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Julio San Martín Órdenes (Chile)

Julio invoca la poesía.  Su verso es la esencia en el aire que se revela y apiada. Sus palabras tienen sabor a fruto maduro y ante el tiempo apremiante acalla con sonetos. Aunque lo cotidiano puede volverse una agonía lenta el poema toma forma de sonrisa hasta que un suspiro de sol nace en el sueño.

Aquelarre

Así llega en traje oscuro

le acompañan cigarrillos

de unos versos saltan grillos

mientras se lea el conjuro.

Sabor a fruto maduro

se comparte en cofradía

fascinante brujería

para el día es acicate,

con ahínco viene el vate

a invocar la poesía.

 

(Con alas de olvido: Chillán, 2017)


 

Dulce momento

Los castillos bailaban sobre el viento

la sonrisa del alma fue distante,

malgasté anteayer algún diamante

aguardando un antiguo juramento.

 

Un suspiro de sol nace en el sueño

de este reo en recuerdos y en la espera

los fantasmas oscuros son de cera,

un ocaso amanece y soy su dueño.

 

Juguetean las nubes en la tela,

un portal para verte ya está abierto,

un segundo inspirado es mi alimento.

 

Y mi esencia en el aire se revela,

añañucas germinan del desierto

y me fundo en el más dulce momento.

 

(Con alas de olvido: Chillán, 2017)


 

Resurrección

¿Quizás éste es camino de unos locos?

Si no fuera un nocturno plato dulce

el silencio apetece en su carroza

la cobija de mar para un sufriente.

 

Puede ser escarpada, la mañana,

¿un rosal florecido por dolor?

Buscador de palabra fantasmal:

¿soledad es condena de bohemios?

 

¿No es acaso ese puzle conocido?

Con la muerte, la vida se codea

de un soneto sepultado brota agua.

 

Un troyano conoce su destino:

la nodriza despierta a la tormenta

¡hoy sí, Adán recupera Poesía!

 

(Con alas de olvido: Chillán, 2017)

 

 

Puedes volar

Una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres 

declaran haber sufrido abusos sexuales 

en la infancia (ONU, 2014)

 

Cuántas veces quisiste ser llanto,

pero las lágrimas fueron cautivas

en el filo absorbente del miedo,

el pavor por evocar un castigo.

Eres una avecita tierna, pero frágil,

quisiste volar, fugarte al infinito,

anhelaste sepultar ese momento

de agonía lenta y cotidiana.

Hace tiempo, un ladrón insolente

quiso robar alas espléndidas.

Ahora, te adorna un trino ahogado,

y tu canto es la amargura misma.

Avecita, has confundido el rumbo,

una tormenta estaba en la espera

fue tu destino, ese falso refugio.

Puedes encontrar la hendidura.

Los planeos verdaderos de un gorrión

no pueden ser sustraídos ni vedados.

Es posible volar con alitas rotas.

Escondido, un tesoro sonríe en el olvido.

No aceptes los barrotes impuestos,

ninguna jaula encarcela, salvo el miedo.

Hay un resquicio, una ventana diminuta,

si la puerta se cierra, siempre hay salida...

Avecilla, abraza la libertad y asciende,

la valentía inspira y consuela en creación

tu vuelo es el vuelo del mundo negado,

de la libertad no reconocida en los ojos,

aun en los ojos perdidos del niño

aterrado en el alma de tu carcelero.

 

(Entre el rayo y el fuego: San Fernando, 2018)

 


Loco

Disparan, heladas, las frases de fuego

después engatusan, al final es dolor.

Se rebela y se apiada, corre cual niño.

De día, cultiva miradas y escucha callado.

Camina de noche en pastizales resecos

prados más verdes, atrás en su senda

y escucha sapitos en los charcos cercanos.

Juega a cazar algunos versos nocturnos

en la matriz con repudio a la nada primal

sin resbalar al vacío de unas cuantas razones.

Atrás dejó sus domicilios prestados

al tiempo apremiante acalla con risas.

La comida no falta, está en sus semillas

los pesos no sobran, andan un poco perdidos.

Solitario le canta al hielo amargoso

y como faquir, hipnotiza una estrella.

De repente se dice bastante lanzado:

―justo ahora, tengo ganas de bailar...

 

(Entre el rayo y el fuego: San Fernando, 2018)



Biografía

Julio San Martín Órdenes (Chimbarongo, Chile, 1977) Poeta y científico. De profesión es Médico Veterinario (Universidad de Concepción), Magíster en Ciencias con mención en Recursos Naturales (Universidad de Los Lagos) Fue finalista de la convocatoria “Pájara Voladora, Violeta Investigadora”, dirigida a científicos, y obtuvo una mención honrosa en el slam de Poesía: Agua, biodiversidad y pueblos originarios (2020) Publicó el poemario “Entre el rayo y el fuego” a través de un proyecto del Centro de Extensión Cultural LibreArte de San Fernando, Chile (2018). También ha aparecido en varias compilaciones y trabajado en la edición de los libros “Territorio del Tiempo” (Olga Aguilera, 2019), “El hombre que comía espinas y otros relatos excéntricos” (Loreley, Sebastiana Editorial 2018; 2019) y “Cuentos de ñuble para Ñuble” (Opalina Cartonera, 2019) Actualmente, es colaborador de la ONG cultural Casa Bukowski.

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