiempo cifrado (2014) y El sollozo del fin del mundo (Kaótica Libros, 2023); así como de la colección de relatos Historias de este mundo (2011), y de los poemarios Grito y realidad (2008), Pero no islas (2009), Versos de invierno: para un verano sin fin (2014); Del amor: de los amos y del poder: de los esclavos (2016), Poemas del tiempo y del delirio/Poems of Time and Delirium (Edición bilingüe. Nueva York. 2019) y Recortes de un corazón herido: por la esperanza (2019). Ha sido galardonado con el premio de literatura dramática, Sala Margarita Xirgu, de Alcalá de Henares, por su obra de teatro El refugio (2009); y es autor de Memorias de un profesor malhablado (2013). Una parte de su obra ha sido traducida a diversas lenguas e incluida en numerosas antologías y obras colectivas. En su vertiente crítica, destacan el libro La (re)conquista de la realidad (2007), del que es coordinador, y su participación en el libro colectivo La República y la cultura. Paz, guerra y exilio (2009). Es asesor internacional de la revista de filología Verba Hispanica, editada por la Universidad de Ljubljana (Eslovenia), en la que fue profesor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Karina Gálvez (Ecuador)

La poesía de Karina es aquella perla que brilla en la noche. Sus versos se convierten en caricias que maniobran a rienda suelta hasta convertirse en nuestro centro de gravedad. Su voz abraza sobre lienzo y lona, llevándonos al remanso de la fantasía donde se galopa de rosa en rosa y donde el poema se convierte en piel. Derramará ríos de prosa para llevarnos a lugares en los que nunca estuvimos, entre el alma y el deseo, llenando madrugadas hasta que el secreto se vuelva luz. Amazona Él, con su amor, me ha raptado como a Antíope raptó Teseo, y una guerra ha desatado entre mi alma y mi deseo.   En vano elevé mi pelta para huir de su mirada, pues sus ojos traspasaron cual sol entre mis pestañas.   Como Hipólita, ceñí en mi vientre un cinto lleno de magia, que él maniobra a rienda suelta en todas nuestras cabalgatas.   Y es que, igual que Belerofonte, sobre Pegaso revuela.  Sus alas, que lo hacen libre, me vuelan a una luna llena.   Talestris y Ale

Paula Andrea Pérez Reyes (Colombia)

La poesía de Paula Andrea es la llama que danza sobre las melodías de cada momento. En sus versos se ha despertado mi deseo y encuentro vida. La escritora Pérez Reyes suspira sobre sus corrientes y mantiene encendida las palabras, los gritos y las líneas de nuestros cuerpos. Me refugio en su escritura para escapar hasta llegar a otro aire, otro tiempo. Ela sobre la laguna de Estigia A Gustave Doré que sigue en la barca Ela va en la barca sobre la laguna de Estigia Ela suspira sobre sus corrientes  Y en un vaivén de venenos para prolongar el recorrido  encuentra  un alma atrapada en una esquina de la barca. La vida es una débil llama que danza las melodías de momentos  Ela es una vela que se mantiene encendida  alumbra sobre la laguna de Estigia El tintineo de las monedas hace contraste entre las moradas de la tierra y el mundo del olvido. Esta noche no viene Flegias Esta noche no nos visitará Caronte Esta noche Ela deja los cuerpos a las puertas del abismo

Lorena Salazar Suquilanda (Ecuador)

La poesía de Lorena parece que vive en el viento. En sus versos es posible explotar desde adentro y perder no solo el juicio, también el aliento. Vamos por la vida tropezando entre líneas viendo a la poeta Salazar recoger el asombro y escribirlo a la intemperie mientras saboreamos el cuerpo de su texto. En el vilo de sus manos, su palabra se atreve. La odalisca No puedo pedirte que no te marches, Los fantasmas de mi closet,  se cuelan en el tiempo  y dicen a gritos  que la noche  será espesa  y fría si te vas.   No puedo atreverme a no tocarte. Caminar ingenua en tus lagunas  y arriesgarme a no beber Acampar en tus fangos Abismos estridentes Bañar mis manos  deshabitadas si te vas.   No puedo escribirte sin dejar de saborearte Encontrarte en el olor a tamarindo Imaginar tu lengua aleteando como abeja Posándose en mis flores  abiertas al rocío Gotas frías Evaporadas Si te vas.   No puedo oír sin cantarte alaridos y arañazos Corea