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Paula Andrea Pérez Reyes (Colombia)


La poesía de Paula Andrea es la llama que danza sobre las melodías de cada momento. En sus versos se ha despertado mi deseo y encuentro vida. La escritora Pérez Reyes suspira sobre sus corrientes y mantiene encendida las palabras, los gritos y las líneas de nuestros cuerpos. Me refugio en su escritura para escapar hasta llegar a otro aire, otro tiempo.


Ela sobre la laguna de Estigia


A Gustave Doré que sigue en la barca


Ela va en la barca sobre la laguna de Estigia

Ela suspira sobre sus corrientes 

Y en un vaivén de venenos para prolongar el recorrido 

encuentra 

un alma atrapada

en una esquina de la barca.

La vida es una débil llama que danza las melodías de momentos 

Ela es una vela que se mantiene encendida 

alumbra sobre la laguna de Estigia

El tintineo de las monedas hace contraste entre las moradas de la tierra y el mundo del olvido.

Esta noche no viene Flegias

Esta noche no nos visitará Caronte

Esta noche Ela deja los cuerpos a las puertas del abismo

Yo tengo dos monedas en mi bolsillo 

Mi barca se acerca al final del recorrido

 

****


Notas discordantes

Una nota fuera de tiempo 

una razón

un argumento

palabras como una bala perdida 

encuentran en una vida

un punto de llegada

 

****

 

Entre ellos

No padecen la muerte del Otro

Los amantes sufren el olvido más que la muerte

Ellos sienten el frío al descender al infierno de pasar la próxima página

Su pena no es por culpa de un tercero

Ellos padecen la agonía de ser prisioneros y querer volver al principio de las cosas

No es la pobreza

es el hambre que no se sacia

No son los gritos

Son las palabras que se callan.


****

 

Eres mi estatúa de piedra

                                           Has despertado mi deseo

por eso te aborrezco.

Tu voz es la cálida saliva que beso

el sabor de mi boca tiene en mi aliento tu sal.

Las líneas de tu cuerpo 

se han convertido en llamaradas que danzan en mi vientre

por eso no puedo verte.

En mi galería 

reposan hechos piedra 

las víctimas del encanto de mi mirada.

****



Obertura a mi fragilidad


A los días en que estuve rota

 

En el suelo se suman los granos de arena y de la vida solo algunas gotas

Podía contar cada minuto mientras las agujas traspasaban mis venas.

El grito contenido quedaba en mi piel mientras se escuchaba un tambor agudo que no paraba de sonar.

De repente una caricia y en el cuarto oscuro unas luces fluorescentes.

Podía entrar en el lienzo pegado en la pared 

encontrar otro aire, otras calles

Un lugar esperaba por mí, mientras buscaba despedirme de mi madre.

Esa era la entrada

en la baldosa rodaban unos pétalos color escarlata.

****

 

Otro

Otro por el que vivo

Otro por el que pienso

 y otro por el que muero. 

Otro por el que el ojo se abre y se cierra, 

y se queda detenido en el tiempo para saciar el hambre.

Salgo por los caminos para escapar, para no encontrarlo y en esa huida, nuevamente se cruzan nuestros ojos.

Otro por el que estoy dispuesto a todo y dejo de recorrer el mundo para quedarme a su merced.

Otro por el que las agujas del reloj marcan el compás de la sinfonía delirante de mis palabras cuando pronuncio su nombre.

Otro por el que no soy otro, pues siendo para él una hoja suelta, 

soy solo la silueta que lo acompaña.

 

****

 

Cuando se escribe sobre un muro

 

A Vícttote

 

Enciendo un par de velas para alumbrar el telón negro sobre el cual escribo tu nombre

busco caer de rodillas para dibujar letra por letra pedir perdón

y recoger tus pasos.

 Se dobla una de mis rodillas y la otra no obedece.

Una de ellas ruega y la otra no se dobla

aparece resistente, violenta, indignada por tu partida.

 

En la entrada de la sala

llega un público grandilocuente que lo ha visto todo. El asombro que se escapa de sus ojos es el aroma de la casa

cuyo humor huele a lo que huelen las flores cuando abandonan el mundo.

Tu rostro

la voz de Dios escondida que no se encuentra presente en las noticias del día

ni en los rumores de una vereda.

En Montecristo

las orugas no llegaron a ser las Monarcas prometidas.

En el campo

el hedor ha convocado algunas moscas negras y su perfume a tierra mojada.

 

****

 

Biografía 

Paula Andrea Pérez Reyes (Medellín) es licenciada, magíster y doctora con distinción Summa Cum Laude en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Abogada defensora de derechos humanos y docente investigadora en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia y de Posgrados de la Universidad de la UPB y de la UDEM.

Socia Cofundadora de la Red para el Estudio del Proceso y la Justicia, coordina el Semillero de Transformación de Conflictos y del curso Literatura y Conflicto en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia. 

Ha participado como presentadora, conferencista y poeta en festivales y eventos nacionales e internacionales en Colombia, México, Perú, España y Ecuador. Ha publicado numerosos artículos, columnas de opinión y capítulos de libro, de los cuales se destacan «Poemas del barrio a la ciudad» (Tragaluz Editores / Comfenalco Antioquia), selección de poemas para la revista «Ablucionistas», «Poesía por Colombia» (Editorial La Otra, México), (Revista Innombrable), (Revista Cronopio), (Círculo de Poesía), «Cuadernos de educación y alteridad I, II y III, el deseo en la creación poética» y selección de poemas para la revista «Kametsa». Es autora de los libros de poesía «Cuando escribo sobre el muro» (El Quirófano Ediciones, Ecuador, 2021) y «Las quimeras del tiempo» (2022), reconocido por la Editorial Fallidos Editores como el mejor libro de poesía en 2021.

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