En la poesía de Samuel yacen
todos los sabores. Los versos del escritor Veloz conocen los engranajes donde
la cultura prolifera. Su palabra luminosa alivia y fecunda todas las
sensaciones, todo lo palpable y aparente, hasta volverlo un desafiante ritual.
No tocar
La piel y la puerta
revisten el tacto del vidrio.
Claro, eso no lo sabía.
Dicen que es cierto
todo aquello palpable,
pero los átomos no se tocan.
Aun así, tengo certeza
de las sensaciones que registran
mi cuerpo y mi memoria.
Soy una cámara oscura
que almacena negativos.
Con incesante terquedad
busqué en esa puerta,
en esa piel,
lo terso, lo cálido, lo firme.
Me decía, sigue la lógica.
Mi mano tantea lo aparente
y busca, indetenible.
Lo que nos rodea permanece lejano
y todo tacto al final es frío,
cierto como el vidrio,
y quizá, pienso, lo más parecido
sea el silencio.
Del libro Tránsito en las Horas Muertas (Ecuador, 2024)
Levanta la copa
Levanta la copa
donde yacen todos los sabores.
Bebe una vez más
juntando tus labios
con devoción profana y sacra.
¿Cuántos sorbos son suficientes?
Aun si lo intentas
su fondo es inagotable.
Las horas son un telón blanco
de un rito intransferible.
Hallas, sin quererlo,
nuevas razones para alzarla.
Cada vez es diferente
frente al silencio
bajo la risa,
al ritmo del llanto.
Sigues el mandamiento de tus entrañas.
Después del consumo
viene una espera árida.
O juegas o juegas,
ya sea sabiendo las reglas o ignorándolas.
Algún día descubrirás,
al romper tu copa,
que su contenido mojará
la hierba seca para fecundarla.
Del libro Tránsito en las Horas Muertas (Ecuador, 2024)
Delicias
Como mis padres
Eva y Adán,
tengo la vocación maldita
de robar frutos.
Si ellos conocían todos los engranajes
de un mundo luminoso
¿cómo no supieron de la naturaleza efímera
de la manzana exquisita?
Quizá lo sabían.
Y también en eso nos parecemos.
Palpar su redondez brillante,
morder su consistencia que, vacilante, permite
traspasarla,
engullir a bocados su dulce alivio pálido.
Ellos no supieron decir
a su creador
del hambre que rondaba sus vientres.
Porque poseer todo lo dispuesto en su mesa
no era suficiente.
Es curioso pensar
en qué delicias hubiesen probado
si tan solo lo hubiesen dicho.
Si tan solo los frutos no perecieran.
Si tan solo Dios les hubiese alertado
de su propia ignorancia
y la terquedad de sus estómagos insatisfechos.
Si tan solo alguno no hubiese callado
ante los frutos efímeros.
Poema inédito
Biografía
Escritor, asesor de comunicación y coordinador de
proyectos de desarrollo.
Graduado en Publicidad y Relaciones Públicas por la
Universidad de Navarra (España - 2016), con mención en Comunicación
Institucional; y Especialista en Proyectos de Desarrollo y Levantamiento de
Fondos por la Universidad Andina Simón Bolívar (Quito - 2024).
La poesía lo acompaña desde sus 12 años y ha formado
parte de varios clubes de lectura desde su etapa universitaria. Ha participado
en cursos y talleres de escritura creativa, tanto en España como en
Ecuador.
Después de un punto de quiebre en 2022, se decidió por
compilar parte de sus textos, escribir más y apostar por la creación literaria
de manera pública. Así es como nace su primer libro: Tránsito en las Horas
Muertas (El Ángel Editor, 2024, Quito - Ecuador).
Samuel busca a través de sus textos conectar con la
belleza y la verdad, en medio de las múltiples sombras que encuentra en su
camino de vida.
Lo puedes encontrar en sus redes sociales como @svelpaz o en su página web: www.samuelveloz.com
Comentarios
Publicar un comentario